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UNA NUEVA MIRADA DESDE EL GREMIO EMPRESARIALFRENTE A LA GESTIÓN COLECTIVA DEL TERRITORIO CASO: ORDENAMIENTO MINERO EN LA SABANA DE BOGOTÁ

DORA MARÍA MONCADA RASMUSSEN1

INTRODUCCIÓN

El ordenamiento de la minería en la sabana de Bogotá, le ha permitido a la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) reorientar la gestión gremial hacia los territorios, considerando los escenarios de compatibilidad de las actividades mineras representadas y la diversidadde operaciones, minerales y escalas, y construir de abajo hacia arriba, en mejores reglas que no solo garanticen la certidumbre en el desarrollo empresarial y sus cadenas de valor, sino también contribuyan desde modelos colectivos de inversión y compensación ambiental con enfoque regional a la sostenibilidad de la cuenca.

TEXTO PRINCIPAL

La historia del ordenamiento de la minería en la sabana de Bogotá tiene dos desarrollos regulatorios a destacar. El primero de ellos, el Acuerdo 30 de 1976, que declaraba la Reserva forestal protectora–productora Cuenca Alta del Río Bogotá, y el segundo, lo dispuesto en el artículo 61 de la Ley 99 de 1993.

Esta figura de reserva forestal, si bien fue declarada en 1976, nunca tuvo un límite claro frente al carácter protector y productor, fue solo hasta la Ley 1450 del 2011, en su artículo 204, que se propuso como país revisar la aplicación de esta y otras reservas, encontrando la necesidad de adelantar procesos de realineación y recategorización con estudios técnicos, económicos, sociales y ambientales.

Al mismo tiempo, el artículo 61 de la Ley 99 de 1993 declaró la sabana de Bogotá, sus páramos, aguas, valles aledaños, cerros circundantes y sistemas montañosos como de interés ecológico nacional, cuya destinación prioritaria es la agropecuaria y forestal; a su vez, dispuso que el Ministerio de Medio Ambiente determinara aquellas zonas en las que existía compatibilidad con las explotaciones mineras y que fuera competencia de las corporaciones autónomas regionales (CAR)el otorgamiento o negación de las correspondientes licencias ambientales. Marco que ha representado varios desarrollos normativos, como la Resolución 222/94 (materiales de construcción) y Resolución 1197/2004 (materiales de construcción y arcillas), esta última posteriormente declarada parcialmente nula por el Consejo de Estado.

A la luz de estos dos marcos normativos, la ANDI empieza desde el 2013 a revisar y entender de la mano con sus empresas la minería y su cadena de valor desde el territorio, en este caso, en la cuenca alta del río Bogotá, identificando la necesidad de trabajar a través de un colectivo empresarial, en insumos técnicos, ambientales, sociales, urbanísticos y económicos2 que permitieran responder varias preguntas: ¿dónde operan nuestras empresas? ¿Cómo operan? ¿Cuáles son sus cadenas de valor, potencialidades mineras, sus retos en el territorio, oportunidades de mejora? y así plantear propuestas gremiales de abajo hacia arriba, alrededor de la realinderación de la reserva (posteriormente reglamentada con la Resolución 138 de 2014 de Minambiente) y finalmente la compatibilidad minera.

Es así como, desde la ANDI, no solo encontramos una sabana de Bogotá diversa y única desde lo cultural, social y natural, sino una gran riqueza de minerales como: sal, carbón, materiales de construcción, arcillas (muchas de ellas exclusivas y porque no endémicas de la sabana), arenas silicias, caolines (mapa 1) que alimentan grandes cadenas productivas, de la industria de alimento, ladrillo, vidrio, cerámica. Lo cual representa y significa un crecimiento de la demanda constructora de infraestructura para el desarrollo Bogotá-ciudad región (tabla 1).

MAPA 1. POTENCIAL MINERO DE LA SABANA DE BOGOTÁ


Fuente: ANDI, 2013.

TABLA 1. PRINCIPALES PRODUCTOS MINEROS DE LA SABANA DE BOGOTÁ

Minerales Usos
Arenas y agregados Construcción de viviendas.
Agregados y recebos Mantenimieto y construcción de la red vial. Bases y subbases.
Arcillas Fabricación de ladrillos, tubería gres,cerámica esmaltada, engobes, vajillería, porcelana eléctrica, material de sellado y barreras impermeables.
Caolín Cerámica, material refractario.
Arenas silíceas Sílice para la industria del vídrio-papel, cerámica, industria química, pegacor, morteros especiales y otros usos industriales.
Carbón térmico Industria.
Sal Consumo humano y animal.

Fuente: ANDI, 2013.

Elementos que permitieron identificar que la minería con sus escalas, tamaños y cadenas requiere miradas desde el territorio y fuerza colectiva de trabajo. Es así como, en las formaciones sedimentarias que forman la estructura de la sabana de Bogotá, se muestra una diversidad de recursos mineros que han permitido el crecimiento de los centros urbanos, la construcción y reparación de la red vial. En este punto resulta importante destacar la extracción de minerales industriales de caolín, arcillas y sílice para la industria de la cerámica y el vidrio, debido a que han permitido el nacimiento de proceso económicos locales y regionales.

Particularmente, la definición de zonas de compatibilidad minera implicó, desde el 2013, un sin número de espacios de trabajo, renunciar a áreas mineras no viables desde lo ambiental y social, reducir áreas por variables ambientales, entender que el titulo no es necesariamente las áreas de operación de las compañías, que requeríamos mayores insumos empresariales y gremiales, visitas de campo, involucrando entidades del orden nacional, regional, local y empresarial para avanzar en reglas en el territorio, que no solo definen dónde hacer minería, sino que abren las puertas a oportunidades de desarrollo e inversión ambiental en pro del río Bogotá.

Frente a esta coordinación de los diferentes estamentos del Estado con el sector privado, también se desarrolló una importante y rigurosa interacción con el poder judicial, en cabeza de lo contencioso administrativo, que involucró a más compañías como la ANDI, logrando integrar, a la luz del fallo del río Bogotá, a todos los intervinientes alrededor de este tema en pro de la cuenca. Es así como con la reciente expedición de la Resolución n.° 1499 de 2018, “Por la cual se modifica la Resolución n.° 2001 de 2016 a través de la cual se determinaron las zonas compatibles con las actividades mineras en la Sabana de Bogotá” y posteriormente en la definición de las zonas mineras bajo la categoría de “restauración–uso múltiple” en el Plan de Manejo y Ordenamiento de una Cuenca (POMCA) del río Bogotá.

Es así como la compatibilidad y la certidumbre en el ordenamiento brinda un nuevo camino gremial para entender cómo y dónde operan nuestras compañías, y desde ahí avanzar en nuevos esquemas de confianza con apuestas colectivas de gestión integral de cuenca. Escenario que la Asociación integra como piloto a la “Iniciativa biodiversidad y desarrollo”.

Se trata de una alianza en la cual la ANDI se convierte en la entidad sombrilla que facilita la articulación público-privada, coordinando la planeación, administración y soporte a través de acuerdos institucionales y subacuerdos empresariales con enfoque regional, que buscan contribuir con la gestión integral de la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas del país a través de esquemas de inversión y compensación entre empresas, instituciones y grupos locales con un enfoque de desarrollo territorial.

Desde este esquema dinámico, la iniciativa convoca a delegados empresariales interesados en la sabana de Bogotá e instituciones ambientales del ámbito nacional y regional para construir e identificar bajo escenarios de confianza y corresponsabilidad, las prioridades y variables de la cuenca hidrográfica en materia ambiental (POMCA, estructura ecológica principal, determinantes ambientales, ecosistemas estratégicos, presencia de territorios colectivos, entre otros), y la presencia de planes sectoriales y proyectos productivos en marcha en el territorio, para alinear intereses y promover desde ahí puntos de encuentro hacia contribuciones a escala de paisaje.

El resultado es una plataforma de trabajo público-privada que acoge prioridades regionales a través de un directorio de proyectos y lineamientos de manejo, fomentando una mayor cooperación entre empresas y permitiendo integrar actores locales y nuevos escenarios de cooperación interinstitucional. Particularmente en la sabana se buscará, de la mano con instituciones ambientales, organizaciones, empresas y una red de Reservas Naturales de la Sociedad Civil, una apuesta conjunta para crear esquemas de inversión compensación, oferta-demanda, en regulación hídrica y protección de la biodiversidad, que sumen a la conectividad de Parques Nacionales Naturales (PNN) Chingaza con la red de reservas, lo cual redundará en desarrollo local y beneficios para la sabana.

Un esquema en el cual empresas no solo se acogen a la compatibilidad minera y del POMCA, sino que deciden sumarse a planes de manejo de reservas naturales, a la designación de nuevas reservas e incluso contribuir con reservas naturales de la sociedad civil propias-corporativas que apoyan esquemas de cierre minero y restauración de la sabana.

Un modelo de gestión territorial que busca generar saldos pedagógicos sectoriales, regionales y nacionales, frente al papel que desempeña el sector privado en la protección del capital natural, donde biodiversidad y desarrollo minero son posibles.

CONCLUSIONES

Desde la representación multisectorial que tiene la Andi, este nuevo enfoque de trabajo gremial le ha significado a la asociación entender y considerar:

• Dónde y cómo operan sus empresas afiliadas a nivel de cuenca hidrográfica, encontrando coincidencias geográficas entre compañías afiliadas y oportunidades de sinergia.

• Reconocer que los escenarios gremiales deben migrar a considerar una visión territorial y de cadenas de valor para comprender de abajo hacia arriba la compatibilidad y oportunidades de sumar a propósitos colectivos que protejan la base natural y social de los territorios.

• Vínculos entre biodiversidad y empresa que permiten entender relaciones e impactos, y desde ahí oportunidades de gestión para el mantenimiento de la sostenibilidad productiva y la competitividad de la ciudad-región.

• Panorama de instrumentos de política y marco regulatorio que definen medidas empresariales en biodiversidad aplicables a modelos mineros, a partir de los ámbitos obligatorio (compensaciones ambientales) y voluntario (lineamientos de manejo), que deben contribuir a escalas regionales y a propiciar comunidad de práctica empresarial.

• Prioridades y oportunidades de sumar actores públicos y privados en la gestión territorial para la conservación de la biodiversidad, la planificación sectorial, el cumplimiento legal empresarial y el desarrollo en los territorios.

• Los escenarios de certidumbre jurídica y reglas claras en el territorio, no solo garantizan la inversión empresarial legal, sino que permiten y propician escenarios de confianza para la gestión integral de las cuencas.

BIBLIOGRAFÍA

ANDI. Sustento técnico ambiental, socioeconómico y territorial para la propuesta de reglamentación de las áreas compatibles con la minería en la Sabana de Bogotá. 2013.

BBOP. Business, Biodiversity Offsets and BBOP: An Overview (vol. 3). 2009. Recuperado de http://www.forest-trends.org/documents/files/doc_3125.pdf

Kania, J. y M. Kramer. Collective Impact. Stanford Social Innovation Review, vol. 9, n.° 1 (2011): 36-41. Recuperado de https://ssir.org/articles/entry/collective_impact

Andi. Sostenibilidad ambiental, hacia un crecimiento verde. En Estrategia para una nueva Industrialización, Colombia un país de oportunidades. Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (15-37). Bogotá: 2017. Recuperado de http://old.andi.com.co:8082/eni2/Paginas/assets/docs/estrategia-para-una-nueva-industrializacion-ii.pdf

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