Читать книгу Todos somos humanos... pero unos somos más humanos que otros - Luis Calderón - Страница 9

Introducción

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El título de esta obra comenzó como una broma. Estábamos en los preparativos para la primera edición de mi primer libro (Después de todo, sólo somos seres humanos) cuando recordé el viejo dicho “Todos somos iguales... pero algunos somos más iguales que otros”.

Para hacerle una broma al editor, David Suárez, le dije que ya estaba listo mi segundo libro y que se llamaría “Todos somos humanos... pero unos somos más humanos que otros”. Por supuesto, su reacción fue negativa y me contestó que ese título era muy agresivo.

Como todos saben, David es muy correcto, serio y profesional, por lo que su reacción probablemente nos previene de cuál sería la reacción de la gente correcta y normal ante un libro con tal título. Eso aumentó mi entusiasmo con el título y decidí confrontarlo con otros amigos, tanto o más desquiciados que el autor. Y ellos quedaron encantados.

Ahora, en esta introducción, me siento en el deber de justificar el título puesto que la norma es que el título refleja el contenido de un libro. Pero en este caso no. De hecho no hay gente más humana que otra, aunque pensándolo bien, por el contrario, hay gente que se considera menos humana que otra, al sentirse superior o al pretender que está por encima de las emociones, impulsos y debilidades humanas.

Pero incluso esa tonta pretensión de estar por encima o por fuera de lo humano es una característica muy humana. Y aterrizamos en la paradoja de que quienes se pretenden menos humanos son los más humanos de todos.

Insinuamos reiteradamente que reconciliándonos con nuestra tontera, nuestras debilidades, nuestras obsesiones, tal vez, a la larga, llegaremos a gerenciarnos un poquito mejor.

Esta recopilación de artículos, escritos entre el 2002 y el 2006 –con el añadido de algunos más antiguos– tiene por finalidad, pretenciosamente, ser una guía de sobrevivencia en la organización. Estos artículos intentan mostrar lo que muchos gerentes conocidos tratan desesperadamente de ignorar: nuestra humanidad, nuestra sensibilidad, nuestra necedad, nuestras emociones. Y lo hacen creyendo, tontamente, que al rechazar estas características humanas las superan. Es gran error, porque reconociendo nuestras limitaciones, nuestra complejidad y nuestras incoherencias somos más humanos y podemos tener un poco de mayor manejo sobre nosotros.

Todos somos humanos... pero unos somos más humanos que otros

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