Читать книгу Viaje al centro de ti - Los 12 mandamientos del siglo XXI - Luis Fernando arean Alvarez - Страница 15
¿QUÉ PASÓ CUANDO SE TORCIERON LAS COSAS?
ОглавлениеLa vida social se esfumó y el teléfono dejó de sonar. Peor aún, dejaron de cogerlo.
Ya no estaba de moda.
Ya no tenía el musical de la temporada.
Ya no podría recuperar la inversión que se hizo.
Puede parecer que no es tan grave, pero para mí fue mi ruina y lo que eso conllevaba. De tenerlo todo, como digo, a no tener nada, solo problemas, deudas, incertidumbre sobre el futuro y con ello la perdición.
Es fácil saber dónde ir cuando las cosas van bien, pero cuando se tuercen, de pronto los caminos se ocultan, las caras amables ya no están y lo único que te acompaña día y noche es la angustia. Conoces esa sensación, ¿verdad?
Entonces surgieron las preguntas, esas que hasta ahora no conocía. ¿Por qué me ha pasado esto? ¿Por qué ahora? ¿Por qué solo me ocurre a mí? ¡Qué injusto! Seguro que también te suenan, todos las hemos pronunciado en algún momento, y yo en aquella época empecé a decirlas muchísimo. No entendía nada. ¿Cómo podían cambiar las cosas tanto de un día para otro? En solo un segundo. Sentía que después de lo que había trabajado no me lo merecía.
Las preguntas estaban todo el tiempo en mi cabeza, les daba vueltas y más vueltas. Los problemas crecían a la misma velocidad que lo hacía mi incapacidad para pensar cómo solucionar la avalancha que arrastraba de acreedores. A diario me llegaban amenazas de los bancos con embargarme mi casa. Y la de mis padres, las de mis hermanas que, las pobres, en su afán de ayudarme, firmaron el aval del préstamo para poder acometer mis sueños.
Hasta ese momento parecía que lo entendía todo porque todo me salía más o menos como yo quería. Como te he dicho antes, cuando las cosas van bien, cuando suceden como uno quiere o espera, es raro que te hagas ciertas preguntas. ¿Para qué? Pero cuando la vida cambia los planes, cuando no entendemos que ella tiene otros y que no siempre coinciden con los nuestros, es cuando llegan las preguntas, porque entendemos lo bueno, nunca lo difícil.
Y ahí estaba yo, justo en esa situación. Explorando los caminos de lo desconocido, rutas incómodas que en situaciones así te ves obligado a descubrir. Es la única manera de avanzar. Me veía en una posición totalmente nueva, despidiendo personal, cerrando el teatro, buscando maneras de conseguir dinero. Me vine abajo. ¡Me rendí! Mi ánimo se desplomó.
Llegar hasta donde lo había hecho había sido duro, es verdad que todo había fluido, pero, como digo, con mucho trabajo y mucho sacrificio. Una vida entregada a mi profesión y, este momento, el estreno de We Will Rock You, era el premio. Por fin había llegado a mi meta, el trabajo había merecido la pena. Aunque si este era el final, tal vez nada lo habría merecido.
Más tarde aprendí que todo acababa bien, y si no ha acabado bien, es que todavía no ha terminado, pero, obviamente, en ese instante no lo veía. Buscaba salidas y no encontraba puertas. Hacía preguntas y no llegaban respuestas. Me encerré en mí mismo. Me volví arisco. Me sentía fracasado, hundido, tanto esfuerzo para qué. Continué buscando respuestas. ¿Por qué me había pasado esto a mí? Y cada día que no recibía soluciones me volvía peor persona. Lo que no sabía era que las respuestas, a veces, están en sitios inesperados. Y lo que tampoco sabía era que mi golpe de varita estaba a punto de llegar, de una manera y en un lugar al que nunca hubiese ido si la vida no me hubiese puesto en esta situación.
He escrito este libro esperando que te dé respuestas a tus preguntas y para que confíes en que las soluciones están más cerca de lo que piensas, aunque quizás no estés escuchando con atención. Tengo que confesar que he tardado bastante en hacerlo porque, a pesar de mi toque de varita, de mi despertar diario y del viaje que estoy realizando desde hace tiempo a mi interior, el mundo de lo físico me absorbe en ocasiones con intensidad y me aparta de lo realmente importante.
Estoy tan ocupado con toda la nada que tengo que hacer que confundo lo urgente con lo importante.
Aun así, como siempre regreso a mi camino, por fin lo he escrito. Es curioso porque he conseguido terminarlo en otro golpe, esos que no entendemos pero que tenemos que aceptar. He aprendido que con la vida es mejor no discutir, siempre gana.
Mientras escribo esto estamos en estado de alarma, confinados entre cuatro paredes, viviendo una pandemia mundial. Llevamos sesenta días encerrados en casa padeciendo una gran crisis sanitaria. Un momento que solo ha visto una generación.
Tú y yo podremos decir que hemos crecido en una sociedad completamente distinta a la que nacimos y que hemos conocido una revolución industrial tecnológica y un confinamiento sin precedente. Eso solo puede decirlo una generación en la historia: la nuestra.
Imagino que habrás adivinado que hablo de la COVID-19, de ese bicho que tanto daño está haciendo al mundo entero. De ese bicho que ha destrozado familias y que ha instalado el miedo entre los humanos. No voy a desarrollar este tema porque me llevaría otro libro, pero es importante que sepas que estas páginas las concebí en los días de confinamiento.
Llevaba en mi cabeza mucho tiempo y pensaba escribirlo una vez inaugurase mi último proyecto, la rehabilitación de la antigua estación de Príncipe Pío para convertirla en teatro. Proyecto que me ha llevado seis años de obra y de duro trabajo, pero que por fin conseguí estrenar el 1 de marzo del 2020. Ocho días después me cerraron el teatro por la COVID-19, otro revés de la vida. De nuevo, cierre de shows, despidos… Parece la misma historia que la del 2004, ¿verdad?, pero no lo es, ¿y sabes por qué? Porque después del golpe de varita, después del despertar y después de realizar el viaje al centro de mí mismo, las situaciones negativas ya nunca se viven igual; y los problemas, por muy duros que sean, se ven diferentes. Y mira que ahora estamos en una situación mucho peor, ya que no hay fecha para abrir de nuevo los teatros. Y no se sabe en qué condiciones se abrirán y no sabemos si el público, invadido por el miedo, querrá regresar a un sitio cerrado.
Hasta que se tenga una vacuna la cosa pinta bastante mal; sin embargo, mi manera de llevar las cosas es muy distinta a la de hace dieciséis años. Ahora veo con claridad y siento de dentro hacia fuera y no de fuera hacia dentro, y, créeme, todo cambia.
Termino este libro justo el día que se ha levantado el estado de alarma, el 20 de junio de 2020. Imagino que tenía que ser así y espero de corazón que mi viaje te ayude si has salido de esta crisis con preguntas sin respuesta. Hay situaciones difíciles de entender, no podemos cambiarlas, pero sí podemos, por muy difícil que parezca, cambiar lo que pensamos o cómo actuamos sobre ellas. Espero que lo disfrutes. Quizás este libro sea el golpe mágico que estabas esperando.