Читать книгу Viaje al centro de ti - Los 12 mandamientos del siglo XXI - Luis Fernando arean Alvarez - Страница 16
1 EL VIAJE QUE CAMBIÓ MI VIDA
ОглавлениеEs fundamental empezar con una advertencia.
Debo avisarte de que vas a leer hechos que te parecerán increíbles, pero por eso son milagros. Seguro que si en vez de vivirlos en primera persona me los hubieran contado, no los habría creído.
Los consideres milagros o no, te recomiendo que los leas porque no son relatos que me haya inventado, son revelaciones que te voy a transmitir tal y como a mí me llegaron de quienes yo llamo mis maestros espirituales. A su vez seguro que ellos los recibieron de otros maestros anteriores y así sucesivamente. Imagino que todo partiría de algún Ser Superior o de otra dimensión. ¿Cuál? No lo sé, y además no creo que tengamos la capacidad de entenderlo. Las limitaciones que tenemos como humanos no nos dejan ver con claridad a los seres y energías diferentes, aunque al leer este libro verás cómo puedes alcanzar un mayor nivel de conciencia que te permita sentirte conectado con algo superior en todo momento.
Pues bien, regresemos a 2004. Después de los atentados del 11-M que antes te contaba, me hundí en lo que se puede llamar una depresión. No encontraba sentido a nada, no sabía cómo salir de la situación y no veía luz al final del túnel.
Desde hacía tiempo tenía la costumbre de preguntarme cada mañana si era feliz. Y hasta hacía poco la respuesta solía ser siempre ¡sí! Estaba consiguiendo lo que deseaba, estaba llegando a la cima de la montaña que me había creado. Por supuesto que era feliz, de eso se trababa la felicidad, ¿no? O por lo menos eso me habían enseñado desde la infancia. Pero después del golpe que me dio la vida, mi repuesta empezó a ser no, no y no.
Fueron pasando los días y la respuesta continuaba siendo la misma, y así seguiría si no tomaba una acción inmediata. De hecho, sabía que solo la necesidad de tener que repetirme esa pregunta significaba que no era feliz.
Ahora sé que cuando uno es feliz no necesita preguntarse nada, simplemente lo es. Al igual que no necesita preguntarse si está respirando. Simplemente respira.
Recuerda esto: cuando tengas dudas sobre si hacer algo o no, si la pregunta existe es porque no lo quieres hacer. Cuando uno quiere de verdad hacer algo, lo hace. La verdad nunca duda.
Volvamos a mi relato. Me empezaba a preguntar si alguna vez había sido feliz. En aquel momento me lo cuestionaba todo y no sabía si ser feliz era en realidad lo que la sociedad identificaba como tal, pero ¿qué tipo de felicidad era esa que podía desaparecer de la noche a la mañana? ¿Es felicidad aquello que está condicionado por situaciones que no puedes controlar? Es como si hablar dependiese de que otra persona te dejara la voz.
Si la felicidad no depende de ti, es imposible que seas feliz.
Comencé a pensar que quizás la verdadera felicidad era aquella que recordaba de la infancia, donde siempre estaba alegre. Porque solo el hecho de saber que en cualquier momento la puedes perder, independientemente de lo que hagas, hace que tus instantes de felicidad mueran de inmediato por el miedo a que desaparezcan en un segundo. Esta reflexión me hacía pensar que no estaba donde siempre me habían dicho. Y, si no estaba allí, ¿dónde se escondía?
Como ves, mi cabeza era un hervidero de preguntas y reflexiones sobre absolutamente todo. Llegaba a dudar de mi propia existencia, aunque entendía que esa pregunta ya la tenía resuelta hacía cuatrocientos años gracias a Descartes: «Pienso, luego existo». Aunque hoy yo diría esta máxima al revés: existo, luego pienso. Porque ahora tengo claro que el ser está por encima del pensamiento, pero por aquel entonces de lo único que tenía absoluta certeza era de que estaba pensando, así que pasaría al siguiente peldaño.