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LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA

En aquellos tiempos de mi estadía en Galilea, muchos fueron los tropiezos que se presentaron en mi vida de Mesías, más sin embargo, fueron superados por mi fe y mi firmeza en la misión que el Padre Celestial en Mí había confiado.

Después de mi partida del planeta, se crearon muchas leyendas acerca de mi ministerio, que todavía persisten y que no son verdaderas, por ello hoy, a través, de este escrito, aclaro uno de los aspectos de mi vida en la tierra, que sigue siendo mentira y aún así, continúa difundiéndose por la tierra y ese suceso tergiversado de mi vida, es la resurrección.

La resurrección, amados míos, sólamente puede darse en espíritu, y como es sabido, todo lo que es del espíritu es eterno e indestructible, mientras que, en la materia, todo es transitoria y efímero, luego, la resurrección no puede darse en la materia, por tal razón, dije: lo que ha nacido de la carne, carne es, es decir, pertenece al mundo material y como todo lo que es del mundo material, es efímero y termina, por consiguiente no puede resucitar.

En cambio, la vida en el espíritu es eterna, este principio de vida dado por el Eterno Creador, no puede fenecer ya que hace a la creación, a su imagen y semejanza. Si razonáis bien, la vida establece que el espíritu no fenezca porque es creado a imagen del Creador, que es Espíritu Puro, por consiguiente, toda resurrección, únicamente se da en espíritu y jamás, en el cuerpo físico.

La carne fenece porque sólamente es la envoltura, que sirve de vestidura, al espíritu, para que éste pueda entrar al mundo de la materia, así, como el minero se reviste de ropa apropiada para incursionar en las entrañas de la tierra, y después que la vestidura ha cumplido su servicio, es desechada, de la misma manera, ocurre con el cuerpo físico, por lo cual, es imposible que éste resucite.

Así, como cada oficio tiene su vestidura apropiada y al terminarlo se desecha la ropa, de igual manera, cada forma de vida tiene su cuerpo físico apropiado, para su experiencia a realizar y al concluirla lo abandona al desencarnar.

Es importante el discernimiento, para llevar a vuestra mente la comprensión de los asuntos de espíritu y lleguéis a cambiar vuestras actitudes, con base a la verdad, que os da el raciocinio, por lo tanto, es conveniente que discurráis y no aceptéis sin comprender, ni razonar todo cuanto se os diga.

La resurrección es el trance que experimenta una forma de vida de un estado espiritual a otro de superior conciencia, la cual se sucede aun estando el espíritu encarnado, en cualquiera manifestación de vida; su adelanto espiritual depende del discernimiento que lo conduzcan a nuevos comportamientos de amor. Esto os debe llevar a la comprensión, de la resurrección diaria que vuestros espíritus experimentan en cada experiencia comprendida.

La resurrección, también sucede, cuando al desprenderse el espíritu de la carne, asciende a niveles de conciencia de gran luz, en la escala evolutiva.

Recordad siempre que la vida es eterna y vosotros sois vida, por lo tanto, sois eternos, como lo es el Eterno Creador.

Jesús de Nazaret

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