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YO SOY EL BUEN PASTOR Y LA ENERGÍA AMOR

Recordad aquella que frase que dije: “Yo soy el buen pastor que da la vida por sus ovejas. El pastor que es asalariado si ve venir al lobo sale corriendo y abandona el rebaño; en cambio, el buen pastor, da la vida por sus ovejas”. En ese entonces, cuando hablaba en parábolas, se entendió que me refería a mi personalidad, y Jesús era el pastor, mas hoy os digo, que hacía mención a la energía amor actuando en cada uno de vosotros, la cual fluía a través, de mis palabras, para daros entender el amor del Eterno Creador, que os da la vida y permanece siempre en vosotros.

El Eterno Creador os da la vida en abundancia, por medio de la aceptación y reconocimiento de la presencia de esta poderosa energía en vuestra vida y, según, lo deseéis, la moldeáis y la ponéis a vuestro servicio. Este es el verdadero pastor, que os da la vida eterna y se hace uno con vosotros.

La energía amor, es el buen pastor que se expresa en infinitas manifestaciones, cuidándoos, proveyéndoos y actuando a través, de vosotros, si se lo permitís, con vuestro libre albedrío. Por ello, debéis entender, que la energía amor, como el buen pastor, está presente en su creación, permanentemente, lista a la acción.

El pastor asalariado, es la misma energía amor, que os llena de miedos, temores, dudas e indecisiones, por su baja o escasa vibración de amor y os conduce por caminos equivocados, realizando comportamientos negativos. Es la energía que separa, para lograr su propio bienestar, sin considerar el daño causado. Es la energía que lleva al enriquecimiento a costa del sacrificio de los demás, etc.

Esta energía egoísta, es el pastor asalariado que lleváis por dentro, cuando disminuís la vibración de la energía amor, luego, el buen pastor y el pastor asalariado, son una misma cosa, sólo se establece la diferencia en el modo en que se use la energía amor.

Por lo tanto, todos sois pastores de vuestra propia energía, que os mueve a la acción positiva o negativamente. Esta sencilla verdad debéis discernirla y así sabréis si sois el buen pastor o el pastor asalariado, que abandona las ovejas por cuidar su propia vida.

En esta frase del buen pastor, se sintetiza la presencia poderosa de la energía amor, presente en toda la creación.