Читать книгу Pienso, luego molesto. Siento, luego existo - Manuel Riesco González - Страница 18
TONTOS, SÍ, PERO ¿FELICES?
ОглавлениеMuerto Descartes, ¿se acabaron los problemas? Quizás podríamos responder que somos tontos, pero felices al fin, sin problemas. Un condicional que, desgraciadamente, hoy se conjuga en presente: los que piensan son escasos y molestan. Por eso muchos se rinden y prefieren no pensar. No interesa la verdad ni conocer el porqué de las cosas, simplemente vivir. Eso sí, adormecidos y super-controlados.
No pensar supone poner al cerebro en situación de anemia, menoscabando sus funciones básicas
(Fuster y Rojas)
Las consecuencias de tal posicionamiento tienen un coste muy elevado: dejamos de ser personas y quedamos a merced de las circunstancias.
La meta del Homo sapiens en el ejercicio de sus neuronas es buscar la verdad. Una verdad que exige apertura de mente y de corazón, ecuanimidad, ausencia de prejuicios y apegos, diálogo con los otros, con el mundo y con la propia voz interior, como ya lo apuntó el famoso aforismo inscrito en el templo de Apolo: «Conócete a ti mismo». Ya lo decía el gran Machado: «TU verdad no, LA verdad. Y ven conmigo a buscarla; la tuya guárdatela». Jesús, el Maestro, dio un paso adelante: «La verdad os hará libres» (Jn 8, 31-32). Verdad y libertad van unidas. Tontos, sí, pero ¿felices?
Una última sensación: faltan líderes sociales que ilusionen, que marquen un rumbo, que sepan convencer, que tengan visión y cuyas vidas estén preñadas de valores dignos de la especie humana. Líderes inteligentes, comprometidos y éticos para audiencias inteligentes y comprometidas con la verdad.
1 Cfr. el excelente estudio de Carr, N. (2011). ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? Superficiales. Madrid: Taurus.