Читать книгу Pienso, luego molesto. Siento, luego existo - Manuel Riesco González - Страница 9
Introducción
ОглавлениеNuestra sociedad ha alcanzado un nivel de vida muy elevado: menos guerras, menos pobreza, menos dictaduras, mejores servicios sociales, etc. Pero aún queda un largo trecho para que sepamos vivir en armonía con el planeta y para que la justicia y los derechos humanos sean una realidad universal. Las tecnologías han derrumbado barreras hasta ahora infranqueables, facilitando el libre acceso a la información y el conocimiento. Pero, paradójicamente, también han generado un ruido inmenso y han colaborado a incrementar de manera significativa la brecha entre las élites pensantes y las masas obedientes. Hoy no está de moda el pensar. Los que piensan son pocos y, con frecuencia, molestan: «Pienso, luego molesto».
Gran parte de los males de la humanidad estriba en la incapacidad de las personas para pararse, reflexionar, estar a solas consigo mismas. Pero en la evolución del Homo sapiens, antes que la razón fueron las emociones y los sentimientos. ¿Cómo conciliar mente y corazón, condenados a entenderse? ¿Será necesario actualizar o reformular el axioma «pienso, luego existo» por «siento, luego existo»? En el capítulo II se conjugan un ramillete de emociones y sentimientos como el amor, el miedo, la compasión, el dolor, la soledad y la gratitud.
En este libro se combinan ideas, sugerencias y experiencias personales. No voy a descubrir hasta dónde llega la autobiografía y la ficción. Lo dejo en manos del lector. En cualquier caso, en los capítulos centrales, bajo la estela de Forrest Gump y la palabra de reconocidos Maestros de la Vida, se desgranan dos asuntos. Por una parte, se muestran algunas heridas y piedras con las que tropezamos en nuestro acontecer por el mundo. Por otra, se proponen estrategias para superarlas.
La tarea más importante del ser humano es vivir de manera digna y satisfactoria su propia vida. Cada día es un milagro, una oportunidad única para disfrutarlo, para construir las raíces, las ramas y el árbol de la propia felicidad. Pero el tiempo vuela, sobre todo cuando uno se va haciendo mayor. Por eso es necesario gestionarlo de manera adecuada y eficiente. Todo un reto y todo un arte.
El autor