Читать книгу Tastoanes de Tonalá - María Honoria de Jesús Hurtado Solís - Страница 16

Recuerdo de su territorio expresado en la danza

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En la segunda década del siglo XVII los frailes doctrineros de Tonalá enviaron un informe a la Real Audiencia de México en el que decían que los habitantes del pueblo «…contados chicos y grandes pasaron de veinte mil, sólo en el pueblo de Tonalán» (López, 1983: 32). Los religiosos también hicieron referencia a que los naturales:

...querían que siempre tuvieran todos los más días fiestas por gran gusto que tenían, como también tenían en él deseos de hacer sus casas, pues, siempre estaban trazando y midiendo las tierras con que determinaron muchas veces y venían por instantes a pedirnos consuelo, por que era mucha la gente que en el pueblo había, motivo de muchas pestes por estar tan juntos (López, 1983: 35).

Continúan diciendo los frailes que todo lo que habían relatado era verdad y ya no eran indios bárbaros ni gentiles como los demás naturales del imperio, sino dóciles, pues:

...estuviéronse conforme a la ley de Dios, y a nuestros mandatos sin repugnar cosa como hijos verdaderos, pues, de la menos palabra que decíamos todos estaban, aunque no nos entendían porque hablan en lengua diferente, pero, en la fisonomía de la cara que se les veían figuraban todos los naturales que estábamos enojados contra ellos y venían hincándose de rodillas siendo una nación la más belicosa y bárbara que hemos experimentado5 según de modo de gobierno y de modo de castigar a sus compañeros [...] nos es preciso declarar que dichos indios de la gran Provincia y pueblo de Tonalán necesitan de más tierras que los demás pueblos, porque como digo que es mucha la cantidad de naturales que en dicho pueblo hay [...] estaban incómodos, pues, no tenían donde tener un animal (López, 1983: 35-37 y 39).

Los pobladores indígenas de Tonalá, como los de otros pueblos de México, pedían constantemente a las autoridades que les concedieran más tierras, pues estaban relegados a espacios reducidos y asentados en una loma pedregosa donde no podían sembrar. Por ello actuaron por sí mismos y retomaron las tierras del poniente del pueblo, donde empieza el valle de Atemajac, lo que posteriormente se llamó Las Huertas.6

En 1696 varios testigos españoles, indígenas, mestizos y mulatos declararon bajo juramento por Dios y la señal de la cruz que los naturales necesitaban más tierra para su sustento.7 Las solicitudes iniciaron en febrero de aquel año y continuaron las quejas y peticiones hasta el primero de septiembre de 1819.

En la memoria quedaron las peticiones que por tres siglos o más tiempo expresaron los naturales. El hecho de pasar su vida trazando y midiendo las tierras que les quitaron y les devolvían a cuentagotas quedó registrado en la danza de los tastoanes. Esto se puede observar en la representación cuando salen los personajes de la danza a medir la plaza, que por momentos representa el área de Tonalá. Se dan como límites del norte y oriente al río Santiago, al poniente el arroyo de Osorio y al sur la Fuente Chica.8 Esto se aprecia cuando un tastoán coloca las mojoneras, que funcionan como indicadores de cada uno de los cuatro vientos o puntos cardinales.


Tastoán y el apóstol Santiago a caballo simulando la batalla (Tonalá, 2008). Archivo Fotográfico del Ayuntamiento de Tonalá.


Ilustración del Lienzo de Tlaxcala que registra la batalla de Tonalá en 1530 entre indígenas y españoles, acompañados de sus aliados.

Tastoanes de Tonalá

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