Читать книгу Crema volteada - Mario Valdivia V. - Страница 15
ОглавлениеSILENCIO
(Abril 16, 2020)
De pronto escuché el silencio del mundo. Caído en un mutismo difícil de oír, no había percibido su mudez. Quizá permitió que lo hiciera el ánimo reflexivo que me trajo la pandemia, o el simple silencio de las calles de Santiago. Un mundo en el cual las personas no dejan de hablar, pero nadie dice nada.
Hablamos para coordinar agendas y actividades, hacer y ejecutar planes, mejorar, regular, hacer eficiente, optimizar, valorizar… Hablamos para manejarnos en el mundo presente y administrarlo. A veces inventamos un producto nuevo que compite mejor, con todas las conversaciones que eso conlleva. Hablamos para enamorarnos, entretenernos, casarnos y formar a nuestros hijos e hijas. Sobre todo, hablamos en una chachara incesante que lo evalúa todo, se escandaliza con facilidad, y lo deja todo igual.
Pero el mundo no cambia, nadie lo inventa ni reinventa. No hay voces que declaren para dónde vamos, que ofrezcan un significado, un sentido, una orientación. Silencio. Envueltos en el mutismo administramos nuestras vidas como podemos, sin saber bien qué hacemos vivos. Antes había voces que anunciaban orientaciones y propósitos, declaraban posibilidades valiosas.
El dios cristiano fue una que oímos de cerca. Habló durante siglos. Todos prestaban atención. Le dio sentido al mundo y significado a la vida humana. Hoy pocos lo traen a colación en conversaciones públicas. Perdió toda fuerza argumental; en realidad, derecho a hablar. En privado, en grupos cerrados, puede ser…
El iluminismo, el individuo libre, el progreso, la ciencia y la razón reemplazaron a esa voz en la historia. En el fondo era la misma – la misma moral, la misma esperanza en un futuro de salvación, cuando menos siempre mejor, el mismo mesianismo, la misma creencia en la verdad –, reconvertida en humana y terrena. La seguridad en el progreso fue su promesa fundamental, la fuente del sentido y la orientación que trajo al mundo. Todos éramos parte de una humanidad que progresaba. Es una voz que, como la anterior, perdió su fuera significadora. No todo progresa con el progreso y lo que progresa no resulta ser tan importante, después de todo. Hoy día no nos llena de sentido la promesa del conocimiento, la libertad y las oportunidades creadas por el avance del conocimiento científico.
La sociedad sin clases que haría realidad la libertad, la igualdad, la justicia y la democracia, fue declarada por la voz del movimiento de trabajadores y proletarios del mundo capitalista. Creó sentido, dio significados a generaciones, orientó nuestra existencia histórica. Al igual que las otras, una voz desaparecida. Hasta hace poco encarnada en las voces de multitudes activas, hoy sustituidas por multitudes agresivas silentes.
(Leí una gran entrevista reciente a Alain Touraine en el País de España en la que habla del silencio. No le habría prestado atención sin estar previamente sintonizado con la mudez.)