Читать книгу Camino al Armagedón - Marvin Moore - Страница 25
El verdadero problema
ОглавлениеEl punto crítico aquí son las emociones de Lucifer. Se había enorgullecido de su belleza y de la alta posición que ocupaba como querubín protector que estaba junto al Trono de Dios. Después de todo, él, Lucifer, hizo importantes mandados para el Dios Todopoderoso, ¡el Anciano de días y el Creador de todo lo que existe! Él, Lucifer, era el querubín protector que estaba junto a Dios en su Trono. Él, Lucifer, estaba bellamente decorado con muchas joyas que estaban engastadas en oro. Cómo debió de hincharse su pecho al pensarlo. ¡Cómo debió de pavonearse al mirar su reflejo en el mar de cristal!
El orgullo es una emoción, y si se usa correctamente es una buena emoción. Completar una tarea difícil se siente bien, y debería ser así. Crear una obra de arte hermosa se siente bien, ¡y debería ser así! El éxito se siente bien, y debería ser así. Todos estos son motivos poderosos. Lucifer seguramente tuvo esta buena clase de orgullo durante años, quizá siglos o incluso milenios, antes de su caída. Y estaba bien. Dios nos creó para tener estos sentimientos satisfactorios acerca de nuestros logros.
Pero entonces Lucifer observó que Miguel tenía privilegios que iban más allá de los suyos. Todos los ángeles adoraban a Miguel. Miguel asistía a los concilios de la Deidad. Miguel tenía mayor autoridad sobre los ángeles que Lucifer. ¡Miguel incluso tenía la autoridad para dar órdenes a Lucifer! Sin embargo, Miguel parecía ser un ángel como los otros ángeles. Al principio, Lucifer probablemente sintió una punzada de resentimiento: ¿Quién es él para mandonearme? Con cada orden que Miguel le daba, el resentimiento de Lucifer aumentaba. Luego comenzó a comparar su propia apariencia y su propia posición con la de Miguel, y llegó a la conclusión de que en realidad era más grande que Miguel. De hecho, puesto que la humildad es una de las características más particulares de Cristo (Fil. 2:5-11; Juan 13:2-17), es completamente posible que su apariencia fuera más simple que la de Lucifer. Pero aun así los celos se apoderaron de él.
Ahora, por favor, presta mucha atención a lo que estaba ocurriendo. Elena de White dijo que Dios el Padre había explicado muy claramente por qué Cristo tenía una posición más elevada que Lucifer. Esto significa que Lucifer tenía la información que necesitaba para entender por qué Cristo gozaba de una posición superior a la suya. Y “la influencia de los santos ángeles pareció por algún tiempo arrastrarlo con ellos [...]. El espíritu del mal parecía vencido; indecible amor conmovía su ser entero; al igual que los inmaculados adoradores, su alma se hinchió de amor por el Padre y el Hijo”.40 Lucifer no solo entendió el papel de Cristo, sino también por un tiempo se regocijó en él. Sin embargo, “en su corazón se libraba un extraño y feroz conflicto. La verdad, la justicia y la lealtad luchaban contra los celos y la envidia [...]. Pero luego se llenó del orgullo de su propia gloria. Volvió a su deseo de supremacía, y una vez más dio cabida a su envidia de Cristo”.41 Así que, Lucifer tuvo que tomar una decisión: seguir lo que él sabía que era verdad o seguir sus sentimientos. Desdichadamente, como todos sabemos, eligió seguir sus malos sentimientos.