Читать книгу Yo maté a mi tía Gladys - Mayra Black - Страница 11

VII

Оглавление

Del diario de Ramiro

Lunes, 31 de mayo del 2010

Mi cama era de madera, con un respaldo trabajado en arabescos, de color oscuro y brillante. El cuarto tenía dos paredes pintadas de azul y las otras dos de un celeste pálido, casi desteñido. La puerta y las ventanas tenían los marcos del mismo azul oscuro, también las cortinas, la alfombra y hasta el acolchado de invierno, no había lugar para otros colores en mi dormitorio. Según mi madre, había sido decidido así por mi padre; al parecer, ella nunca había tenido posibilidad de opinar ni elegir nada de lo que tuviera que ver con la decoración de su propia casa. Y mi tía Gladys se limitaba a aprobar con una sonrisa todo lo que mamá decía, moviendo afirmativamente la cabeza, sí, sí, las dos hermanitas Ventura debían estar de acuerdo en todo, siempre. Me pregunto si sería verdad…

Ahora, ese que fue mi cuarto se ha convertido en un espacio para guardar esos trastos que todavía no sé dónde colocar, si regalarlos, donarlos a alguna institución de caridad o simplemente, tirarlos al contenedor para basura junto a los restos de maderas rotas, azulejos convertidos en añicos y latas de pintura vacías. No quiero ni siquiera ingresar a ese cuarto ni me atrevo a proyectar una remodelación tampoco; no quiero hacer nada que me obligue a permanecer allí más que unos segundos. Odio ese cuarto, odio toda la perversión que ha quedado grabada en sus paredes, los recuerdos que hacen daño, inmundos, malditos, sucios recuerdos. Pero que, si les doy espacio para regresar, podrían despertar en mí los mismos instintos que un día iniciaron el destino criminal que hoy me atormenta.

Yo maté a mi tía Gladys

Подняться наверх