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Primer prólogo
ОглавлениеEl lujo sostenible y el mundo de las pieles
Prof. Dr. Ashok Som.ESSEC Business School, Paris
En cierta medida, los términos sostenible y lujo son sinónimos aunque paradójicos a la vez. La contradicción comienza por la definición de lujo tradicional, en oposición al lujo actual. Permítanme explicarlo. Lujo, a menudo, significa exceso, moda, placer, ostentación y residuos, mientras que sostenibilidad es sinónimo de ética y moderación, ya que invita a los consumidores a satisfacer las necesidades y los deseos de la generación actual sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Con frecuencia olvidamos que el lujo también denota productos sostenibles y con las mismas cualidades esenciales que los otros artículos de lujo; requiriendo una extraordinaria creatividad y diseño. Se deben elaborar a partir de materiales excepcionales, de buena calidad y prestando importancia a la durabilidad, utilizando el concepto de menos pero mejor. Los artículos de lujo tienen la sostenibilidad implícitamente incorporada ya que no pasan de moda y perduran toda la vida.
Los productos de lujo de antaño y que duran toda la vida, siempre han sido sostenibles, pero no fueron analizados como tales. A medida que aumentan las tensiones sociales y ambientales, y los recursos mundiales son sometidos a mayores presiones, la industria del lujo adoptó las normas ambientales y laborales adecuadas. ¿Por qué? Uno de los motivos, es que la generación actual cambió su mentalidad y así lo exige. El mundo sostenible suscita deseo. Significa que los productos que se crean desde una perspectiva ética generan menos residuos y son más duraderos. Los consumidores educados, responsables y con consciencia cultural, son afectos a expresar su personalidad de ser éticos, creativos y de estar conectados. Son menos afectos a solo poseer más bienes. Desean conocer el origen de los ingredientes, materias primas, bienestar animal e impactos sociales y ambientales de los productos en un sentido más amplio. Para que los productos sean codiciados por parte de la oferta, las marcas deben poner énfasis en el factor sostenible. Esto significa preservar el arte y el savoir faire, respetando el medio ambiente, creando así un producto con valores sostenibles, que sea por definición, excepcional. Se trata de otra opción para salvar el planeta, ya que estaríamos canalizando nuestro poder adquisitivo hacia los sectores donde causamos menor daño.
Por lo tanto, la relación entre lujo y sostenibilidad ya no es unilateral. sino una relación interdependiente donde el lujo no puede existir sin la sostenibilidad. Así debe ser, porque no reconocer la escasez de estos recursos significaría no solo su eventual desaparición, sino también el fin de los negocios en cuestión y, en algunos casos, el fin de tradiciones centenarias. En realidad, la producción limitada, el control estricto de la oferta y la demanda, los precios altos, la decisión de no deslocalizar ni subcontratar la producción, el uso limitado de maquinaria y la preservación de la artesanía, además de la producción de artículos de alta calidad, han beneficiado a compañías como Solantu y Yacaré Porá (la granja de caimanes de Argentina).
Solantu y Yacaré Porá preservan y desarrollan el negocio del comercio de cocodrilos en Argentina. Tal como se informó en Design for Biodiversity [Diseño para la Biodiversidad]1: “El comercio de cocodrilos en Argentina es un excelente ejemplo del equilibrio e interdependencias entre negocios, conservación del hábitat y sustento local. Los cocodrilos desempeñan un papel importante en su entorno de humedales, ayudan a mantener un ecosistema equilibrado al regular a otras especies y fertilizar plantas acuáticas, y sin embargo, están amenazados por la caza ilegal y la alta tasa de mortalidad que experimentan las crías recién nacidas. En un esfuerzo por respaldar el hábitat y la población de Caimanes en Argentina, los criadores colaboraron con los gauchos locales (jinetes expertos y figuras legendarias argentinas), que trabajan en ranchos y mantienen una fuerte conexión con la vida silvestre. Para proteger los huevos de los depredadores, tanto humanos como animales, los gauchos los recogen y marcan los nidos. Los gauchos llevan los huevos a sus hogares, donde pueden cuidarlos hasta que son llevados nuevamente a la estación de cría para su incubación y desarrollo. Cuando son lo suficientemente grandes, la mitad2 de los cocodrilos se devuelve a los nidos originales y el resto se conserva para el comercio. Al educar y brindar una oportunidad y un incentivo a la comunidad local para ser parte del comercio legal, disminuyó la caza ilegal y la población de Caimanes aumentó con creces, fundamentalmente promoviendo la resiliencia económica y ecológica del medio ambiente local. Las marcas de moda tienen clara la necesidad imperiosa de pensar en los recursos naturales de los cuales dependen: el valor aproximado del mercado de accesorios de lujo asciende a €57.000 millones y actualmente las pieles de animales exóticos representan casi 10% de las ventas de carteras de lujo. A pesar de la controversia existente, la demanda de pieles exóticas como serpiente, cocodrilo y caimán está en aumento, y con la venta de carteras de reptil 30 veces más caras que sus contrapartes bovinas, el incentivo comercial es evidente. Si bien puede resultar difícil entender el uso de pieles exóticas en la moda, y muchos consideran inmoral hacerlo, siguen siendo un recurso importante y valioso para las comunidades en América del Norte, América del Sur y el sudeste de Asia”.
1. http://sustainable-fashion.com/blog/design-for-biodiversity-the-crocodile/
2. Nota del autor del libro: la cantidad mencionada corresponde a la fuente citada por el Prof. Ashok Som. La devolución anual a la naturaleza es variable dependiendo de los resultados del monitoreo de la especie y las inclemencias climáticas. Entre 2005 y 2017 se devolvieron a la naturaleza 9200 ejemplares.