Читать книгу Logro mis objetivos…, pero ¿hago lo correcto? - Miquel Bastons Prat - Страница 9
La cuestión de fondo
ОглавлениеLa Ética trata sobre cómo resolver “un” problema, un problema implícito que está en todos los problemas explícitos. No se ocupa de los problemas de la vida concreta (de eso se ocupan otras disciplinas), sino del problema de “nuestra vida”, de “vivir como seres humanos”, del problema de vivir bien, problema, por cierto, que sólo tenemos los seres humanos. Ningún perro ha de resolver el problema de vivir como perro, ni un nogal plantearse cómo ser un nogal. En cambio, nosotros tenemos que resolver el problema de “ser humanos”. Ningún otro ser –que sepamos– tiene que plantearse qué es lo correcto hacer. El ser humano sí. Y la Ética es la ciencia que trata de esa cuestión.
Los demás seres podemos decir que saben “automáticamente” cuál es el modo correcto de actuar. Un animal no se equivoca: huye si ve un peligro, se acerca si ve comida, … El ser humano tiene que decidirlo. Por eso, como dice Spaeman: ser hombre es más difícil que ser animal. Cómo queremos ser y vivir tenemos de decidirlo nosotros y nosotras. O, como decía el profesor Leonardo Polo, “al decidir, también ‘nos’ decidimos”5. Eso es la libertad.
Cuando decimos “no sé si actúo correctamente” no estamos dudando de cómo hacer algo, sino que estoy planteándome cómo ser, el valor de una acción concreta para contribuir a ser lo que quiero ser; “la conexión” –a menudo, incierta– entre la acción concreta y el logro personal.
Esta peculiaridad del ser humano (el decidir y el decidirse) es uno de los aspectos por los que nos denominamos “personas”. Nos encontramos ante el “problema” de ir configurando “quien soy”. Es el que se denomina el problema de encontrar el “sentido de la vida” o definir el “proyecto vital”. Cuando hablamos del “problema implícito”, nos referimos a ese problema que está “en el fondo” de los problemas explícitos que vamos resolviendo.
–Cris: Siempre me he preguntado –y recuerdo que mis compañeros también– por qué motivo a un estudiante de Arquitectura, de Derecho o de ADE, por ejemplo, se le obliga a estudiar Ética.
–A: Cuando se es joven –y, a veces, no tan joven– se cree que el mundo lo mueven los números, los gráficos, las reglas, los métodos, … Lo importante es “saber de números” y “métodos” (a ser posible, digitales). Todo esto está orientado a conseguir “objetivos”.
Pero los conocimientos específicos que se ofrecen en una especialidad académica no agotan los problemas que se van a encontrar en el ejercicio de su profesión, por lo tanto, las disciplinas más específicas y técnicas –orientadas a objetivos– dejan incompleta la formación. En especial, no se ocupan de cómo se resuelve el problema “de fondo” más importante: cómo hacer nuestra vida, qué puedo y qué quiero ser. De esto trata la Ética y esa es la razón por la que debe estar en los planes de estudios.