Читать книгу Florecer juntos - Miriam Subirana - Страница 29

Compromiso

Оглавление

El compromiso desencadena el poder e invita al universo a ayudar. Sin compromiso no avanzamos. Sin compromiso no crecemos. Me doy cuenta de que muchas personas se proponen cosas que finalmente no hacen porque no se comprometen. Nuestra voluntad se ha debilitado. Somos marionetas de nuestros deseos y de las circunstancias; y nuestra determinación se quedó dormida o colgando de un hilo.

Difícilmente podrás llevar a tu vida diaria tus anhelos más elevados si no actúas con compromiso. Necesitas un nivel de compromiso apasionado y sincero que te ayude a superar las debilidades y los percances e imprevistos que se interpongan en tu camino. Con compromiso verás cómo tus energías fluyen. Te lo tienes que proponer, debes querer, tomar la decisión, tener la voluntad, y hacerlo. Ahora. Comprométete y actúa. Atrévete a comprometerte. Comprométete de forma decidida en la práctica de nuevas actitudes, pensamientos y acciones. Cultiva tu plenitud, te lo mereces. Atrévete a liberarte de lo que ya no necesitas, de lo que no es tuyo, de lo que ya pasó.

Goethe describió los resultados del compromiso así: «Hasta que uno no se compromete, está la duda, la posibilidad de retroceder, siempre sin provecho. Por lo que se refiere a todos los actos de iniciativa (y de creación), hay una verdad elemental cuya ignorancia mata un sinnúmero de ideas, así como espléndidos planes: que en el momento en que uno se compromete de veras, la Providencia también actúa. Para ayudarlo a uno, ocurren todo tipo de cosas que, sin decisión, no ocurrirían jamás. Toda una corriente de acontecimientos se desprende de la decisión, provocando, a favor de uno, todo tipo de incidentes imprevistos, encuentros y ayuda material que nunca nadie hubiera soñado que sucedieran. Cualquier cosa que puedas soñar que puedes hacer, empieza a hacerla. El atrevimiento conlleva genio, poder y magia. ¡Empieza ahora!».

Comprometerte implica conectar con tus sueños. Mantenerlos en tu visión. No perder de vista el horizonte ni el norte. Clarificar tus metas. Crear lo mejor en ti mismo, ofrecer lo mejor de ti mismo, ser tu mejor versión y no alimentar las otras versiones (las mediocres, atrofiadas, infantiles, complicadas). Si tu horizonte se difumina y te sientes confundido, indaga en ti. Entra en el silencio. Espera. No te precipites en un impulso. Escucha.

Siente curiosidad por todo lo que sucede en tu interior y por todo lo que te rodea, no dando por buenas y aceptables las respuestas automáticas que tu ego-carácter da a tus preguntas. Busca siempre tu verdad interior, y lo que es auténtico fuera, para no dejarte llevar por los espejismos.

Puedes preguntarte:

¿Qué quiero para mí?

¿Por qué y para qué existo?

¿Qué me pide la vida?

¿Qué me ofrece que haga?

¿Qué hago?, o ¿qué estoy haciendo?, ¿para qué lo hago?

¿A qué le presto atención? ¿En qué me estoy fijando? Llevado por mi atención, ¿estoy presente o ausente?

Estando en el presente, en este momento, refuerzas tu esencia y lo esencial. Lo que merece la alegría (¡no la pena!). Al observar puedes reconducir tu atención.

Para desarrollar nuestro pleno potencial debemos estar alerta y ser conscientes de no creer que hemos llegado a la meta cuando quizá estamos solo a medio camino. Mariana Caplan lo explica bien en su libro A mitad de camino. La falacia de la iluminación prematura (2004).

Florecer juntos

Подняться наверх