Читать книгу Las políticas sociales que vendrán - Monica Campos Carrau - Страница 24

II. Los epicúreos y el origen del Estado

Оглавление

La polis, la civitas, la ciudad en que se vivía en la Grecia y Roma clásicas, era para los teóricos antiguos de la Política, PLATÓN y ARISTÓTELES, el Estado; y desde la perspectiva de estos filósofos, el buen ciudadano primaba sobre el individuo. “La voz del hombre se ahoga en la de su grupo correspondiente”, República (III, 415a-c): bien en la parte racional constituida por los prudentes destinados a gobernarla justamente, o bien en el estamento militar o el comercial2.

Para ARISTÓTELES el hombre como animal cívico (zôon politikón) tiene en la polis la única manera de conseguir una vida digna y feliz; “el enemigo de la polis” es o bien un animal o bien un dios. Pero Aristóteles es más liberal en su Política (I 1253 A) y en la Etica nicomaquea (libro I 1097 B9). “La buena organización de una polis ha de permitir a cualquier ciudadano prosperar y llevar una vida feliz”, Política 1324a23-253. La justicia tiene como objetivo la igualdad, según Aristóteles. La equidad o epiqueia es el sentido de lo justo que cada persona tiene de forma adecuada a cada situación; otras veces sostiene que el sentido de lo justo radica en evitar los extremos: in medio consistit virtus. Todos y también el gobernante están sujetos a la ley4.

Los cínicos eran por el contrario ácratas, enemigos del Estado y de la ley. En una obra perdida, Politeia, parodiaban la República de PLATÓN. El cínico DIÓGENES postulaba un ideario naturalista; admitía el incesto y la antropofagia, aboliendo la religión, la propiedad privada, y recomendando, como otros utópicos, la comunidad de mujeres y de hijos.

Una vez superada la cultura clásica de la polis, el estoicismo es la creación filosófico-religiosa más adecuada al espíritu de la época helenística; es una filosofía humanista (“soy humano y nada humano me es ajeno”): el universo es nuestra patria común; somos ciudadanos de la misma ciudad, tanto hombres como mujeres, libres como esclavos, griegos como no griegos. El fundador era un semita de Chipre, ZENÓN DE CITIO. Los estoicos cifran en el amor de familia, la oikeiôsis, una sociabilidad cada vez más amplia, sin detenerse en la ciudad estado, sino generalizando el amor hacia toda la Humanidad; son cosmopolitas. CICERÓN, Sobre los fines 3.62, sigue esta teoría de un derecho natural racional y universal por encima de las leyes propias de cada Estado: “la naturaleza nos impele a amar a los que hemos engendrado y de ahí se generaliza la relación natural entre los humanos”.

También para LUCRECIO la evolución social y política se dio gracias a la familia (La Naturaleza 5.1011-1027). Se produjo una mayor blandura física por el uso de la vivienda y por la ternura del amor en pareja y de los hijos, y eso volvió a los humanos más capaces de pacto o amicitia; a partir de aquí dejó de valer el género de vida primitivo (5.958-961). Esta teoría recuerda, aunque sólo en parte, el origen del Estado que ARISTÓTELES describe en su Política de (1252 a):

“La comunidad que se constituye para la vida de todos los días es por naturaleza la familia5 […] La primera comunidad que deriva de la unión de más familias, desarrollada para satisfacer una necesidad no estrictamente diaria es la aldea […] La comunidad perfecta de aldeas constituye ya la ciudad, que ha alcanzado lo que se llama un nivel de autosuficiencia, que surge para hacer posible la vida y que subsiste para producir las condiciones de una buena existencia”.

Donde se ve que para Aristóteles el hombre como animal cívico ya desde el principio, en la familia, está destinado de forma continuada, pasando por la aldea, a los niveles más altos de civilidad, el Estado, que es la sociedad perfecta, soberana y legisladora. Esta teoría de la continuidad en la sociabilidad ha sido la más seguida, tanto en la E. Media como en la Moderna: MARSILIO DE PADUA, BODINO, ALTHUSIUS y ADAM FERGUSON6 la siguieron.

Esta visión aristotélica del origen del Estado o de la política parece que se da en las culturas amerindias de la Selva tropical, especialmente entre tupís y guaraníes, según CLASTRES. Si una o varias familias extensas forman una maloca, varias malocas pueden mediante matrimonio exogámico, la regla del “matrimonio de primos cruzados”, crear una alianza entre malocas diferentes. “La exogamia local encuentra su sentido en esta función: es el medio de alianza política”, P. CLASTRES, 1987: 60.

La teoría epicúrea sobre el origen del Estado, no obstante, es diferente de la aristotélica al basarse en un pacto tras un estado natural “de guerra de todos contra todos” como dirá HOBBES, que fue un lector de los epicúreos; el estado natural salvaje es el primer estadío, no la familia, por lo que no se pasa de un nivel de sociabilidad a otro de forma gradual in crescendo. El estado primitivo para los epicúreos era

“sin ley y sin costumbres, sin idea del bien común, lo único que le importaba era el pillaje y cada cual sabía cómo valerse individualmente y de qué vivir”7:

Desde este estadío salvaje se pasó al Estado gracias a un pacto que consensuó la no agresión de unos contra otros. El Estado nace de un pacto, no es de derecho natural, sino que se instituye para evitar los daños que se producían unos a otros. Ni los animales ni los primitivos llegan necesariamente a pactos (MC 32), por lo que no existe un Derecho natural, ni racional y común para todos. No hay un derecho racional ni siquiera “respecto al derecho particular de cada país; por las razones que sean no todos están de acuerdo en qué sea justo” (MC 36). La MC 33 dice: “La justicia no es en sí misma nada, sino tan solo el pacto de no hacer ni sufrir daño (nec laedere nec violari)”8.

Es la inseguridad, la ἀσφάλεια, la debilidad y el riesgo, la causa de todas las sociedades, según FILODEMO, De pietate col. 75, 2152 (Obbink). Todo el pensamiento político de los epicúreos radica en la seguridad y en su otra cara, la confianza (tharrein). La seguridad respecto a los demás es un tema recurrente en las Máximas Capitales; la MC 40 habla de la confianza en los vecinos y afirma:

“Quienes han tenido la oportunidad de conseguir la máxima seguridad entre sus vecinos, consiguen vivir en comunidad del modo más placentero”.

En la comunidad del Jardín reinaba la amistad, la confianza, la libertad de palabra o parresia, y el diálogo. La filia, la consideración y la confianza entre amigos, era el vínculo que unía a los discípulos entre ellos y entorno a Epicuro. “El hombre bien nacido se dedica principalmente a la sabiduría y a la amistad. De éstas, la una es un bien mortal; la otra, inmortal” (SV 78). El Magisterio de EPICURO fue una filosofía que estimulaba la convivencia.

A los epicúreos no les interesaba tanto la sociedad política como la confianza en la propia comunidad9; de ahí el lema epicúreo de láthe biôsas: “vive tu vida privada”. Y sin embargo, la función del Estado es considerada muy importante: garantizar la seguridad y la vida, y proteger la autonomía de lo privado10.

“Las leyes están establecidas para la gente sensata, no para que no cometan injusticia, sino para que no la sufran” (fr. Us. 530).

El Estado debe garantizar la libertad11 y la suficiencia económica personal (autarquía). El tratado de FILODEMO Sobre la economía doméstica demuestra que los epicúreos no eran ajenos a la propiedad agrícola. Esta se debe administrar con prudencia, no llevados por el deseo de enriquecerse sin límite, ni tampoco carecer de lo necesario: “Una persona no debe proponerse adquirir una gran riqueza que no podría conseguirse sin esclavizar a multitud de personas o sin esclavizarse a sí mismo con los demás potentados”, SV 67. El Estado debe hacer posible que se cubran las necesidades naturales y proteger frente a los riesgos e injusticias.

Las políticas sociales que vendrán

Подняться наверх