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24 de febrero


Un extranjero compasivo

“El que se compadeció de él, contestó el experto en la ley. Anda entonces y haz tú lo mismo, concluyó Jesús” (Lucas 10:37, NVI).

Un hombre tenía que hacer un pequeño viaje, pero como no tenía auto, se dispuso a caminar. En su caminata se encontró con muchas curvas y pequeñas colinas rocosas. De pronto, un grupo de hombres salió a su encuentro. Se llevaron todas sus pertenencias, le arrancaron la ropa y lo dejaron golpeado a un lado del camino.

No pasó mucho tiempo hasta que, por el mismo camino, apareció un hombre que cumplía servicios religiosos. Vio al hombre tendido en el suelo y aceleró sus pasos, haciendo la vista gorda. ¿Puedes creerlo? En vez de correr a ayudar al hombre herido, se cruzó a la otra orilla del camino y pasó de largo, actuando como si no hubiera visto nada.

Una hora más tarde, otro hombre, que venía de la iglesia, se encontró con la misma escena y, ¿sabes qué hizo? Caminó más despacio en dirección al herido; pero al verlo, en vez de ayudarlo, movió la cabeza, se dio la media vuelta y salió disparado dejando una nube de polvo en el camino.

¿Cómo puede ser que ninguno lo ayudó? Quizás ese hombre no hablaba el mismo idioma y no lo entendían, o sería de otro lugar, tal vez de otra religión, o acaso no les gustó su color de piel... Pero, ¿crees que estas sean buenas razones para ignorar a alguien que necesita ayuda?

A los pocos minutos, apareció en la escena otro personaje. Este hombre era un extranjero que no era bien recibido por los que vivían en esa ciudad. Esto no está pintando bien... Si hace un momento los dos hombres que venían de la iglesia no lo ayudaron, este menos lo haría, ¿no crees?

Para nuestra sorpresa este extranjero fue quien sintió compasión y, sin pensarlo dos veces, corrió a socorrer con bondad al hombre que estaba casi muerto al lado del camino. No le importó quién era ni de dónde venía. Lo cubrió, limpió sus heridas con especias costosas y lo vendó. Con mucho cuidado lo levantó, lo subió a su transporte y buscó un lugar donde cuidarlo.

¿Te suena familiar esta historia? ¿Qué características tiene cada personaje? ¿Te identificas con alguno? Tres hombres pasaron por el camino, pero solo uno tenía bondad en el corazón. El desafío que nos dejó Jesús en esta historia es este: realiza actos de bondad y haz el bien a todos, con compasión, sin hacer excepción. ¿Aceptas el reto? Magaly

Un rayito de luz para cada día

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