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EL ARREPENTIMIENTO

A MI MADRE

Triste es la vida cuando piensa el alma,

triste es vivir si siente el corazón;

nunca se goza de ventura y calma

si se piensa del mundo en la ficción.

No hay que buscar del mundo los placeres,

pues que ninguno existe en realidad;

no hay que buscar amigos ni mujeres,

que es mentira el placer y la amistad.

Es inútil que busque el desgraciado

quien quiera su dolor con él partir;

sordo el mundo, le deja abandonado

sin aliviar su mísero vivir.

La virtud y el honor, sólo de nombre

existen en el mundo engañador;

un juego la virtud es para el hombre;

un fantasma, no más, es el honor.

No hay que buscar palabras de ternura,

que le presten al alma algún solaz;

no hay que pensar que dure la ventura,

que en el mundo el placer siempre es fugaz.

Esa falsa deidad que llaman gloria

es del hombre tan sólo una ilusión,

que siempre está patente en su memoria

halagando, traidora, el corazón.

Todo es mentira lo que el mundo encierra,

que el niño no conoce, por su bien;

entonces la niñez sus ojos cierra,

y un tiempo a mí me los cerró también

En aquel tiempo el maternal cariño

como un Edén el mundo me pintó;

yo lo miré como lo mira un niño,

y mejor que un Edén me pareció.

Lleno lo vi de fiestas y jardines,

donde tranquilo imaginé gozar;

oí cantar pintados colorines

y escuché de la fuente el murmurar.

Yo apresaba la blanca mariposa,

persiguiéndola ansioso en el jardín,

bien al parar en la encarnada rosa

o al posarse después en el jazmín.

Miraba al sol, sin que jamás su fuego

quemase mis pupilas ni mi tez;

que entonces lo miré con el sosiego

y con la paz que infunde la niñez

Mi vida resbalaba entre delicias

prodigadas, ¡oh madre!, por tu amor.

¡Cuántas veces, entonces, tus caricias

acallaron mi llanto y mi clamor!

¡Cuántas veces, durmiendo en tu regazo,

en pájaros y flores yo soñé!

¡Cuántas veces, entonces, tus caricias

acallaron mi llanto y mi clamor!

¡Cuántas me diste, oh madre, un tierno abrazo

porque alegre y risueño te miré!

Mis caricias pagaste con exceso,

como pagan las flores al abril;

mil besos, ¡ay!, me dabas por un beso,

por un abrazo tú me dabas mil.

Pero yo te abandoné

por seguir la juventud;

en el mundo me interné,

y al primer paso se fue

de la infancia la quietud;

que aunque tu voz me anunciaba

los escondidos abrojos

del camino que pisaba,

mi oído no te escuchaba

ni te miraban mis ojos.

¡Sí, madre! Yo no creí

que fuese cierto tu aviso;

tan hechizado lo vi,

que al principio para mi

era el mundo un paraíso.

Así viví sin temor,

disfrutando los placeres

del mundo tan seductor;

en él encontré el amor

al encontrar las mujeres.

Mis oídos las oyeron,

y mis ojos las miraron,

y ángeles me parecieron;

mis ojos, ¡ay!, me engañaron

y mis oídos mintieron.

Entre placeres y amores

fueron pasando mis años

sin recelo ni temores,

mi corazón sin engaños

y mi alma sin dolores.

Mas hoy ya mi corazón

por su bien ha conocido

de los hombres la traición

y mi alma ha descorrido

el velo de la ilusión.

Ayer vi el mundo risueño

y hoy triste lo miro ya;

para mí no es halagüeño;

mis años han sido un sueño

que disipándose va.

Por estar durmiendo ayer,

de este mundo la maldad

ni pude ni quise ver,

ni del amigo y mujer

conocí la falsedad.

Por el sueño, no miraron

mis ojos teñido un río

de sangre, que derramaron

hermanos que se mataron

llevados de un desvarío.

Por el sueño, madre mía,

del porvenir, sin temor,

ayer con loca alegría

entonaba en una orgía

cantos de placer y amor.

Por el sueño fui perjuro

con las mujeres allí;

y en lugar de tu amor puro,

amor frenético, impuro,

de impuros labios bebí.

Mi corazón fascinaste

cuando me ofreciste el bien;

pero (¡oh mundo!), me engañaste

porque en infierno trocaste

lo que yo juzgaba Edén.

Tú me mostraste unos seres

con rostros de querubines

y con nombres de mujeres,

tú me brindaste placeres

en ciudades y festines.

Tus mujeres me engañaron.

Que al brindarme su cariño

en engañarme pensaron

y sin compasión jugaron

con mi corazón de niño.

En tus pueblos no hay clemencia,

la virtud no tiene abrigo;

por eso con insolencia

los ricos, en su opulencia,

encarnecen al mendigo.

Y en vez de arroyos y flores

y fuentes y ruiseñores,

se escuchan en tus jardines

los gritos y los clamores

que salen de los festines.

Por eso perdí el reposo

de mis infantiles años;

dime, mundo peligroso,

¿por qué siendo tan hermoso

contienes tantos engaños?

Heme a tus pies llorando arrepentido,

fría la frente y seco el corazón;

¡ah!, si supieras cuánto he padecido,

me tuvieras, ¡os madre!, compasión.

No te admires de hallarme en este estado,

sin luz los ojos, sin color la tez;

porque mis labios, ¡ay!, han apurado

el cáliz del dolor hasta la hez.

¡Que es veneno el amor de las mujeres

que en el mundo, gozoso, yo bebí!

Pero, a pesar de todos los placeres,

jamás pude olvidarme yo de ti.

Siempre, extasiado, recordó mi mente

aquellos días de ventura y paz

que a tu lado viví tranquilamente

ajeno de este mundo tan falaz.

Todo el amor que tiene es pasajero,

nocivo, receloso, engañador;

no hay otro, no, más puro y verdadero

que dure más que el maternal amor.

Vuelve, ¡oh madre!, a mirarme con cariño;

tus caricias y halagos tórname;

yo de ti me alejé, pero era un niño,

y el mundo me engañó, ¡perdóname!

Yo pagaré tu amor con el exceso

con que pagan las flores al abril;

mil besos te daré por sólo un beso,

por un abrazo yo te daré mil.

Dejemos que prosigan engañando

los hombres y mujeres a la par;

de nuestro amor sigamos disfrutando

en sus engaños, madre, sin pensar.

Porque es triste vivir si piensa el alma,

y mucho más si siente el corazón;

nunca se goza de ventura y calma

si se piensa del mundo en la ficción.

También es oportuno aclarar que, según pasan los años, las imágenes de la mente se van desvaneciendo, pero a pesar de todo, aún recuerdo a un chico caminando por las calles de su barrio. Son las mismas que lo vieran con su portafolio de colegio, con sus clásicos bolsillos repletos de papeles brillantes, goma de pegar, su tijerita... También tenía dos divisiones, era de cuero y el más caro (síntoma de niño mimado), con carpeta, cuaderno, figuritas y hasta algún avión o barco de papel, guardado rápidamente, por miedo a ser descubierto por su madre, o por su maestra.

– Un avión o un barco de papel, es un juguete; que nos puede representar confianza, pero también lo breve que puede ser la vida. He arrojado barcos y aviones por un tramo de agua o por un espacio aéreo determinado; tuve confianza que llegarían a destino, los arrojé con fe, y se hundieron o se estrellaron contra una pared. Ellos me enseñaron lo breve que puede ser el camino; lo efímera que puede ser la vida, lo perfecta que puede ser sí tenemos quien nos ame, efímero el amor y efímera la vida. Innumerables veces he fabricado barcos y aviones de papel; según el material con el cual se fabriquen, será más fácil alcanzar los objetivos. Las características del papel son fundamentales en la construcción de barcos y aviones; debemos conocer el tamaño, el grosor y gramaje del papel. –

– Puede ver usted con mayor detenimiento todas las características del papel; tamaño, grosor y gramaje.–

– Por cierto; no solo es importante el material con que fabricamos nuestros barcos y aviones de papel, los procedimientos que utilizamos en su fabricación son igualmente importantes. –

Procedimientos para la fabricación de barcos y aviones de papel,

con ellos obtuve mí mejor performance



Además llevaba la hoja de olivo bendita de Semana Santa (se dice que protege) y la bolsita de medallitas, prendida en el pecho. Acompañando su andar; ilusionado del futuro de su amor sin perspectiva (su próxima maestra), algunos árboles.

En esos tiempos, su edad no pasaba de los nueve (9), y la cartera casi le llegaba a los tobillos.

Las calles a las que he hecho referencia tenían veredas flamantes. Hoy en día; ellas tienen baldosas rotas, en las que el agua se acumula debajo de las mismas después de haber llovido. Algunas también tienen grietas viejas, las que seguramente por desafío pisé, sólo para sentir el placer de salpicarme, simulando que eran grandes ríos por cruzar; pero no me daba miedo, porque tenía barquero. Sin embargo de su cabaña partió un día y me dejó contemplando la corriente. Los misterios del gran río me impresionaron; y para seguir tuve que construir mí barca, ser el Noé de mi mundo, pero gracias a la doctrina que le debo:

AMARAS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO, voy por la vida agradeciendo cada instante poseído.

Dejé entrever anteriormente que la felicidad se encuentra en las cosas simples; pero también creo que hay que tener paciencia, ya que siempre hay algo para dar y esperar. Aún tengo mis dudas; será algo real o una simple ilusión, ese es el interrogante...

El día 30 de Octubre de 1987 creé la TEORÍA DEL DAR”.

“Uno da todo lo que tiene, sólo que da lo que cree que puede dar”.

El hombre, en sentido genérico, es único e irrepetible; podemos entonces considerarlo como una unidad, en matemáticas, esa unidad está representada por el número uno (1). Es decir, se representará al hombre de la manera siguiente:

HOMBRE = 1 = UNIDAD

Una unidad se puede referir a la unión de varios hombres con alguna característica predominante en común; por ejemplo, un conjunto de diez hombres que trabajan en la Unidad de Bomberos de un determinado lugar.

DIEZ HOMBRES = 1 = UNIDAD = UNIDAD DE BOMBEROS

Ahora bien; sí construimos una lista de los valores éticos y morales del hombre, como por ejemplo la siguiente:

Lista de valores éticos y morales
1FIDELIDAD
2HONESTIDAD
3AMOR
··
··
··
n – ésimoRESPETO

Tomemos ahora, al azar, un grupo de diez hombres de la población, y califiquemos a cada uno de ellos de acuerdo a la cantidad de valores éticos y morales que posee. Ésta cantidad puede variar desde cero (el hombre no tiene valores), hasta el n – ésimo valor (tiene todos los valores; es decir, el valor RESPETO está incluido).

En resultado obtenido podría ser como el siguiente:

HombreCantidad de valores
10
23
35
47
56
64
72
81
9n – ésimo
109

Observando los resultados; y considerando la cantidad máxima de valores que puede poseer un hombre, se puede asumir que éste puede ser dividido. Es decir; el hombre puede ser considerado una unidad dividida por, todos los valores que tiene, más todos los valores que le falta.

UNIDAD = 1 = HOMBRE = TODOS LOS VALORES QUE TIENE + TODOS LOS VALORES QUE LE FALTA

Con algunos preconceptos definidos, seguramente cuestionables, podemos analizar la TEORÍA DEL DAR.

“Uno da todo lo que tiene, sólo que da lo que cree que puede dar”.

UNIDAD = 1 = HOMBRE = TODO LO QUE UNO DA + TODO LO QUE EN UNO QUEDA

Establecida la igualdad, estamos ahora en condiciones de afirmar que:

CUANTO MENOS SEA LO QUE QUEDA EN UNO, MAYOR SERÁ LO QUE DA”.

En el caso de mi padre; me dio eso que yo llamo doctrina y, en otro aspecto, la casa donde habite cuando niño, que posee el encanto sutil e impalpable de lo que se ha vivido y sentido en máxima profundidad.

Lamento no tener la elocuencia necesaria para poder pintar estos sentimientos, con la sencillez y pureza con qué lo ha hecho Augusto González Castro en su obra en verso “Tierra enamorada”.

Amo la vida

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