Читать книгу Amo la vida - Néstor Daniel Farinella - Страница 24

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Año 1975

Estos recuerdos duermen en mi desde hace tiempo; en el mientras tanto, el tiempo pasa y se va...

Aprendí que los colores primarios son el rojo, el amarillo y el azul; colores que no se pueden obtener mediante la mezcla de ningún otro color, conforme a la mezcla de cada uno de ellos, en partes iguales, se pueden obtener diversos colores, a estos colores se los denominan secundarios. Sí se mezclan partes iguales de un color primario y un color secundario se obtiene un color terciario...

– Puede ver usted con mayor detenimiento la teoría del color. –

Es invalorable hacer la experiencia de mezclar colores junto con hermanos, padres, hijos, abuelos, amigos... Ver el asombro que les provoca a grandes y a chicos los cambios de colores...

Siempre me agradó combinar colores, cambiar la realidad de alguna manera. Un dibujo en blanco puede colorearse de varias maneras, sostengo que una hoja en blanco debe colorearse solo de la manera correcta. Por lo tanto, debo confesar que prefiero colorear una hoja en blanco; quizás se deba a que no soy buen dibujante y, en una hoja en blanco puedo volcar más fácilmente mis ausencias y presencias.

– Nunca fui un buen dibujante; solo fui un gran copiador de imágenes, cambié realidades conforme a que los hechos iban sucediendo. –

Por lo tanto; es factible que me haya equivocado, o que haya cambiado una por otra, presencia por ausencia y viceversa.

La pasión por el color nació en mí a la edad de diez (10) años; solo quería dibujar y pintar, pasión que se extendió hasta pasada mí adolescencia.

La casa de mi profesora de dibujo, donde la misma contaba con su atelier, se encontraba a tan solo tres cuadras de la mía; a veces me pasaba horas viendo sus cuadros, siempre tuve la idea de crear mí obra maestra, creo que lo he conseguido. Hoy pende de un clavo, en el comedor de mí casa, el cuadro de mí señora esposa, Doña Claudia Rita Alvarez, con mucho decoro y entre tules completamente desnuda.

Mi hermanita; me acompañaba rigurosamente todos los días que me correspondía ir a aprender dibujo y pintura, ellos eran los martes y jueves. En el trayecto nuestra fantasía era; que ella era mi madre y yo su hijo, que escapábamos de una guerra y que ella me protegía. Ésta fantasía se repetiría cada vez que debíamos salir de casa solos, vez tras vez, de una forma mejorada.

– Mi hermanita siempre me protegió de una manera especial; la vida luego me llevó por otros caminos, los sueños y fantasías habrían de amortiguar los golpes y desengaños.–

Amo la vida

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