Читать книгу Leyendo a Freud desde un diván lacaniano - Osvaldo Delgado - Страница 14
III.
ОглавлениеEl modo en que Lacan aborda la dimensión de lo real, en los inicios de su elaboración, presenta diversas aristas. Quizás la que más se prestó a desorientación y equívocos, es aquella en la cual nos presenta el término “realidad”.
Este término suficientemente desplegado por la psicología y las ciencias sociales, sin embargo se presenta diverso en las primeras reflexiones de Lacan.
Incluso difiere en un índice con respecto al principio de realidad freudiano. Ya que, como el mismo Lacan lo formuló, en Freud se trata de la continuidad del principio placer-displacer.
Muy tempranamente, en el “Seminario sobre el Hombre de los Lobos”, la sexualidad se presenta como una realidad que se escapa a la simbolización, nombra un fracaso en simbolizar ciertas relaciones simbólicas.
Vemos por lo tanto, que esta realidad, se define por su no captura simbólica y que además refiere a la sexualidad. Ya en este punto difiere de la referencia psicológica de realidad.
En la misma perspectiva, en el Seminario 1 (3), la “realidad pura y simple”, previa a la construcción de la vida fantasmática por parte del sujeto, objetos, instintos, deseos, tendencias, en una modalidad caótica y originaria.
El punto quizás más preciso, lo vamos a hallar en la clase 8 del mismo Seminario 1, en referencia al delirio alucinatorio. Cuestión ésta, que tendrá un destino luminoso en toda la obra de Lacan.
Respecto a una observación de la señora Lefort, va a decir:
Si la palabra alucinación significa algo, es ese sentimiento de realidad. En la alucinación hay algo que el paciente asume, verdaderamente, como real. (4)
Vemos aquí con total precisión, el deslizamiento realidad-real.
El sentimiento de realidad en el fenómeno alucinatorio, excluye en forma taxativa cualquier referencia psicológica del mismo.
Para no agotar referencias, indico las que ubico en “Variantes de la cura tipo”, (5) cuando en la página 113 Lacan formula: “No hay, en efecto, más realidad que ese toque de la muerte cuya marca recibe al nacer”. Y en la misma página, para el sujeto “la realidad de su propia muerte no es ningún objeto imaginable”, más bien da cuenta de que es un ser prometido a la muerte. Cuestión a asumir en el curso de un análisis.
Jacques-Alain Miller va a tomar esta perspectiva, en su curso “El ser y el Uno”, cuando da cuenta de la manera en que Lacan trata a lo real, como aquello excluido de la experiencia:
[…] en tanto lo real-realidad está excluido de lo simbólico, lo que resulta wirklich, lo que se muestra como real eficaz, lo real en tanto de él se desprenden efectos. (6)
Voy a aportar aquí, como lo demostraré luego, que es el fenómeno alucinatorio lo que da la matriz necesaria a tal fin.
Por su parte, en el curso Sutilezas analíticas (7) Miller, hablando de la experiencia en un análisis, se va a referir a otra realidad, que surge como piezas sueltas y perturba el relato de la realidad (digamos imaginaria) por parte del analizante.
Se trata, en palabras de Miller, de la narración que toma a su cargo lo que quedó como agujero en la realidad del sujeto. Hystorias que el sujeto se cuenta a partir del traumatismo de lalengua.