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CAPITULO NUEUE

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Como fue proueydo el llicenciado Vadillo en Santo Domingo por juez de rresidencia contra el gouernador Heredia y lo prendio, y estando preso se huyo y se fue a España; y como ciertos españoles con el capitan Cesar salian de Uraba en demanda del Cenufana81.

Auia el Gouernador Heredia echo en Cartaxena y su distrito algunas cosas de señor asoluto, en perjuicio de personas particulares que del se fueron a quexar a la Audienzia rreal de Santo Domingo, a quien en aquel tiempo heran sufragenas82 todas las tierras que en las Indias auia pobladas de españoles. Los Oydores que hen ella asistian, mandaron que se le tomase rresidencia a Pedro de Heredia, porque entonces, y aun mucho tiempo despues, tuuieron comisión las Audiencias de las Indias para mudar o quitar e tomar rresidencia a los gouernadores que les heran sufraganos, o sienpre que les pareciesen a los Oydores y ouiese causa para hello, lo qual despues suspendio el Rrey, mandando que los Oydores no pudiesen ynuiar a tomar rresidencia a los gouernadores sin licencia del Consejo de Indias.

El gouernador Heredia tuuo noticia y aun fue auisado de como le mandauan tomar rresidencia, y para apartarse o escusarse de dalla83 si pudiese ser, hordeno junta de jente y metiose la tierra adentro, y asi por esto como porque ya se azercaua el ynuierno, en el qual se pasa doblados trauajos, y la tierra hera algo anegosa84 y poblada desteros o lagunas, apresuro el Gouernador su partida y salio con mas breuedad de la que se esperaua, y con la gente y aderezos de guerra que pudo auer, se metio la tierra adentro con desino de gastar por hella85 algun tienpo, y despues dar la buelta por Uraba y de alli enbarcarse para España: pero no pudo hazer esto como pretendia, porque el Audiencia, auiendo proueido por juez de rresidencia al llicenciado Vadillo, oydor de la propia chanzilleria, le mando que luego se partiese y biniese a Cartaxena, el qual lo hizo con tanta presteza que no tubo lugar Heredia de boluer a Uraba antes de su llegada, y asi tubo lugar el Oydor de hazer sus ynformaciones secretas contra Pedro de Heredia y ser auisado de lo que pretendia hazer, y enuiar como ynuio al comendador Hernan Rodriguez de Sosa, cauallero portugues, a quien despues el adelantado Benalcazar corto la caueza juntamente con el mariscal Jorje Robledo en tierra de Harma, de la gouernacion de Popayan, que estuviese en el pueblo de San Seuastian de Uraba, y alli esperase a que saliese el gouernador Heredia y lo prendiese y lleuase preso a Cartaxena86.

Desde a pocos dias que el Comendador hobo llegado a Uraba, salio el Gouernador con su jente, que traia mas treinta mill pesos de oro fino en buenas joyas, y los soldados mas de otros treze o catorze mill pesos, y puesto a punto para yrse a España, vino a caher en manos del Comendador y a ser preso y lleuado a Cartaxena, donde el llicenciado Vadillo lo tuuo preso muchos dias, entendiendo en su rresidencia. El gouernador Pedro de Heredia tuuo modos como soltarse y enuarcarse e yrse a España, donde despues le hizo merced el Rrey de titulo de Adelantado de Cartaxena y Gouernador de aquella gouernacion, y el llicenciado Juan de Uadillo se quedo gouernando a Cartaxena, y tanuien tuuo el despidiente87 que luego se dira.

Estaua en este tiempo en Uraua detenida y rrepresada mucha jente, asi de la que auia salido de la jornada con el gouernador Pedro de Heredia, como de la que de la isla o otras partes acudian a la fama de la rriqueza que alli se auia de los yndios. Determinaron ciertos soldados, con comision y licencia del llicenciado Vadillo, entrarse la tierra adentro a gastar el tienpo en algun onesto ejercicio y a prouer el pueblo de comida, questaua muy falto della. Juntaronse con este presupuesto sesenta soldados, y lleuando por su capitan a Francisco Cesar, se salieron del pueblo de Uraba y se anduuieron algunos dias por poblazones zercanas, enuiando comida a la ciudad; y como todos estauan proues y faltos de posible, confederaronse y concertaronse entre si de que no boluiesen al pueblo sin hallar alguna copia de oro con que supliesen sus necesidades, y aprouando y confirmando este parezer por todos, ya que se querian partir de vn poblezuelo donde estauan alojados, juntaronse los yndios de aquella comarca para dalles guazauara, y biniendo a dar en el alojamiento de los españoles, encontraron apartado del, en vna quebradilla, a vn soldado estranjero que yba a dar de ueuer a su cauallo, al qual los yndios comencaron a flechar desde lo alto de las barrancas de aquel arroyo donde estaua el soldado.

Pareciendole que hera cosa ynfame el soltar el cauallo y rretirarse o ponerse en lugar seguro, comenzo muy de su espacio a sacar vn machete que lleuaua y a esgrimir con el y soltar el cauallo: ybase rretirando muy de su espacio, y diciendo a los yndios en su lengua, quiriendo ymitar a la castellana: «juradi que no temedi vellaqui yndi», y esto88 sin que los yndios llegasen a el, porque desde lexos no cesauan de flechalle, y asi, antes que fuesse socorrido de los demas soldados que al rruido acudieron, le auian ya los yndios dado catorze o quinze flechazos, que todos le trauesauan el cuerpo, de que luego, otro dia siguiente, murio.

Tomaron el capitan Cesa y los soldados que con el estauan, por desinio o derrota de su jornada el descubrir el camino al Cenu, enpresa bien trauajosa y dificultossa para otro mas copioso numero de gente, porque hera todo lo que se auia de caminar tierra muy montosa y arcabucosa y de gran espesura y que por ella auian de yr de contino abriendo camino con hachas y machetes y azadones, sin que por donde yban ouiese mas camino del que los soldados yban abriendo a pura fuerza de bracos, lleuando por guia sienpre el poniente. La comida que por estas montañas auian y tenian los soldados heran hobos, fruta de arboles siluestres, e hicoteas o galapagos, de que auia gran cantidad en los arcabucos y alguna misera comidilla que en algunos buhios de yndios que acaso topauan por aquella montaña auia, y con este contino e yntolerable trauajo, rronpiendo y atrauesando y suuiendo grandes montañas, y auiendo caminado por ellas mas de ochenta leguas, la semana de la natiuidad del Hijo de Dios, hallaron entre aquellas montañas y sierras vn ballecuelo poblado de poca poblazon, al qual sus propios naturales llamauan Abiue. Fue gran refrigio89 y consuelo para los españoles, por que hen el hallaron abundancia de comida, con la qual se detuuieron90 algunos dias, porque ya no abia fuerza que soportase ni animo que tolerase el trauajo cotidiano que todos los soldados hasta alli auian traido, cortando y abriendo camino, y cauando y aderezando las questas y suvidas para los cauallos, sin comer cosa que les pudiese avmentar el uigor y las fuercas corporales.

Estando, pues, los españoles descansando y rreformandose91 en Abiue, ouieron e tomaron a manos vn casique o principal de aquel valle, que les dijo como heran el y sus yndios sujetos al casique de Nutiuara Cenufana, ques vno de los tres Cenus de que atras e tratado, cuya poblazon y uiuiendas estaua seis jornadas de alli la tierra adentro, todas de tierra rrasa o pelada. Dioles gran contento a los españoles esta nueua, por entender que se uiyan libres de trauajo de abrir camino y cortar arcabucos; y con esto determino el capitan Francisco Cesa enbiar al propio principal que le dio esta noticia, que fuese de su parte hablar y saludar al casique Mitiuara92 Cenufana, y dalle parte de como yua a uelle y conocelle y a ser su amigo y conpañero.

Rresceuida la nueua de los españoles, el casique Mitiuara Zenu, segun las muestras que dio, se holgo mucho dello93, de la suerte que el lobo anbriento, que suele dar muestras de alegria y rrelamerse con la uista del pegujal o manada de las ouejas, por que luego ynbio yndios suyos cargados de friosoles94, aji y sal, de que tenian gran necesidad, y a decilles que se holgauan mucho con su yda, que se diesen priesa a engordar y azercarse a su pueblo, porque con su yda pretendia hazer grandes fiestas y conuites a sus feligreses y comarcanos; y desde esta primer salutacion sienpre tuuo este baruaro especial cuidado de proueher y enuiar a los españoles de las cosas dichas, y mayas, que son perrillos e gosques pequeños para comer, y mantas y otras cosas que en su tierra auia, y nunca se le oluidaua el decir que se diesen prisa a engordar y se llegasen a su pueblo, por que los deseaua uer yr muy gordos.

Con estas nueuas y conuites salieron los españoles de Biue y siguieron su uiaje por tierra rrasa y apazible de caminar.

NOTAS Á LOS CAPITULOS III A IX

I

En carta dirigida al Emperador por Alvaro de Saavedra, Tesorero de Cartagena, fechada en esta ciudad á 26 de Mayo de 1535, se lee:

«El año pasado, como cesaron las aguas, hizimos la jornada de las Sierras de Abreva… se pasaron hartos trabajos… Mientras más andávamos se mostravan más agras, hasta tanto que nos pusieron en víspera de perdernos todos, ansi por la mucha aspereza dellas, como por las muchas aguas que nos sobrevinieron, como por la delgadeza de bastimentos por la poca población, i esa que havía mal formada, que era haver de un buhio á otro un quarto de legua, i media legua, i una legua, i toda la población por este orden… La tierra nos engañó en esto mucho, porque la costa esta poblada bien, asi de pueblos formados, como de estar en comarcas unos de otros… al rebes de otras partes que es ser la costa mal poblada, i la tierra adentro mucho bien. Dimos en el camino á la ida en un pueblo que se dice el Cenu, no de mucha población así en él como en la comarca del; en el qual se hallaron 30.000 pesos de oro; i así mesmo supimos de los indios que se tomaron allí, que mucha cantidad de montones de tierra que al rededor del pueblo avia, eran todos sepulturas, i que todas tenian oro; i para saber si era verdad, el Governador mandó abrir una… de la que se sacaron 10.000 pesos i dende arriba: sacados, el Governador tiró su camino, pensando que estavamos ya en lo bueno, i fue á dar en las sierras que dicho tengo, donde salimos con harta quiebra de gente i cavallos á cabo de dos meses sin ver cosa de oro que se pueda decir, i venimos por el mismo camino con mucho riesgo por las aguas i rios que nos atajaron en muchas partes. Tornamos al pueblo del Cenu donde hallamos los Indios de paz… El cacique del pueblo tenía otros 7.000 pesos de oro que ovimos del, los quales nos dijo haver sacado de la sepultura que dejamos abierta… de ai nos venimos á esta Ciudad… con hasta 50.000 pesos de oro…

»Luego que aqui llegamos… el Governador le pareció… enbiar un hermano suyo, que aqui halló quanto vino, la tierra adentro con hasta 120 ó 130 peones i 20 de cavallo poco más ó menos… para que invernasen… acia la costa del rio grande, que parte término con Santa Marta i esta provincia, i que cesadas las aguas procurasen de pasar adelante, i descubriesen camino por donde se rematasen las sierras… el qual camino no pudieron descubrir por… los rios i cienagas que se las pusieron delante… se bolvieron al pueblo del Cenu á invernar… i ai estuvieron sacando oro, i entendiendo en descubrir la costa del rio del Cenu. Lo qual descubrieron hasta venir á dar á la boca de la costa de la mar, que está la boca del rio 20 leguas desta Ciudad la costa abajo, i de la boca del rio al pueblo del Cenu hai 8 ó 10 jornadas por tierra; i por ai acordó el Governador en fin de Diciembre pasado de irse al… Cenu, i para ello se enbarcó en 5 navios con hasta 500 hombres i 180 cavallos i se fue a juntar con su hermano al dicho pueblo… que avia ya 5 meses questava allá. De la qual jornada padeció mucho la gente de hambre, i murieron cantidad dellos por la falta de bastimentos por ser la tierra tan mal poblada… i por no hallar camino para pasar adelante, porque ya su hermano avia tornado á procurar de buscalla quando el Governador llegó; y no lo pudo descubrir, más de que halló otros dos pueblos en la dicha provincia del Cenu con mucha cantidad más de sepulturas que en el Cenu.

»E visto que no se hallaba camino, hizo el Governador tres egercitos de la gente. Con el uno quedó él en el Cenu sacando oro; i con el otro embió Alonso de Heredia á la boca del rio del Cenu, para que alli se embarcase con toda la gente y cavallos que trajo en navios que envió á pedir á esta Ciudad… se le enviaron tres, en los quales metia gente i cavallos para ir á la provincia de Uraba, porque por tierra no se pudo descubrir camino por las muchas sierras i cienagas que hallavan. I de los tres navios se alzó el uno con gente y cavallos: los quales dicen irse quejando de agravios que dicen haverles hecho… Aportaron al Nombre de Dios segun tenemos nueva, i asi mismo que havían criado Procurador para ir á dar cuenta á V. M. de todas las cosas subcedidas en la tierra.

»Con los dos navios i gente que quedó se fue el dicho Alonso de Heredia á Uraba. Hasta agora no tenemos nueva que se aya hecho cosa que fruto tenga, aunque hazia dos meses que está allá. I con el otro egército embió á Alonso de Cáceres… sobre la costa del Rio grande… á buscar población donde la gente comiese, porque tenia estrema necesidad dello: el qual vino con ella á esta ciudad havra tres semanas, diciendo que no avia hallado donde reparar de 2 ó 3 días arriba en toda la tierra, i que la gente venía tan delgada, que á tomalles las aguas de hecho, que comenzavan ya, pereciera mucha gente dell. Lo qual hizo saber al Governador con parte de la gente en el Cenú… A tiempo que lo supo llegó un vergantín que de aquí embiamos á descubrir el rio, donde se vino el Governador i el veedor Juan Velazquez que con él estava, los cuales trageron el oro que se avia quintado de todo lo que se avia havido i sacado hasta el día que partieron; que pertenecia á V. M… 11.280 pesos de buen oro, i 800 de oro bajo…

»Al tiempo que el dicho Governador salia de aquí para el Cenu, como penso residir en el muchos dias, descubrir, paso por el rio, contratar por alli i proveerse de varias cosas, juzgo necesario llevar marca para que se quintase y marcase el oro. Fue con el el veedor, i se nombró Tesorero i Contador. Mas al parecer huvo algunos fraudes, usando el Tesorero de dos pesos, uno para recibir el oro, i otro para entregallo. El Governador fundio i marco mucho oro diciendo ser suyo, sacado con negros i moros suyos, i no pago el quinto de lo fundido con ello, sino con oro por fundir.

»Vino a esta en fin de Abril por el rio en un vergantin, enbiado de aqui a descubrir al paso del rio, i con el el veedor. El qual, i el Contador i yo nos juntamos a requerirle que pues estava para partir al Cenu un Capitan, mandase traer la marca, que no convenia quintar ni marcar alli, sino traello todo, i hacerlo aqui con la marca de las armas reales que nos dieron el Presidente i Oidores de la Española. Contradijolo i nos maltrato de palabras, por manera que hubimos de ceder a la fuerza. Hicele varios requerimientos, i ni osadia tenemos para pedir testimonio, segun nos tiene oprimidos.

»La tierra i poblacion desta Ciudad en tanta necesidad que para conservarse es menester el remedio de la mano de Dios, en tanto que viene de la mano de V. M… i porque de dos navios que han salido de aqui alzados con copia de gente, tenemos noticia que envian Procurador o Procuradores a informar a V. M. de las cosas sucedidas en esta provincia, ceso…

»La tierra ha venido de golpe en tanta quiebra, que si alguna provincia se permite haver esclavos o nabovias de por fuerza, es esta una para la conservacion y poblacion desta Ciudad, por comer ellos carne humana, ser muchos someticos95 i otras irronias.

»Desque vino el Governador a la tierra i yo con el se han havido para V. M. de quintos i Almojarifazgos i otros derechos, 34.000 pesos, entrellos los 6.000 d'oro bajo. Enbiamos aora a V. M. 16.000 con Torres, Alguacil Mayor.»

(Colección Muñoz, t. LXXX.)

II

En carta dirigida al Emperador por Domingo Cavallero96, desde Santo Domingo, en 28 de Septiembre de 1535, se dice:

«Havra cuatro horas llego aqui una Caravela de Santa Marta. Trae nueva que estando en aquel puerto llego un navio de Cartajena con el hijo del Governador Pedro de Heredia, con el cual se presumio enbiava su padre mucho oro sin quintar ni dar parte a los conquistadores. Estos, con el Tesorero Sayavedra, le requirieron, i el caso vino a las armas, de que Heredia salio herido en un brazo. Puesta tregua entrellos, salio un navio de Cartagena para dar cuenta dello al Doctor Infante, que reside en Santa Marta, quien haviendo hecho catar el navio do venia el hijo de Heredia, hallo que traia 14.000 pesos; se los tomo i los embio a nosotros los oficiales, en tres navios. Este es uno, i trae 3.200 que se han puesto en el arca de tres llaves. El Abdiencia esta haciendo informacion desto i otras cosas mui recias que se dicen deste Governador, i para embargalle todo el oro, i evitar cierto rompimiento que se teme entre cierta gente suya i otra que envia el Governador Barrionuevo a poblar a Uraba, pienso enbiara persona.»

(Colección Muñoz, t. LXXX.)

III

Carta de Pedro de Heredia al Emperador, fechada en Cartajena á 25 de Noviembre de 1535.

Despues de haver dicho que escrivio á S. M. con Alvaro de Torres, que partió en el navio que llevó los 16.000 pesos (de que se hace mención en la anterior i sospecho ser este Torres el que fue de Procurador) prosigue:

«Lo después sucedido en la tierra es, como con estas nuevas del Perú cargó tanta gente que nos hallamos en esta provincia de 800 hombres arriba, e… aunque ella sea fertil, 800 hombres de guerra no se pueden sustentar; pues que… en el reino de Toledo no se podrían sustentar, quanto más en la provincia de Uraba e del Cenu, que donde se ha descubierto el oro, que en esta provincia ha sido. – Porque mui esteril de comidas, i en ellas los hombres no se pueden sustentar sino es á mucha costa e trabajo: de donde sucedió tanta variedad en la gente, que se hicieron muchos ecesos, asi entre los cristianos como en la guerra de los Indios, sin se poder remediar ni entender unos á otros, é pusieron las cosas en tan excesivos precios, que valia un cavallo 500 cs97 e aqui ordinariamente vale 80, e un negro otros 500, e un queso 50, e un pernil otros tantos, e todas las otras cosas desta manera. E como compravan las cosas á estos precios no huvo ninguno que no se adebdase en mucha cantidad, de manera que quando bolvimos á esta ciudad é como aquí tanta gente havia, e no nos podiamos sustentar, sucedió que ciertos cavalleros que vinieron aquí de la villa de Madrid, me hicieron cierta resistencia debajo de colores como digo, de hombres que venian con pensamiento que cada uno havia de llevar 40 ó 50.000 pesos en llegando. A los quales yo quise prender, é no pude, é se me salieron de la tierra juntamente con otros, los quales fueron á la isla Española á hacer relaciones no verdaderas, no enbargante que aqui se hizo proceso contra ellos de la verdad, e se embio á la dicha isla Española, donde creo proveeran lo que convenga al servicio de V. M.

»He sabido que las informaciones que en la isla Española se hicieron, han enbiado á V. M. é… como proveyeron Juez de residencia para aquí, el qual veniendo por la mar quiso Dios que se perdiese el navio en que el venia e se ahogase, de que me ha pesado: A V. M. suplico mande proveer en ello lo que sea servido, porque la verdad, si él llegara aquí, la tierra toda se perdiera, porque agora está en términos de descobrirse lo bueno que hai en ella. E yo sabiendo que me enbiavan á pedir cuenta, estava determinado de no salir desta ciudad á ningund ca98 fasta darla. Porque me parecia recia cosa, andar yo trabajando en la tierra e descubriendola, e que se hiciesen cosas contra mi. E los Cabildos de esta Ciudad é de San Sebastian de Uraba, que yo tengo hechos, é la gente del comun de ambas partes me requirieron que fuese en seguimiento del descubrimiento que tenia empezado, protestandome todos los daños que á la hacienda de V. M. le viniesen por no ir:

»Porque yo tengo dos egercitos de gente la tierra dentro, de cada cient hombres de pie i de cavallo, ques lo que al presente es menester en esta tierra, e no más: el uno está en las provincias de Uraba, e el otro en las provincias del Cenu… Yo estoi de camino para ir, porque agora es el tiempo del verano acá. La nueva que de la tierra hai es grande, si Dios dello es servido que hallemos por donde pasar, porque por dos partes que tenemos noticia del camino vamos acometer, i á esta cabsa están divididos los dos egercitos, que es por donde entranbos estan.

»Sobre la provincia de Uraba havemos tenido diferencias con los de la governación de Tierra firme, porque V. M ha sido servido de dar ciertas cédulas á la población que conmigo está asentada. Lo que esta Governación tiene bueno es lo del Cenu i Uraba, que siendo una cosa si V. M. es servido de quitarlo desta Governación, despues de hacerseme á mi sinjusticia; esta Governación no podrá estar más poblada de quando lo quiten. Y esto dígolo, porque si V. M. fuese servido de dar lo uno, se ha de dar todo junto, porque no hai Governación en todas estas Indias más señalada ni más limitada que esta de un rio á otro, sin poder tener con nadie aunque queramos en que entender, porque si no es pasando con navios los rios, no podemos pasar allá, ni ellos acá. Las cédulas que V. M. ha dado yo he suplicado dellas. En Santo Domingo de la isla Española está el proceso de lo que sobrello ha pasado, porque la gente de un Cabo é de otro hemos estado juntos. He suplicado á ese Consejo é suplico á V. M. lo remedie.

»Los dias pasados en la [¿isla?] que á V. M. escreví con Alvaro de Torres, escrevi como yo havia sacado cierta cantidad de oro de las sopolturas del Cenú, ques donde me99 Presidente é Oidores de la isla Española, ques en mucha cantidad lo que yo he havido á mi costa é con mis esclavos, con 30 i tantos mill castellanos de todos oros pagados los derechos de V. M., los quales ó la mayor parte dellos yo he gastado en su real servicio en dar socorro á la gente é prestalles dineros, é en tres pueblos que tengo poblados en esta Governación, é en dos vergantines que he fecho é sustento, con que he descubierto el rio del Cenu, é pienso entrar á descubrir los otros rios, é lo que yo he sacado parecerá por los libros de V. M. ser lo que yo os digo é no más… Son tantas las variedades que hai en la gente de Indias… que los que á V. M. servimos es menester que Dios influya gracia en nosotros para podernos conservar; é como nosotros no seamos merecedores, no lo permite… Plega á Dios por los méritos de su pasión lo encamine como todos acertemos á servir á él i á V. M. Nuestro Señor &ª.»

(Colección Muñoz, t. LXXX.)

IV

Carta dirigida al Emperador por Petrus Maldonatus, Alonso de Vegines, Alonso Méndez, Rodrigo Duran y Juan Velazquez; fechada en Cartagena el 26 de Noviembre de 1535.

Con Alvaro de Torres, Alguacil mayor desta Governacion, escrivimos a V. M. i suplicamos viese ciertos capitulos i nos hiciese mercedes. Digimos que al Governador havia enviado su hermano Alonso de Heredia a pacificar a Uraba con 150 hombres de pie y cavallo, que hizo alli «un pueblo en parte mui provechosa al descubrimiento del secreto del Dabaiba, que tantos años ha que se tiene noticia ques la mas rica cosa que hai descubierto, a lo menos mui averiguado desde… que Pedro Arias de Avila vino… a estas provincias donde… el fator Juan de Tavira gasto 40.000 pesos d'oro en una armada que fizo por el rio grande arriba que dicen de la culata de Uraba, desde la ciudad del Darien; la qual armada i el con ella subieron por el dicho rio arriba cantidad de leguas e… se perdio i murio en el dicho rrio con otros Capitanes e personas señaladas, por ser la gente de indios mui belicosa.» Pues esa tierra i su puerto, do tanto bien reciben los navios que van a Nombre de Dios a bastecer el desc.to del Perú, i do tantos se guarecen en tiempos contrarios, se ha reducido por Alonso Heredia i formado pueblo con Alcalde i Regidores, a gran costa Nombrole San Sebastian de Buena vista, con justo titulo, por la mucha cantidad de mar i tierra que de alli se descubre. E teniendo de amistad 22 caciques, con uno que se dice de Uraba, rescatando i enseñandoles el vasallage que devian a V. M., un Julian Gutierrez fue con armada de 150 hombres con una nao mui artillada e vergantines e canoas, queriendo por fuerza entrar a desbaratar dicha ciudad. Los de Heredia les defendieron para no saltasen en tierra, e requiridos si traian alguna provision de V. M. mostraron una, de la qual se suplico i se requirio a Gutierrez que marchase e lo siguiese por justicia, i no quiso.

En este tiempo vino a el una nao desos reinos, i en ella 8 o 9 Cavalleros de Madrid, los quales, o por sus intereses, o por lo que no se puede alcanzar, pusieron esta ciudad en terminos de perderse, i quisieron matar al Governador, i de hecho le hirieron en una mano, e sino fuera por las armas de algodon dobladas que llevava, le mataran, i el Contador i Veedor se metieron en medio e requirieron a Governador i Cavalleros porque se perderia la Ciudad. Restando asi, vino la nueva del dicho Gutierrez, i el Governador armo ciertos vergantines, fue a requirirle i proponer partidos, i en ninguno quiso venir. Y el Governador determino de le hacer marchar, pues estava dentro los terminos de su Governacion, que son desdel rio grande de Santa Marta hasta el rio grande de la culata de Uraba.

Estando la cosa asi, la Audiencia de la Española embio un Juez perquisidor a esta provincia. Supolo el Governador i embio llamar a su hermano para dar la cuenta; mas luego vino noticia de haverse perdido el navio en que venia dicho Juez a la boca del rio grande, doce leguas de Santa Marta, ahogandose el i otros de su comitiva. Queria el Governador no moverse desta Ciudad hasta que otro embiasen, i siendo aora la boca del verano, le obligamos todos a que fuese a la entrada en servicio de V. M. Suplicamos no se separe desta Governacion lo de Uraba.

(Colección Muñoz, t. LXXX.)

V

Licenciado Juan de Santa Cruz.– Por ciertas quejas que se dieron a la Audiencia de la Española contra Pedro de Heredia, Governador de Cartagena, el Audiencia enbio contra el al Oydor el Licenciado Juan de Vadillo por Juez de residencia, cuya provision fue confirmada por S. M.

Fue Vadillo, y se pretende trato a Heredia y su hermano Alonso con gran rigor, sobre lo cual, con poder de dicho Governador, fecho en Cartagena 14 de Junio de 1536, a favor de Alonso de Montalban, este hace una provanza en Santa Marta, en 15 de Agosto de 1536 ante el Adelantado Don Pedro Hernandez de Lugo. Con ella se fue a la Corte y negocio se enbiase Juez de residencia contra Vadillo. Es dada la provision de tal juez al licenciado de Santa Cruz, en Monzón á 22 de Octubre de 1537. Por otra de Valladolid, de 20 de Noviembre de 1537, se da comision a Santa Cruz para soltar a Heredia y los suyos que tenia presos Vadillo, y entender en las diferencias que entre ellos havia, ver que agravios haya echo Vadillo, y recivir los descargos de Heredia.

Empieza a entender Santa Cruz en sus comisiones en Cartagena a 5 de Octubre de 1538. Ayuntados en Cabildo Alonso de Bejinez, teniente de Governador y los Alcaldes y Regidores. A la sazon estava Vadillo ausente en una entrada, lo qual y el gran numero de amigos de Heredia que havia en la ciudad. Se presenta el teniente Bejines al Juez para que suspenda la residencia pregonada, o al menos no reciba por testigos a ninguno de los parientes y paniaguados de Heredia. Este presenta pedimento diciendo que Vadillo, con noticia de la venida del Juez, huyo tierra adentro con cierta gente, y pide se le haga comparecer personalmente a hacer residencia. Al contrario, Bejines hace una provanza en 10 de Octubre de 1538, intentando provar que Vadillo a ido a hacer un gran servicio a S. M. qual es pacificar y descubrir las provincias de Guaca y Guachica, que Francisco Cesar, su capitan, dixo haver hallado, por lo qual el Licenciado habra diez meses salio de Cartagena, yendo en ciertos navios a la ciudad de San Sevastian de Buenavista en Vraba, de do partio a su descubrimiento.

Siguen muchas informaciones por una y otra parte, y en 26 de Noviembre de 1538 empieza la pesquisa contra el licenciado Vadillo, su teniente Bejines, su alguazil mayor Juan Gomez, y demás alguaciles y tenientes suyos.

En 30 de Octubre, Hernando de Olivares, theniente de Santa Cruz, hace otra pesquisa contra Vadillo en la Villa Rica de Madrid, que es en la provincia del Cenu.

Uno de los tenientes de Vadillo en Vraba fué el comendador Hernan Rodriguez de Sosa, á quien Heredia tira no menos que á Vadillo.

Los cargos contra Vadillo son: Haver echo esclavos y errado muchos indios enbiándoles á ranchear para tomar achaque de poder tomarlos por esclavos so color de alzamiento y guerra, siendo asi que á Heredia en sus provisiones ó capitulación mandó S. M. no hacer esclavos (muchos testigos deponen que tambien Heredia contravino, y es cierto que nadie lo cumplia): Que recivió dádivas: Que deshonro al contador Rodrigo Durán porque le requirió no hiciese el yerro de los esclavos: hizolo á su pesar, erró, vendió y consintió vender y extraer; y que un criado suyo llevase de cada esclavo que errava tres maravedises y dos tomines: Que sus Capitanes ranchearon muchos pueblos, hicieron y erraron muchos esclavos, no sólo consintiéndolo él, sino llevando su joya de General, y siete partes de todo. Por rovar los indios y hacerlos esclavos se alzaron varios pueblos. Que fue juez apasionado, injusto y riguroso. La codicia le hacia enviar á rescatar ó rovar quanto tenian los indios, y aun los mantenimientos. Muchas cosas de los rescates se ocultavan al veedor. Que proveyó thenientes inhábiles para el oficio. Quando el fue era práctica del oro que se sacava de las sepulturas del Cenu ser la mitad para el que lo sacava, y la otra mitad para la compañia, que eran todos los conquistadores ó pobladores: el Licenciado dió muchas cédulas á particulares que lo sacasen para sí (su parte llevarla el Licenciado). Que algunas veces del oro traido para la compañia se tomó siete partes. Que la cédula de S. M. dando licencia general para sacar oro de las sepulturas pagando el quarto, aunque la pregonó no la cumplió, pues hacia pagar á demas por aprovecharse así sus criados y amigos, los quales y el solian no pagar ni los derechos de S. M. Sacava para si las mejores sepulturas, y tenia negros en compañia de Francisco Danvila y Diego Cavallero, á quienes sin ser de la provincia se davan partes como á vecinos. Siguen otros cargos de agravios contra Heredia y otros particulares favores injustos á sus paniaguados. Sobre las entradas del Urute y del Guaca, que no cuidó la observancia de las Provincias Reales ni de hacer Libro en que se escriviesen ni arca en que se guardasen. No se guardó Arancel de derechos. Si los caciques le traian mantenimientos los castigava porque además no traian oro.

Sigue una provanza eterna de algunos millares de foxas hecha por parte de Heredia.

Por la ausencia del Licenciado Vadillo después de echa la pesquisa y echos los cargos, suspendió Santa Cruz la residencia. Vuelve á ella y la prosigue, venido Vadillo, desde 29 de Agosto de 1539.

No hallo sentencia contra Vadillo, y seria perder el tiempo reconocer prolixamente vna docena de resmas de papel que tiene este proceso sin estar completo, compuesto la mayor parte de informaciones apasionadas echas con testigos de manga que deponian lo que quería el interesado.

Tampoco examino otra gran porción de provanzas y autos de la residencia que tomó Vadillo á Heredia, la qual carece de principios y fines y quizá de varios medios.

Observo que Vadillo tenia preso al governador Heredia en la carcel con prisiones y guardas. Santa Cruz le sacó de la cárcel, i le dió por cárcel su casa de Heredia mismo; i por esto su procurador comparece antel Juez en…

(Colección Muñoz, t. LXXXIX.)

VI

Licenciado Lorenzo de Paz de la Serna.– Por provisión fechada en Madrid el 14 de Julio de 1540 se manda á dicho Oidor de Tierra Firme que por quanto se ha proveido la Governación de Cartagena á Pedro de Heredia, tome residencia al Licenciado Juan de Santa Cruz i sus oficiales, i los descargos al licenciado Vadillo i sus oficiales, tomando en si las varas si todavia Heredia no fuese llegado á su Governación. Es recibido en el Cabildo de Cartagena, presente el licenciado Santa Cruz, en 29 de Diciembre de 1540, y se le entregaron las varas.

Los Tenientes de Santa Cruz á quienes tambien se toma residencia, son Francisco Verdugo, Pero Nuñez, i el Contador Rodrigo Durán, sus Alguaciles mayores Juan Graciano, Gabriel Cataño de Sandoval, Pedro Ordoñez de Peñalosa, estos fueron Tenientes de Alguacil mayor, Baltasar de Santa Cruz, Antonio de Alava, Tenientes del Cenú, Fernando de Olivares, García Pardo; Teniente de Mopox, Francisco Verdugo; Tenientes de Vraba, el veedor Juan Velazquez i Julián Gutierrez, Capitanes de Santa Cruz, Luis Bernal, Pedro Fernandez de Ocon é Alonso Monte.

El Juez pronuncia sentencia en Cartagena á 5 de Febrero de 1541, absolbiendo á Santa Cruz en lo que se le atribuía de parcialidad á favor de Heredia; le condena en cien pesos para la Cámara, y otros veinte para uno á quien llevó derechos demasiados; por haver puesto de Tenientes en las ciudades de Cartagena y Cataxapa á Juan Graciano y Baltasar de Santa Cruz, sus sobrinos y parientes, le condena en el tercio del salario de un año. Sobre una sentencia que mandó executar de cortar la lengua á un Diego Chamorro, haver embiado á rescatar y pedir oro á los indios; haver sido negligente en atender al buen tratamiento de los indios y haver disimulado los malos tratamientos y otras cosas, lo remitió á S. M. y Consejo. En lo demas le declara buen juez y provechoso á la República.

Santa Cruz, después de sus descargos, espone haver echo una buena puente, un muelle mui util para cargar y descargar, un camino mui util, carnicería, pescadería, carcel, libros de provisiones, de asiento, de presos, etc. Haver puesto recaudo en la hacienda, penas de Cámara y bienes de difuntos; haver sido mui vtiles sus entradas, que la gente que con él fue huvo más de 60.000 castellanos y S. M. mas de once mill (se inserta una larga provanza sobre la entrada del Urute). Haver desmontado el arcabuco que estava en el puerto y al rededor de la ciudad que era dañoso á la salud, quitava la vista del mar é inundaba el pueblo de mosquitos enojosos que se han quitado. Haver echo muchas crianzas y labranzas que no havia, y poblado la villa de Santa Cruz de Mopox, que dice ser el mejor pueblo de la Governación.

Siguese el pleito de residencia por apelación con el Fiscal del Consejo en Junio de 1541.

(Colección Muñoz, t. LXXXIX.)

VII

En carta del licenciado Miguel Diez de Armendariz al Emperador, fechada en Cartagena á 24 de Julio de 1545, se dice:

La residencia del adelantado Heredia i sus tenientes tengo casi en conclusión, i con todo no se quando verá el fin, según las mañas, cautelas i osadias que hallo. No ha holgado tentacion contra mi, ni dolencia contra las provisiones de V. M. El Adelantado i su hermano Alonso, Teniente general, vinieron en 18 de Abril á mi Audiencia con peticiones recusando á mi i á todos los vecinos i moradores de Cartagena, Santa Marta, Nuevo Reino, Popayán, i Rio de San Juan. El 22 se apartaron de la recusación, ofreciendo responder á los demandantes. En 17 Mayo el Adelantado, teniendo Casa por Carcel, saliose i ibase al puerto para huirse, segun fui avisado, i después confesó de plano.

El Adelantado Heredia quando se iba á las minas de Buritica, repartió la tierra en la villa de Santiago de Tolu después de la fecha de las Nuevas Ordenanzas i dubdo ú prefirió á conquistadores. Esto cumpliré si no se hubiere guardado.

(Colección Muñoz, t. LXXXIV.)

VIII

El licenciado Miguel Diez Armendariz, en carta dirigida al Adelantado Belalcazar, fechada en Santa Fe el 27 de Abril de 1547100 dice:

Al Adelantado Heredia embié á España solo por no haver cumplido las provisiones de S. M., la de que no fuese á Antiocha, i no haver guardado de franceses á Cartagena, como lo tenia S. M. mandado. A su hermano Alonso enbio asi mismo en seguimiento de una apelación de sentencia de muerte pasada en cosa juzgada. Por lo demás, á todos sus deudos he dado de comer, casado dos sobrinas, i otra debda suya sobrina de Miguel Gerónimo de Ballesteros, su primo, Dean de Cartagena, etc.

(Colección Muñoz, t. LXXXIV.)

IX

En carta fechada en Cartagena á 20 de Noviembre de 1545, decia el licenciado Miguel Diez de Armendariz á los Oficiales de Sevilla:

«Embio preso al Adelantado Heredia, aunque sin prisiones á Vm.s, que cuidaran de enbiarlo con recaudo ante S. M. i Consejo.»

En otra carta, fechada en Cartagena á 2 de Enero de 1546, dijo el mismo licenciado al Emperador:

«Despachada la visita (ó la residencia) embio en estos navios al Adelantado Heredia, su hermano Alonso, i Damian Peralta de Peñalosa, su deudo i Teniente de la villa de Mopox. A los Heredias nada se les ha podido sacar de costas so color de extrema pobreza. Algunos sospechan tienen mucho oro enterrado, i dicen que en tiempo de la abundancia de sepulturas vieron al Adelantado comprar una tinaja, i luego no han parecido la tinaja ni un negro suyo.»

(Colección Muñoz, t. LXXXIV.)

Aunque á primera vista resulta que hay contradicción entre ambas cartas, debe entenderse la primera como un mero anuncio de un propósito que no se realizó hasta la fecha de la segunda. Es decir, que Heredia no salió de Cartagena para España hasta Enero de 1546.

X

En la misma carta de 27 de Abril de 1547, antes citada, da el licenciado Diez Armendariz los siguientes detalles acerca de su vida:

«Mi tierra es vecina de Francia, i yo estuve en ella 4 años, los mejores de mi vida: no soi frances, soi viamontes». Dice que cumplió 40 años en 3 del presente mes (¿Abril de 1547?), i ha 27 anda fuera de su naturaleza, siguiendo letras: diez gastó en Salamanca, parte de los demás en Francia. «Fui Colegial en Salamanca, en el Colegio mayor de San Bartolomé, de donde lo fue el señor licenciado Gasca». Quien en esa casa entra ha de hacer tres informaciones: primera, de letras; segunda, «de linage; y tienese por provanza más que cierta, que no es judio ni toca en ello, sino que es de buena casta el que es dado por habil para ser elegido»; tercera, de costumbres, mui rigurosa, &ª.

(Colección Muñoz, t. LXXXIV.)

XI

Al Emperador, y en carta fechada en el Nuevo Reino de Granada el 26 de Junio de 1547, dice Montalvo de Lugo:

Ha 27 meses que estoi preso i en residencia por solos 9 que fuí Teniente de Governador, quitados los repartimientos, haviendo Cédula del Príncipe para que se me buelvan, destruida mi hacienda, i adeudado, con malos tratamientos i trabajos de mano del Juez que ninguna justicia hace. Este es el premio de 14 años de conquistas por estas tierras, de haver governado con paz y provecho de españoles, naturales i de V. M., como tengo provado. Ni de la residencia resulta cargo sustancial, sino cosas impertinentes, como se verá. Armendariz es injusto, i solo procura su interese. A su primo, mui mancebo embió á tomarme las varas acompañado de personas apasionadas que estando aquí el Adelantado fueron huyendo, i entró en los pueblos deste Reino de noche secretamente, i luego en llegando ponía pena de muerte que ninguno me diese aviso, i asi vino haciéndose recibir hasta do yo estava. En llegando me prendió i embió á Cartagena do el Juez estava, que son mas de 250 leguas. El Juez me tornó á traer 6 ó 7 meses, i segun su manera de despachar creo no me sentenciará en otros 27 meses. – Escrivo esta temiendo sea tomada por el Juez, á la ventura, porque si tal yo la tuviese que llegue á V. M., tengo por cierto me mandará remediar &ª.

(Colección Muñoz, t. LXXXIV.)

81

En la edición de Caracas: Senufana.

82

Debe querer decir sufragáneas.

83

En la edición de Caracas: de ella.

84

Idem id.: anegadiza.

85

Idem id.: por allá.

86

Aquí no se hace punto y aparte en la edición de Caracas, y sólo hay punto y coma.

87

Despidiente es el participio activo anticuado de despedir. En la edición de Caracas: expediente. El autor ha debido querer decir despedida.

88

En la edición de Caracas: y espetó.

89

Debe querer decir refrigerio.

90

En la edición de Caracas: mantuvieron.

91

En la edición de Caracas: reforzándose.

92

Antes ha escrito el autor Nutiuara; pero ahora repite varias veces Mitiuara. – En la edición de Caracas se dice siempre Nutibara.

93

En la edición de Caracas falta la palabra dello.

94

Quiere decir, indudablemente, frisoles.

95

Sométicos por sodomíticos.

96

No consta si ese Domingo Cavallero era el contador de tal nombre, ú otro Domingo Cavallero, secretario de la Audiencia, pues el primero se hallaba en Castilla por Junio de 1535.

97

¿Querrá decir castellanos? El castellano era una moneda que valía 14 reales y 14 maravedís de plata.

98

Un borrón impide leer el final de esta palabra.

99

Aquí hay una palabra medio borrada, que no puede leerse.

100

La fecha, excepto el día, resulta ininteligible, pero Muñoz la deduce del texto de la carta.

Historia de Venezuela, Tomo II

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