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CAPITULO QUARTO

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En que se escriue los diferentes Cenues39 que ay, y qual es el principal, y las sepulturas que en este Fin Cenu se sacaron y su manera, y el disparate y muerte del capitan Ojeda y de sus ssoldados.

Antes que pasemos adelante sera uien dar noticia en este lugar desta noticia del Cenu, que tan nonbrada a sido en estos nuestros tienpos y codiciada de muchos, por lo que los principales deste Zenu donde Don Pedro de Heredia estuuo, dixeron a los españoles, y por otras cosas que adelante se dira.

En este paraje de Cartaxena, entre el rrio Grande de la Magdalena y el rrio del Darien y el de Cauca, estan estos señores, hazia el Poniente, los quales son tres Zenues. El primero es este donde Don40 Pedro de Heredia llego, que por sus naturales es llamado Fincenu. Esta quatro o seis leguas apartado del rrio del Darien, que tanbien es llamado del Cenu, por donde suuio antiguamente el capitan Ojeda, despues que le mataron a Juan de la Cosa, su conpañero. En este Fincenu se sacaua oro, mas por rrespeto de ser los moradores del todos plateros y artifizes de labrar oro, acudian a hellos de los otros dos Cenues donde se sacaua el oro, y pagauanles su trauajo por algunas joyas y obras de oro que les hazian, y ansi auian venido a ser muy rricos y a poseher tanto oro como los españoles en el hallaron, y tambien por otros rrespetos que luego se dira.

El otro Cenu se decia Cenufana, que tambien fue descubierto por españoles que de la Gouernacion de Cartajena salieron, del qual tambien se tratara adelante. El terzero se dize Zanzenu. Este es el que oy esta uer y descubrir entre el rrio Grande de la Magdalena y el rrio de Cauca. En estos tres Cenues decian los yndios deste Fincenu que auia tres diablos por señores, y que el diablo mayor esta en el Pancenu, y en este Fincenu hesta una hermana del diablo mayor a quien el propio diablo amaua y quería mucho, por cuyo rrespeto muchos yndios principales del Pancenu se mandauan lleuar á enterrar al Fincenu con sus rriquezas, y el questo no hazia enuiauan aquel les señalasen y diesen sepultura en este Fincenu, y en ella manda enterrar la mitad del oro que tenia, y desta abusion41 y supresticion diabolica que entre estos baruaros auia, uino a estar el Fincenu tan poblado de rricas sepulturas echas de mogotes muy altos y otros no tanto menos y mas, segun la calidad del yndio que se enterraua, y tanto quanto edifizio o tumulo de sobre la tierra hera de alto, tanto tenia de hondo la sepultura, y asi obo y se sacaron rricas sepulturas de a treinta mill pesos, de a ueinte mill y de honze mill y seis y siete mill pesos y a menos y a mas42.

Ubo mucha cantidad de sepulturas que no tenian mogote ni señal encima de la tierra, y a estas descubrian dando fuego a la savana, y despues de quemada la paja cauauan y dauan cata en la haz de la tierra, y donde hallavan dos dedos de tierra negra y luego vna harenilla blanca era sepultura, y con esta señal seguian asta llegar a donde estaua el difunto o el oro, y hallandolo no curauan de pasar de alli. Obo gran cantidad de sepulturas que tuuieron a quinientos y seiscientos pesos, y pocas de aqui para uajo, y ninguna que hen ella no se hallase oro.

Todo el oro questas sepulturas tenian, estaua puesto al lado del corazon, y aun en el propio corazon de los muertos, lo qual conocieron bien en breue los españoles, y despues que dello tuuieron conocimiento no hazian mas de en descubriendo la sepultura boluer el rrostro al ssol y cauar a la parte siniestra de la sepultura, y asi hallauan con menos trauajo lo que auia dentro, porque como en aquella parte del corazon no ouiese oro no curauan de buscallo, porque tenian ya entendido que auia de ser su trauajo en bano.

La sepultura del diablo, para uer los españoles lo que hen ella auia, gastaron mas de mill y quinientos pesos, y con todo este trauajo no pudieron derriuar de lo que sobre la tierra auia edificado mas de la mitad; y como ya tenian conocimiento los soldados de la parte donde auian de hallar el oro y hallaron lo que rreferido, no curaron de echar mas peones, porque les parecio que hera cosa perdida. Hallaronse ansi mismo en esta sepultura gran cantidad de mucuras de vino convertido en agua, y mas de cinquenta piedras de moler, de hechura de las de Nueua España. Alrrededor de esta sepultura, en contorno de treinta pies, estauan doze sepulturas yguales, el altor que cada vna tenia, siete estados, y en cada vna destas se hallaron de honze mill pesos pararriua, y asi fue grandisima la suma de oro que deste poblezuelo se saco, el qual no tenia mas de veinte cassas principales, en que los yndios viuian, y cada casa destas tenia a la rredonda de si otras tres ó quatro para sus haziendas y seruicios estrahordinarios, las quales eran todas grandes, de pared alta, casi de la forma y echura que los españoles las hazen para su biuienda. Preciauanse de tenellas linpias y barridas, para el qual efeto tenian vnas escouas largas, de la forma que las tienen en los monasterios, para no auajarse. Durmian o tenian por camas, para durmir, hamacas.

La señora deste pueblo hera de gran grauedad y muy rrespetada de sus subditos. Por grandeza acostunbraua que de un lado y otro de su amaca durmiesen en el suelo dos yndias mozas, gentiles mugeres, los rrostros bueltos a la tierra, para quando se lebantase o sentase en la amaca poner sobre hellas los pies. Hera de muy pocos moradores este pueblo, que hen el no auia a la sazon cien yndios, y parecia por sus rruines43 y bestigios, auer sido en tienpo antiguo de mucha becindad. Preguntoseles a los yndios como heran tan pocos, y si auian sido en otro tienpo mas: rrespondieron que despues que mataron alli muchos españoles se auian ydo sienpre apocando y muriendo hasta el estado en questauan.

La gente que estos baruaros destruyeron y mataron fue el capitan Ojeda, de quien atras e echo mencion, que fue aqui muerto el y toda su jente; y segun estos mismos yndios contaron, passo desta manera. El principal deste pueblo tuuo noticia, de yndios sujetos suyos, como el capitan Hojeda y sus conpañeros, subiendo por el rrio Darien o Cenu arriua, en sus uergantines, auian llegado a un pueblo questa en las rriueras del propio rrio, sujeto a este casique, Tocurru44, apartado deste Cenu quatro o cinco leguas. Los yndios y principal que en Tocurru auia y auitauan, dieron luego noticia al casique del Fincenu de la llegada de los españoles a tierra, y pidiendole ynstruicion y horden de lo que deuian hazer, ynbioles luego vn capitan yndio con cierta gente de guerra y mandoles que en ninguna manera esperasen a pelear con los españoles, sino que les vyesen y se apartasen dellos todo lo posible, de suerte que no rreciuiesen daño ninguno asta que el juntarse todos los yndios sujetos suyos y con copia de jente hiziese lo que conuiniese. Los yndios de Tocorru lo hicieron como les fue mandado, porque luego que Ojeda habordo en tierra y dio uista a este pueblo, uiendo que los yndios lo desanparauan y huian, echo en tierra toda la mas gente y siguiendo con ella el alcanze de los yndios que de yndustria vyan, dejo con poco rrecaudo y guardia los uergantines y enbaracose en saquear y rrouar lo que en aquel pueblo auia45.

Ya questaua algo apartado del rrio, tuuo desto noticia el casique o señor del Fincenu, e con toda presteza enuio zierta cantidad de yndios que se metiesen y apoderasen en los uergantines y matasen los que dentro ouiesen. Hizieronlo estos yndios como les fue mandado, y con mucha facilidad se apoderaron de los uergantines y mataron los soldados que dentro hallaron, y el casique con la mesma presteza tomo el rresto de la jente que le quedaua, que hera grande cantidad, y de noche, con la luna, dio en el capitan Ojeda, questaua alojado en el propio pueblo de Tocorru y con mas confianza de la que deuia tener para estar en tierra de enemigos, y alli, antes que tomasen las armas, les mataron muchos soldados, y despues se trauo entre todos la pelea vien rreñida por anbas partes; pero como los yndios heran en numero muy desiguales a los españoles y peleauan de noche y heran diestros en la tierra y savian las guaridas, tenian muchas uentajas a Ojeda y a sus soldados, y asi los desuarataron y mataron todos los mas. Algunos pocos que auian quedado, pretendiendo saluarse en los uergantines y no sauiendo el mal suceso de los que en su guarda abian quedado, se fueron rretirando hazia el rrio; pero desque vieron questauan ya tomados por los yndios, perdieron de todo punto la esperanza de guarezer y conseruar las uidas, y asi las uendieron como pudieron, muriendo todos a manos de los yndios, de los quales dizen tanbien auer perecido y muerto muchos por mano de los españoles, de suerte que fue para hellos tan calamitosa la uitoria como para los españoles desdichada y mala afortunada la jornada, en la qual no entro Diego de Hordas, que se quedo en los nauios y de alli se fue hen ellos a Cuba, donde paso con Cortes a descubrimiento de la Nueua España.

Hallaron los españoles de Pedro de Heredia por los buhios y poblacones de este Fincenu, muchas armas de corazas y espadas y otros muchos generos de armas de hierro. El muchacho que Don Pedro de Heredia auia lleuado por guia señalo alli, en aquella canpiña, cierta sepultura y entierro de oro, que el auia visto hazer, y dijo que la cauasen y sacarian oro. El Gouernador mando luego a los acadoneros y macheteros que cauasen luego y trauajasen en desenterrar aquel muerto. Hizose lo que Pedro de Heredia mando, y con poco trauajo y en menos tienpo sacaron desta sepultura nueue mill y quinientos pesos de oro fino. Procuro el Gouernador ynquirir y sauer donde auia mas oro; el casique y su muger se hallaron presentes a esta ynterrogacion y le dijeron en su lengua que para que queria mas oro del que en aquella sepultura de aquella canpiña auia y podia sacar. Heredia les rrespondio que mas querian y mas buscaua y mas le auian de dar. Rrespondieronle, vista su codicia, que fuese al Pancenu, questaua treinta jornadas la tierra adentro, y que de lo que en los buhios avia se podrian cargar todos los que con el yban y sus cauallos y no lo podrian traer; y esto sin lo que en las sepultvras, asi del diablo como de los particulares y pleueyos, auia, que hera ynfinito, porque en aquella tierra lo sacauan de las minas y lo traian aquel lugar; pero pusole por ynpedimento y estoruo ser pocos los españoles que yban con el Gouernador para auer de pelear con los yndios del Pancenu. El Gouernador, como oyo tan buenas y alegres nueuas, tomando entre los dedos de las manos las narices, comenco a cantar «quando yo sea gañan, Joanica me lleue el pan».

Rregocijaronse aquel dia, y el siguiente azelerose46 el Gouernador por leue ocasion que le sobreuino con vnos soldados de los de Santa Marta, que lleuaua en su conpañia, contra los quales comenco a dezir que a la buelta los auia de dejar a todos, antes dentrar en Cartaxena, ahorcados de los jobos. Parecioles mal esta soueruia y demasia de Pedro de Heredia a muchos soldados; comenzaron a pronosticar que sino se rreportaua y media que seria ynfelix el suceso y fin que dende en adelante47 ouiese aquella jornada, porque los soldados de Santa Marta, contra quien se auia ayrado, heran por sus personas estimados y fauorecidos de amigos, que suelen ser causas estas con que muy comunmente en las Indias se auajan las hinchazones y elaciones de los gouernadores, sino mudan condicion y proposito y desimulan mas de lo que querrian, como en alguna manera lo hizo en esta jornada el gouernador Heredia.

39

Cenues ó Cenus, pues hay una letra borrosa. – En la edición de Caracas, Senus.

40

En la edición de Caracas se omite el Don.

41

En la edición de Caracas: y de este abuso. – Abusión significa abuso.

42

En la edición de Caracas no se hace aquí punto ni coma, y está todo seguido.

43

Debe querer decir ruinas.

44

En la edición de Caracas: del propio río Tocurru. – Se da así al río Darien el nombre del cacique del pueblo.

45

En la edición de Caracas no se hace aquí punto.

46

En la edición de Caracas: acalorose.

47

Idem íd.: que de allí en adelante.

Historia de Venezuela, Tomo II

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