Читать книгу En Rem: Fuego (Tomo I) - Pilar Ibañez - Страница 4

En un lugar llamado Tierra…

Оглавление

Era viernes, me levanté esa mañana con mucha sed, como si hubiera corrido una de mis carreras. Tomé agua, prendí el televisor en cnn Internacional, como todas las mañanas, hice ejercicio, desayuné y salí a trabajar.

Tuve un día sin ninguna novedad o curiosidad por recordar. En la tarde me escribió un amigo para invitarme a un concierto. Y como no tenía mucho qué hacer decidí asistir, aunque lo pensé mucho ya que conocer gente nueva no era muy de mi agrado, y tenía miedo de salir por no querer encontrarme

a mi exnovio.

Estando en el concierto pasó lo típico que sucede cuando uno conoce gente nueva, me preguntan: “¿Tienes novio?”. Pregunta cuya explicación era aún más complicada, ya que seguía con una depresión increíble… Respondía: “No tengo, gracias. Duré cuatro años viviendo con mi exnovio, un día después de pasar Navidad y Año Nuevo juntos me dejó en mi apartamento (al cual me había mudado sola un mes antes) y me envió un mensaje de texto al whatsApp diciendo “terminamos, no me odies”, sin explicación alguna y perdiendo todas las pertenencias que dejé en su apartamento y su finca. Mi respuesta dejaba sin preguntas adicionales a los que oían la historia, y después me pasaban un trago. Me había convertido en una experta en asustar a los hombres. De hecho, me ponía en el dedo anular un anillo, así pensaban que estaba casada y prevenía, según yo, que se me acercaran. Me tomaba el trago y pensaba que después de todo debía seguir adelante, sin entender por qué me había pasado eso a mí, creía que era una buena persona, fiel, amorosa, amable y con- descendiente. Recuerdo ese día y los meses siguientes como una recuperación de alguien al que lanzan del piso 10, y cae contra el piso de cemento. Sentía que al caer debía recoger pedazo a pedazo todo mi ser y reconstruir mi vida, pero sin plan, orienta-

ción, ni rumbo, sin sentido de vida.

En medio de mi reflexión pasó algo inesperado, que cambia- ría mi vida para siempre.

De la nada, mi amigo Alfi volvió al grupo, y dijo: “Estoy viendo números”. Afirmación que me pareció muy graciosa y curiosa.

—Alfi, ¿qué quieres decir con eso? —le pregunté.

—Cuando veas una secuencia de tres números muy seguido es porque te están mandando un mensaje.

—¿Un mensaje? ¿De dónde?

—Tus ángeles. Googléalo, pon los números y ángeles, y mira que te sale —me dijo.

De forma muy extraña, algo conectó en mi cerebro. Me pregunté por qué mi amigo estaba hablando de ángeles en medio de un concierto de música electrónica.

Me quedé con la curiosidad de su comentario, de hecho había estado viendo mucho el 111, en el reloj de mi celular, en la hora del televisor, y en las placas de los carros. Así que después del concierto a las 3 de la mañana, me senté frente a mi computador. Me reí un poco de mí misma, porque pensé que ahora sí me había llegado la hora, me había enloquecido completamente debido a la ruptura.

Pero no me importó. Digité:

111 ángeles. Enter.

Acto seguido, miles de páginas de mensajes de ángeles y todas concordaban con lo que el 111 quería decir:

“Observa cuidadosamente tus pensamientos, y asegúrate de pensar solamente en lo que deseas, no en lo que no deseas”.

¡Joder! ¿Cómo así? ¿Qué es esto?

Sentí por un momento que alguien me observaba. Cómo era posible que me estuvieran enviando un mensaje de alguna parte del universo, cifrado y no lo hubiera visto antes.

En ese momento algo hizo un clic en mi cerebro. Debía pedir señales que respondieran a mis preguntas de los jueves.

Así que me senté en mi cojín de la ventana, y dije de forma muy clara:

—Mándenme una señal clara para responder a mis preguntas. ¿Quién soy? ¿Qué hago aquí?

Y fue allí donde todo cambió.

En Rem: Fuego (Tomo I)

Подняться наверх