Читать книгу Pensamientos salvajes en busca de un pensador - Rafael E. López-Corvo - Страница 14

Discusión

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En 1976 Bion dijo lo siguiente:

Después de todo, si los anatomistas pueden afirmar que detectan una cola vestigial, si los cirujanos en igual forma, pueden decir que detectan tumores que derivan de las hendiduras branquiales, entonces ¿por qué no puede existir lo que podríamos llamar vestigios mentales, o elementos arcaicos, los cuales sean operativos en una forma alarmante y perturbadora por cuanto atraviesan la bella y calma superficie de lo que ordinariamente pensamos como una conducta sana y racional? Un bebé […] lloró y gritó al nacer y no pudo ser tranquilizado; mientras más lo calmaba la madre, más gritaba el bebé. Era imposible para la madre dormir debido al grito infatigable … [1994, pp. 308-309]

Y además:

Estoy sugiriendo que al lado de los estados conscientes e inconscientes pueden existir otros. Lo más cerca de darle un título provisional es llamarle estado mental inaccesible. Puede hacerse inaccesible porque el feto se libra de ellos tan pronto como puede. Sea ya una consciencia de su ritmo cardíaco, de terror, un ruido o una visión —el tipo de visión producida por la presión sobre las órbitas, de los cambios de presión que tienen lugar en el fluido intrauterino— todo esto podría nunca haber estado en lo que llamamos consciente o inconsciente [1997, p. 50]

Uno de los problemas presentes en el comienzo del análisis de Vinicio fue la dificultad de poder comprender con certeza qué condición mental inconsciente justificaba su conducta, el no poder establecer algún esbozo de la anatomía de su trauma pre-conceptual, algo que abriese un horizonte al significado de su patología; cómo comprender, por ejemplo, qué cosa justificaba su actitud de “no-existencia”, de no tener a su edad un vértice propio desde donde mirar al mundo; su incesante tenacidad a no involucrarse emocionalmente y al mismo tiempo resistirse a investigar las causas. Pensé inicialmente en la posibilidad de un trauma “diluido” o “acumulativo” como el caso de Olga, al cual me he referido anteriormente. Al inicio del análisis dijo tener una novia con quien había salido por algunas semanas, quien era virgen –algo extraño en estos tiempos para una mujer de 26 años– y quien desde hacía un año vivía en Australia. Entonces le dije “que parecía que él quería tener una novia para no tenerla”. Vinicio no se inmiscuye, sobrevive, aunque siento que él quisiera estar más presente, tal y como lo ve en otros amigos, quienes algunas veces se convierten en personajes de sus sueños. Me dijo al principio que le gustaba viajar porque era el único momento cuando se sentía libre, sin embargo pareciera que la libertad que siente al viajar se la proporciona la distancia. No se acerca aunque lo intenta, vive con sus padres pero no intima con ellos, siempre está a la hora y nunca falta en su análisis, pero no se involucra y dice tener una novia que es virgen y vive en Australia. En la transferencia existe una disociación entre un elemento inanimado que él deja a mi cuidado para que yo lo “arregle”, mientras otro elemento se aísla y ausenta. Al mismo tiempo experimento en la contratransferencia algo que me resultaba extraño y que no recuerdo haber experimentado anteriormente con otros pacientes, es como estar ante la presencia de una tragedia que nunca se logra consolidar, como que existiese algo muy importante que al mismo tiempo no existe. Semejante al “fantasma del miembro amputado”, el hombro dislocado de Vinicio está presente en cada momento de su propio devenir, aunque al mismo tiempo no está en ningún lado; es “¡la paradoja de una absoluta y eterna presencia de una total ausencia!”. Comprendí que lo que continuamente perdía en su equipaje era el coraje para involucrarse, que sentía que sus amigos sí tenían, algo que deseaba pero que al mismo tiempo le aterrorizaba, aunque sin lograr comprender por qué, era como el “terror sin nombre” de Bion. Había también como cierto recato, como vergüenza de tener miedo, lo cual lo ocultaba; por ejemplo, decía que su temor era hacerle daño al otro, a las mujeres o a sus padres, cuando en realidad lo que en verdad temía era que le infringieran daño a él. En un momento dado dijo: “Para explicarte cómo es el temor que siento cuando intento acercarme a alguien [involucrarse emocionalmente], es como el temor que se siente antes de hacer un “puentin”. Le digo entonces, que su temor es comprensible si el siente que involucrarse emocionalmente y hacer puentin es la misma cosa, porque indudablemente lanzarse desde una gran altura amarrado por los pies, debe dar mucho miedo, pero que acercase y temer amar o ser amado por alguien, es algo obviamente muy diferente.

Creo que la psicopatología de Vinicio bien correspondería a lo que Bion describió como un “estado mental inaccesible”, que su terror a la cercanía o al compromiso emocional con los otros, como sucedía con N, sus padres o en la transferencia, representaba una especie de defensa o anestesia afectiva, con frecuencia presente en individuos que intentan librarse del terror a su dependencia emocional, utilizando identificaciones proyectivas que buscan colocar su necesidad afectiva en los otros, para evitar ser emocionalmente lastimado. Lo cual es en verdad una paradoja, por cuanto todo el conflicto, incluyendo su continuo temor a ser lesionado era en su totalidad y en la actualidad continuamente inventado por él, nada de eso existía, eran recuerdos no recordados que se repetían. En algún momento le dije que si la posibilidad de un “rechazo doloroso” era su propia creación, ¡por qué más bien no inventaba lo contrario, ser eternamente amado y feliz! Dos sesiones más tarde, trajo un sueño: En su cuarto había una caja que contenía objetos de cuando él era un niño. La abrió y en su interior había varias sombrillas. Le pregunté cuál podría ser el propósito de todas esas sombrillas y él contestó: “para protegerse de la lluvia”, ¿cuál lluvia? Y respondió: “posiblemente mi llanto debido a mi hombro roto”.

La dificultad más relevante en el análisis de Vinicio, era el carecer en absoluto de la referencia de algún recuerdo, salvo el terror a la cercanía con el otro y la teoría filogenética de vestigios emocionales producto de acontecimientos no registrados, como lo expuesto por Bion. Otro aspecto fue su intuitivo interés en el experimento con los monos, lo cual introdujo nuevas rutas de investigación. En todo caso, el análisis continúa.

1. Artículo aceptado para su publicación en verano de 2022 en la Revista Catalana de Psicoanàlisi, Vol. XXXIX-1 y publicado aquí con autorización de la revista.

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