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SUPERAR LA PEREZA MAÑANERA

No hay duda: el desayuno es básico, la primera comida de la jornada y la que nunca debemos saltarnos. En Estados Unidos el breakfast es sagrado. Aunque en otros lugares sea normal tomar un desayuno pequeño y rápido, allí nada es «pequeño» cuando se trata de desayunar. Engullimos French toasts (aunque no sean nada French), tortitas, cereales, porridge (gachas), muffins, tortillas, beicon, gofres, embutido, galettes de patata… ¡Sí, todo eso por la mañana!

LA COMIDA MÁS IMPORTANTE

Suele decirse que el desayuno es la comida más importante del día. Y es verdad, pero «más importante» no quiere decir «más pesada». Al contrario, por las mañanas hay que despertar al sistema digestivo con suavidad tras su noche de sueño y no lanzarle de golpe un ataque agresivo. No hay que cogerlo por sorpresa, porque si no estará enfadado el resto de la jornada y nadie quiere que eso suceda. Así que se le despierta con delicadeza y se le alimenta bien, porque somos personas muy ocupadas, con montones de cosas que hacer durante el día, y necesitamos mucha energía. ¿O no es verdad?

Así que let’s go. Como suele decirse: ¡el desayuno está servido!

¿LAS MAÑANAS NO SON VUESTRO FUERTE?

«A quien madruga, Dios le ayuda». Pues es cierto. Levantarse temprano nos permite tener tiempo para nosotras —para comer bien, meditar, practicar algunas posturas de yoga— y así empezar el nuevo día con buen pie. ¡Todo es posible por la mañana! Nunca se sabe lo que nos deparará la jornada, pero siempre podemos asegurarnos de comenzarla bien.

A mí me encantan las mañanas, y estoy muy activa durante esa parte del día, ¡quizá hasta demasiado! De hecho, me levanto al amanecer. Ya os estoy viendo, con cara de vinagre y diciendo: «Esta chica está loca si piensa que a mí me van a gustar las mañanas». Sí, ya sé que en esta vida están los que les gustan las mañanas y los que no quieren salir de la cama… Y me parece que muchas de vosotras sois de esta segunda categoría. Pero si os levantáis tan solo 15 minutos antes, con el tiempo necesario para beber un smoothie vegetal o tomar tranquilamente un desayuno sano (un desayuno de verdad, no tragarse un café a toda prisa, de pie y concentradas en el contenido de vuestro ropero), enseguida notaréis la diferencia.

De acuerdo, si verdaderamente no os van las mañanas, siempre podéis preparar el desayuno el día anterior. Meted en la nevera un smoothie vegetal, un pudin de chía o copos de avena con leche vegetal y ya lo tenéis: ¡listo para cuando os levantéis! Así al menos vuestro cuerpo tendrá el combustible necesario para afrontar lo que venga.

MENÚ PARA UN DESAYUNO GREEN

A lo largo de este libro podréis encontrar otras alternativas para el desayuno, lo que os permitirá introducir variaciones de acuerdo con cada época, pero este es el programa básico que yo os aconsejo, junto con las recetas que lo componen.

Entre semana: versión speed

1. Me bebo un zumo de limón y especias, o un simple zumo de limón en un tazón de agua caliente, nada más levantarme.

2. Me ducho, me visto, me arreglo, me ocupo de los niños… En resumen, le dejo 15 minutos al cuerpo para que asimile la bebida depurativa.

3. Me bebo un gran vaso de un smoothie vegetal (que habré preparado la víspera si de verdad tengo mucha prisa), espolvoreado con algún tipo de granola, al gusto, o con polen de abejas.

El fin de semana: versión zen

1. Me bebo un zumo de limón y especias al levantarme.

2. Me relajo durante media hora.

3. Me bebo un zumo de aloe vera.

4. Me tomo un gran vaso de zumo vegetal.

5. Dejo pasar de 15 a 30 minutos.

6. Me tomo una mousse de polen de abejas, o granola con leche vegetal, o una crema de chía.

LOS SUPERFOODS

¡Nuestros aliados matinales!

Seguramente, los superfoods (superalimentos) componen la alimentación básica de Superman: son súper en beneficios para la salud pero también en sabor, son supernutritivos, superproteicos, supervitaminados y nos proporcionan la confianza y la energía necesarios para sentirnos superhéroes en nuestro día a día. Yo no aconsejaría lo de llevar capa, pero si os apetece, ¿por qué no?

Los superfoods son a la vez alimentos y medicamentos. Poseen gran riqueza y concentración de nutrientes, lo que hace que ya podamos disfrutar de sus beneficios incluso tomándolos en pequeñas cantidades. Como pasa con Superman, los superfoods nos proporcionan:

— Superfuerza, gracias a alimentos ricos en proteínas, como la espirulina o la clorela.

— Supervelocidad, debido a la energía natural que aportan la maca o el cacao.

— Invulnerabilidad a toda prueba, por los beneficios que tienen para el sistema inmunitario alimentos como el açai, el aloe vera o la acerola.

— Superenergía, con las bayas de goji, la maca o el cacao.

— Y hasta una supervista (puede que no sea visión láser, pero nunca se sabe, todo llega en esta vida), gracias al alquequenje, que fortifica el nervio óptico.

Y todavía no se ha descubierto de qué forma podrían hacernos volar, pero os prometo que yo voy a estar muy atenta.

Los superfoods nutren todos los órganos del cuerpo, y consumidos durante un tiempo prolongado ayudan a reforzar el sistema inmunitario y a corregir los desequilibrios internos. Y una precisión: desde luego, los superalimentos son alimentos. No estamos hablando de píldoras, medicamentos o complementos nutricionales. Brotan de la tierra o crecen en los árboles, son hijos de la madre naturaleza… ¡y están buenísimos!

Así que cada mañana los superfoods tienen que ser algo automático: espolvoread alguno en el desayuno o la bebida matinal, o preparaos un cuenco en el que tengan mayor protagonismo. ¡Empezaréis la jornada como si fuerais Clark Kent poniéndose su traje de Superman!

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