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EL DÚO
AUTOESTIMA-AUTENTICIDAD

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Lo primero que debemos saber sobre la autenticidad es que es una virtud que va siempre acompañada de la autoestima. Ya que la autenticidad se construye a partir de todas las características que te distinguen de otras personas, pero solo cuando te conoces y te amas tal cual eres puedes ser auténtico. Como ves, autoestima y autenticidad van de la mano.

Pero entonces, ¿qué es la autoestima? La autoestima es la percepción que tenemos acerca de nosotros mismos. Es de vital importancia para nuestro desarrollo personal y para la forma en que nos relacionamos con otros individuos de nuestra sociedad. Es importante porque la calidad de nuestra autoestima definirá en buena medida la calidad de nuestras relaciones personales.

¿Recuerdas alguna reunión en la que te sintieras inseguro o con baja autoestima? Apuesto a que difícilmente podías fluir siendo tú. Es probable que no te sintieras bien en ese momento contigo y, por lo tanto, ese malestar no te permitía creer en ti. Una situación de esta índole crea incongruencia con nuestra autenticidad, porque empezamos a dudar de nosotros mismos y buscamos respaldarnos con lo que está aprobado a nuestro alrededor.

Sin embargo, cuando logramos transformar esa inseguridad en aceptación y nos valoramos y apreciamos a nosotros mismos, también podemos comunicarlo de forma inteligente a las demás personas. El dúo autoestima-autenticidad nos permite disfrutarnos y vivir en paz con quienes somos y, en consecuencia, llevamos a otros a disfrutar de nuestra compañía. No importa que no seamos perfectos, porque nadie lo es. Vivimos mejor la vida cuando somos nosotros mismos, sin necesidad de solo aparentar algo que realmente no somos.

Una de las particularidades de la autoestima es que es sensible a las emociones y a lo que sentimos. Cuando acepto incondicionalmente lo que siento estoy cuidando de mí, estoy afirmándome, me estoy diferenciando, soy yo. Virginia Satir fue una terapeuta familiar con enfoque sistémico que puso de moda el término autoestima. Ella solía hacer dos preguntas a las personas con quienes trabajaba.

La primera era: “¿Cómo te sientes?”, pregunta que tenía por objetivo que el paciente contactara e identificara sus emociones o, por lo menos, que empezara a hacerlo. La segunda pregunta era: “¿Cómo te sientes sintiéndote así?”. La respuesta se asocia por completo con la autoestima.

Estas dos preguntas esenciales las uso en terapia constantemente, porque con ellas podemos crear el vestíbulo para una toma de conciencia de nuestra autoestima y nuestra autenticidad de forma más transparente.

Por el enfoque en terapia Gestalt en el que me he especializado, en mi trabajo suelo aplicar lo que Fritz Perls, creador de esta escuela psicoterapéutica, llamaba la Terapia de la Autenticidad. Lo que busca este tipo de terapia es conectarnos con nuestras emociones desde la comprensión, para que podamos aceptarlas y, de esa forma, fomentar una relación más íntima con nosotros mismos.

Así que ¿por qué no empezar a recuperar nuestra intimidad genuina? A continuación, veremos cómo hacerlo.

Detente, ¿cómo va tu vida?

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