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LOS SUPERPODERES DEL
REDESCUBRIMIENTO

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Una de las principales reacciones que el ejercicio anterior puede generar es que comiences a sentirte cómodo con tu soledad. Casi siempre nuestra atención se enfoca en lo exterior. Por eso, cuando pasamos mucho tiempo solos podemos llegar a sentirnos tristes o frustrados y es normal que nuestro primer impulso sea evadir esa situación enseguida y buscar la compañía de quien sea. Sin embargo, pregúntate: ¿pasas tiempo de calidad contigo mismo? ¿Qué pasaría si te das la oportunidad de tener una cita contigo para consentirte y quererte?

Siempre que hablo de este tema, recuerdo a tantas personas que me han hablado de cómo se les dificulta realizar actividades sin compañía. Por ejemplo, me acuerdo de un paciente que un día me dijo con mucha angustia, como si estuviera a punto de vivir otra vez esa catástrofe que se repite todo el tiempo: “Odio que sea viernes. No me gusta que lleguen los fines de semana porque nunca tengo con quién salir y me da pena ir solo a comer o al cine”.

Cuando hablo de liberarnos de prejuicios y expectativas sociales, me refiero a los miedos que se generan con las etiquetas que le ponemos a cada situación y que nos enseñan que, por ejemplo, debemos estar acompañados siempre que salimos a algún lugar público. Porque, por alguna razón, ir solos está mal visto.

Recuerdo que ese día le contesté a mi paciente: “¿Y qué pasaría si cambias tus palabras? ¿Y si en lugar de decir que no tienes a nadie con quien salir, dijeras que este fin de semana la pasarás contigo y, si alguien se incluye o no, igual será maravilloso?”. Poco a poco vi cómo sus hombros y su semblante se relajaban. Respiró profundo y, con una sonrisa, me dijo: “Me encanta esa idea”.

Imagínate qué tan mágicas son las palabras que tienen el poder de modificar nuestros pensamientos y emociones. Por eso es muy importante que en cada oportunidad que tengamos de estar a solas con nuestros pensamientos, nos dirijamos a nosotros con todo el cariño posible. De esa forma podremos también crear la atmósfera adecuada para que nuestro silencio no nos incomode y, al contrario, lo disfrutemos. En todo momento que trabajes con tu yo interior piensa que estás creando un espacio para ti mismo.

Así, una situación que podemos creer caótica e insufrible, como pasar los fines de semana o fechas especiales solos, sin personas queridas a nuestro alrededor, podemos transformarla en una experiencia que alimente nuestro interior y nos ayude a descubrir más de nosotros.

Por ejemplo, recuerdo la vez en que iba a pasar uno de mis cumpleaños sola: sin pareja, sin mi familia, en una nueva ciudad y, como cereza del pastel, en lunes. En un inicio pensé que sería el cumpleaños más triste, pero no lo fue desde el momento en que decidí cambiar mi pensamiento. Pensé: “Si yo fuera mi pareja, ¿qué cosas especiales haría para que Erika pasara un cumpleaños maravilloso?”. En ese momento empecé a organizarme un autorregalo: un viaje al que, más tarde, se unió una amiga. Y, el fin de semana previo, hice una cena a la que terminaron asistiendo muchos amigos. En ese cumpleaños, que al inicio no pintaba tan bien, terminé festejando como nunca y todo cambió cuando decidí no pasarla sola, sino conmigo misma.

Estar con nosotros mismos también nos ayuda a identificar nuestros logros, metas próximas y virtudes. En ese cumpleaños, por ejemplo, aprendí que puedo hacer cosas especiales para mí sin esperar que los demás tengan la iniciativa. Por lo tanto, disfrutarnos nos permitirá también descubrir más de lo que nos gusta y de lo que no nos parece. Además, nos ayudará a replantearnos si queremos seguir con ciertas situaciones en nuestra vida o si es mejor tomar otros caminos. En definitiva, nos ayudará a identificar las herramientas que tenemos para sacar nuestra mejor versión y aceptarnos como somos realmente. Eso incluye las cosas que no nos gustan, porque también nos conforman como la persona única que somos hoy.

Otra acción muy poderosa es agradecer. Porque cuando agradecemos, nuestra cabeza bloquea los pensamientos negativos y se enfoca en resaltar los positivos. Su poder nos permite transitar hacia un proceso de aceptación de nuestra persona y nuestra vida.

En lo personal, el poder de agradecer lo uso como ejercicio en mi día a día: al levantarme o antes de dormir, agradezco por todo lo que me rodea y también me agradezco a mí. Es en ese momento cuando puedo abrirme hacia una autorreflexión constructiva. Porque al agradecer le doy un giro a mis pensamientos y a la perspectiva de mi día. Es una forma muy útil de no caer en la autorrumiación, donde la crítica es muy dura y solo genera negatividad.

Puedes agradecer todos los días por infinidad de cosas: por estar vivo, por tu cuerpo, por los seres queridos que te rodean. Seguro encuentras muchas buenas razones para decir gracias.

Intenta usar estos poderes tantas veces como puedas. Entre más los practiques, verás que poco a poco empezarás a redescubrirte internamente, identificarás cada parte que te conforma y comenzarás a aceptarte con lo que tienes y puedes lograr en este momento, en tu aquí y ahora. De esa forma comenzarás a descubrir tu autenticidad.

Me gusta mucho una frase del reconocido creador de la Psicomagia, Alejandro Jodorowsky: “La frustración es provocada por una sociedad que nos pide ser lo que no somos y nos culpa de ser lo que somos”. Yo te invito a conocerte y disfrutar hoy lo que realmente eres. Permítete ser esa persona tan única que puede reinventarse constantemente y descubrir algo diferente y maravilloso de sí misma todos los días, sin presionarte por los prejuicios impuestos socialmente.

Detente, ¿cómo va tu vida?

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