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ACTIVO PASIVO O PAQUI

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Una de esas noches inolvidables. Con mi amigo Ricardo Aníbal Núñez decidimos juntar unos pesos para ir a buscar trabajo a Buenos Aires capital federal acá en Argentina. Nos quedamos en el departamento en un primer piso de Diego B, que sin ningún drama nos dio asilo por un tiempo. Por la mañana uno de los dos bajaba a comprar el diario, mientras desayunábamos, buscamos los clasificados donde salían las ofertas de empleo, los marcabamos y salíamos en busca del lugar. Los primeros días andábamos los dos juntos hasta que le tomamos la mano a los colectivos, subtes y trenes, para caminar la gran capital. Terminamos metiéndonos en cada lugar de mala muerte, era un peligro, pero nuestra inconsciencia hacía que todo fuese risueño y más fácil, los viernes a la tarde nos volvíamos a Lima para estar con nuestras familias y amigos, los domingos a la tarde regresábamos a capital, para estar el lunes temprano en la búsqueda de trabajo. En el departamento solo había dos camas, una usaba el dueño, así que la otra la usábamos una noche cada uno y el otro dormía en el suelo en una cama improvisada. En esos tiempos estaba en buenos aires una amiga Mariana Paredes, ella era modelo y trabajaba en capital, un día la fui a visitar un rato y mientras tomamos unos mates me dice; porque no te venís una noche de estas y vamos a bailar así conoces la noche de esta jungla, me parece buena idea le contesté, así que quedé con ella para salir un jueves, llegado el día temprano la llamé y le confirmé que iba con mi amigo. Ese día dormimos siesta para estar con todas las pilas, cenamos algo y nos fuimos a la casa de Mariana, luego en taxi hasta el boliche y después que Mariana arregló para que podamos entrar se me acerca y me dice; -grillo acá el tema es así, si te preguntan si eres activo, pasivo o Paqui vos le contestas que eres Paqui. -¿ok? -¿Por qué? -le pregunté. -vos decís así después te explico bien. Pagamos la entrada y entramos, a todo esto, era un boliche más para nosotros, le comento a Richard lo que dijo mariana y nos fuimos a la barra por un trago, Mariana nos hacía seña que vayamos a la pista a bailar, nos sacamos las camperas y las dejamos en el guardarropa, las amigas de mi amiga eran todas modelos, nosotros bailamos, nos divertimos, en eso Mariana se acerca bailando y me dice; -¿te diste cuenta dónde estás? -en un boliche -le dije. -¿sí, pero en qué boliche? mira bien, exclamó mariana. Para mi asombro comencé a ver a dos mujeres besándose, miro para otro lado y veo a hombres con polleras, la miré y le dije, -tarada ¿dónde me trajiste. riéndose, me toma de la mano y me dice; -vení que te voy a mostrar algo. subiendo unas escaleras, había un gran reservado, de un lado y del otro, parejas y tríos de hombres y mujeres desnudos otros teniendo sexo, otros bailando al lado, muy poca luz. A mitad de camino por ese famoso túnel, siento una mano en mi trasero, aceleré el paso y le dije a mi amiga mariana;-sácame de acá que me tocaron, ella se reía mucho, y nos fuimos a la barra mientras tomábamos algo me contó lo que era activo, pasivo y Paqui, mi amigo y yo estábamos dentro de los denominados Paqui que es una forma peyorativa de clasificar a los heterosexuales, la palabra viene de paquidermo y la inventó el colectivo de lesbianas de los años 60 porque según ellas los heterosexuales eran torpes y aburridos en la cama. La orientación sexual es normal sea cual sea el género, al menos para mí. Si desde chicos nos educaran sobre la diversidad sexual sería distinta la mirada. El problema viene de la homofobia de los adultos del siglo pasado. Así fue que ella se fue por ahí, y yo a buscarlo a Richard mi amigo que estaba parado mirando para todos lados, y le conté lo que vi y lo que me había contado Mariana del lugar donde estábamos y lo que debíamos decir. Hicimos un paso para atrás y los recostamos contra una pared como quien cuida su espalda por no decir otra cosa, ya estábamos ahí, no quedaba otra, para nosotros era algo nuevo, no salíamos del asombro, pasaban los chicos de polleras bailando en puntas de pies. Su Diosa Madonna era lo que más sonaba en la pista. En un momento dado se ubica un chico al lado de mi amigo, el chico vestía pantalón de cuero rojo ajustado, campera también de cuero, pero negro, bien arreglado y después de mirarlo un rato, haciéndose el disimulado, se le acercó para pedirle fuego y encender un cigarrillo, en ese tiempo se podía fumar en lugares cerrados, le tomó la mano mientras usó el encendedor y se quedó bien cerquita. Me quedé expectante a lo que estaba por suceder, en eso veo que el chico le habla al oído a mi amigo Richard, el cual hace un paso para atrás y le dice; -¿qué activo pasivo o Paqui? -mandate a mudar de acá que yo soy correntino, argentino y bien macho. -y le hizo un ademán como quien manda al carajo a alguien. Lo que nos reímos esa noche y cada vez que la recordamos, año 1994 imagínate un correntino y un limeño, en medio de semejante boliche, por primera vez en un lugar así, el boliche se llamaba Búnker, hoy América, lo que era para esa época ese mundo, no tan conocido para muchos, más aún para dos pueblerinos como mi amigo y yo, cada vez que recordamos esta anécdota nos reímos como si fuera hoy. Anécdotas de mi vida personal podría contar miles, buenas y malas, de esas que decís volví a nacer después de que un amigo agarre la ruta nueve en contramano con su auto y yo de acompañante y que los camiones, colectivos y autos te pongan la luz alta y te esquiven. O cruzar un paso a nivel y ver el tren venir a diez metros. O también quedar pegado a un cable con electricidad. Para relatar todo esto debería entrar en detalles y no está bueno, lo importante es que gracias a Dios estoy acá, y algo les puedo contar.

Alma, corazón y fuego

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