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DICCIONARIO ROSETTIANO

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Humanoide: Dícese de la persona que vive según las normas y preceptos del CdR. A pesar de que ello suponga abjurar de sus principios (suele tener varios en función de con quién se relaciona y/o la ocasión = relativismo moral); traicionar su integridad, sentirse emocionalmente fatal. Asimismo, acusa a los demás de ser los causantes de sus males, y fluctúa entre el victimismo, el acusismo, y el «prepotentismo» (algunos incluso hacen mobbing o como poco tocan las pelotis). ¿Tienen remedio? ¡Claro que sí! Si una persona quiere asumir las riendas de su vida, podrá aprender a librarse de sus «virus» redileros, limpiarse las alas de alquitrán y aprender a volar. A muchos humanoides les pasa que han confundido «habitual con normal», esto es, de tanto dar se algo se ha normalizado. Por ejemplo: te puedes comer una magdalena hoy, y no pasa nada. pero si te comes una cada día al cabo del año son 365 magdalenas: ¡no te extrañe si tienes unos cuantos kilos de más! Hazte consciente, y no comas tantas magdalenas, o mueve más el culo. Ergo, si una persona quiere, puede aprender a ser lo mejor que le ha pasado y largarse del CdR para nunca más regresar. «Humanoide» se refiere al nivel de conductas, no a la esencia del ser; a menos eso quiero creer yo, porque puede que haya almas que de tanto vivir como humanoides vida tras vida, habrán acabado por creer que lo son... Si bien ello no es excusa para aprender a ser humano.

Para saber más de las variedades Humanoides, ver Pídeme la luna (Planeta, 2007), donde se describen a Torquematis, Miseratis, Desvaloratis, Manipulatis y Tocapelotis, variedades de comportamiento adoptadas por los diferentes humanoides cuando deciden tocar las pelotis ajenas y, a veces, incluso las propias.

Humano: Algunos antes fueron Humanoides, adoradores del CdR. Otros ya vinieron así, o sea, almas evolucionadas. Se diferencian de los Humanoides porque no se sienten víctimas sino responsables de su destino. No le bailan el agua al CdR, ergo no son políticamente correctos, sino todo lo contrario. Viven sus vidas como les place, o como poco lo intentan. Son genuinos, dicen lo que piensan, son fieles a sus principios. No imponen, pero sí defienden sus creencias y opiniones. No siguen a ningún gurú de turno, no son aduladores ni falsarios. Admiración y servilismo no son sinónimos. Los Humanos tienen ideas propias, se atreven y les gusta. No permiten que nadie les diga lo que deben ser, pensar o tener: son «fuera de la ley del CdR». No se les puede comprar. Se esfuerzan por ser ellos, vivir su vida como les place, procuran vivir sin hacer daño a nadie, y se apuntan a quedar bien con ellos mismos aunque eso suponga que les critiquen. No engañan, ni hacen la pelota. Les gusta amar a la gente por quiénes son y les gusta que les amen así. Se saben seres espirituales viviendo una experiencia humana.

Ponte las alas cuando la vida te dé calabazas

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