Читать книгу Honorables - Rossana Dresdner Cid - Страница 13

1. Personas de confianza Javiera Koch

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–Gracias por recibirme, Ramiro, sé que estás muy ocupado con la preparación del presupuesto, así es que me imagino que no te sobra el tiempo…

–No se preocupe Directora. Estamos aquí para servirle… Dígame, ¿en qué la puedo ayudar?

Ramiro Sotomayor, Director subrogante de Finanzas, me había enviado diez días antes un memorándum: «PROCESO PRESUPUESTARIO 2015: «Con el fin de dar cumplimiento al proceso presupuestario para el año 2016, agradeceré a Ud. se sirva hacer llegar a esta Dirección de Finanzas, antes del 31 de mayo del 2015, la estimación de gastos del área que dirige y que deberá financiar el Presupuesto que se formula para el próximo período presupuestario. Dios Guarde a US.».

O sea, tenía un mes para revisar las finanzas de toda la Dirección de Comunicaciones, concordar un plan de trabajo y hacer una proyección de gastos para el próximo año. Le pedí a los encargados de cada área que me entregaran sus balances de costos, gastos e inversiones y pasé días y noches revisando números y tablas. Para mi sorpresa, no me cuadraban. Me llamó la atención la disparidad de los presupuestos. De los cerca de mil millones de pesos aprobados para Comunicaciones, más del 80 por ciento estaba destinado al canal de televisión. Y, más extraño aún, a diferencia de las otras áreas, no existía por parte de la estación una contabilidad detallada, sino solo gastos generales. Abundaban ítems como «Contratos de producción externa», «Compras y arriendos varios», «Equipamiento menor», «Costos menores de Producción», etc. No decían nada y, sin embargo, podían llegar a sumar más de 100 millones de pesos. Pedí el detalle de esos gastos al Canal, pero su Director, Ricardo Fuenzalida, se negó a entregármelos. Al principio estuve luchando sola contra glosas, acápites, plantillas, anexos y terminología desconocida, porque nadie fue destinado a apoyarme. Hasta que Joana me contactó con un funcionario de la Dirección de Finanzas, Esteban, contador y amigo suyo, quien se ofreció a socorrerme, «pero de manera anónima». Lo que significaba que mientras no supiera si su apoyo implicaba ventajas o problemas, prefería mantenerlo en reserva. Nada personal.

Esteban fue un gran colaborador y coincidió conmigo, aunque no explícitamente, en que la mayoría de los gastos de Comunicaciones no tenía respaldo y que había procedimientos de chequeo contable mínimos que no se estaban llevando a cabo. Por eso decidí solicitar información directamente Director de Finanzas, Ramiro Sotomayor.

Ramiro me miraba sonriendo. No tenía más de 40 años. Era moreno, bajo, no muy bien parecido, pero se notaba que dedicaba tiempo y dinero a mejorar esa falencia. Usaba el pelo engominado y, como muchos, vestía un terno caro, en esa ocasión de color gris perla, con camisa blanca y corbata de seda, azul. Un funcionario exitoso y ambicioso. O eso proyectaba. Hace más de un año que subrogaba a su anterior jefe, que había jubilado.

–Una de las cosas negativas de la Cámara, Directora, es que todos se ponen mañosos y delicados y a veces solo complican la pega de uno, siendo que podrían hacerla más fácil –dijo ante mi exposición–. ¿Y qué información necesita del Canal?

–Bueno… toda. Porque no sé cómo estructuran su presupuesto, cuánto gastan, por ejemplo, en compra o mantención de equipos; cuánto en producción de programas, en contratación de personal; cuáles funcionarios son permanentes y cuáles subcontratados, si tienen otros servicios o asesorías externas… En fin, todo.

Ramiro dejó de sonreír.

–Pero, ¿es necesario ese nivel de detalle, Directora?

–¿Te parece muy detallado? A mí me parecen más bien las áreas gruesas de gasto. E imagino que hay ítems separados dentro de cada una. Si voy a presentar un presupuesto tengo que saber en qué se gasta el dinero.

–Mmm… es que la verdad no sé si lo tenemos tan especificado.

–No entiendo. El Canal recibió un presupuesto de más de 800 millones de pesos este año, similar a lo que obtiene desde hace varios años. Son montos importantes y supongo que se sabe cómo se gastan.

–¿Está segura de que ése es el monto? ¿De dónde sacó esa información?

–Es la información que estaba en la carpeta que me entregó el Prosecretario cuando llegué...

–Ah. El Prosecretario… Pero yo tendría que revisar esas cifras…no tengo claro que ése sea el presupuesto… el Prosecretario no necesariamente tiene la información actualizada de finanzas.

–¿No? ¿Y de dónde habrá sacado esa información? No creo que la haya inventado.

–No, no se trata de eso, Directora. Lo que pasa es que, como usted es nueva, hay muchas cosas que desconoce. Créame, hacerse cargo de las finanzas de esta Corporación es un puzzle. Porque los diputados tienen requerimientos permanentes y disímiles. Quieren que les solucionen una cosa, luego otra… y uno tiene que ver cómo les da en el gusto porque, de lo contrario, son capaces de dejar la grande. Ya sabe, son temperamentales. Entonces el Secretario me ha encargado estar pendiente y resolver siempre sus problemas. Lo peor que nos puede pasar es que un diputado nos presente un requerimiento del que nosotros no nos hagamos cargo.

–Pero, ¿y si ese requerimiento está fuera de lo que ustedes pueden solucionar?

–Eso es lo que digo: hay que solucionarlo todo. Porque además está tan poco tipificado qué corresponde y qué no, que hemos optado por hacernos cargo de todas sus solicitudes. Esas son las instrucciones del Secretario. Así es que, aunque quisiéramos, no siempre se puede funcionar de acuerdo al presupuesto original, y preferimos poner ítems generales de gastos para no amarrarnos.

–¿Eso quiere decir que los fondos se gastan en cosas distintas a las que se señalan, para responder a los requerimientos de los diputados? ¿Es eso lo que ocurre en el Canal?

Me miró unos segundos.

–No dije eso –respondió serio–. Solo le estaba tratando de explicar un poco cómo funcionan las cosas acá y aclararle que ponerse purista no siempre sirve.

La amabilidad había desaparecido. Pero insistí.

–Estimado Ramiro: llegué a la Cámara para reordenar las comunicaciones institucionales. Así, en el presupuesto 2016, que debo presentar en dos semanas, estoy obligada a reasignar recursos en función de esos cambios. Y para eso necesariamente debo entender en qué se gasta actualmente el presupuesto de mi área, en detalle.

Me observó en silencio.

–¿Están aprobados esos cambios en Comunicaciones? Porque no he escuchado nada al respecto –dijo.

Mi solicitud de información no era bienvenida; ni por parte del Director del Canal ni del Director de Finanzas. Había escuchado acerca de la carrera funcionaria de Ramiro. Se decía que se basaba en su cercanía con el Secretario y no en capacidades profesionales. Eso generaba críticas, porque en la Cámara la estratificación del poder institucional se ceñía a normas establecidas. Supuestamente. En nuestra primera conversación, el prosecretario Alfonso Pesutic se explayó sobre el punto y me entregó el «Reglamento de la Cámara de Diputados de Chile», un libro azul de 360 páginas con la normativa, reglas, procedimientos y deberes que rigen el funcionamiento institucional. También me dio el «Estatuto del Personal de la Cámara de Diputados», de 40 páginas, donde se explicitaban las normas que definían la relación de la Corporación con sus funcionarios. Hojas y hojas que explicaban los tipos de empleados, los cargos de confianza, los requisitos de ascenso, la carrera funcionaria, los escalafones, los concursos, las calificaciones, etc.

Pero al parecer, las cosas funcionaban de otra forma en la vida real. Se decía que había una decena de casos similares al de Ramiro, donde el Secretario había ubicado a personas de su confianza en los cargos de jefatura vacantes, saltándose los procedimientos reglamentarios.

–Los cambios en Comunicaciones están aprobados por el Presidente –mentí–. Solo falta el visto bueno de la Comisión de Comunicaciones, que se reúne dentro de dos semanas, entre otras cosas para ver el presupuesto 2016. Así es que sería de gran utilidad contar con toda la información antes de ese entonces.

–No se preocupe Directora, le haré llegar todo lo que tengo –respondió serio.

Una semana después recibí una carpeta con información financiera del Canal casi idéntica a la que ya tenía, con listas generales de insumos, servicios, asesorías, que podrían estar contenidos en los gastos. Pero nada sobre los desembolsos efectivamente ejecutados.

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