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Capítulo VIII

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La felicidad, a veces llamada dicha, es buscada por todo el mundo y, sin embargo, una gran cantidad de los que la buscan con empeño siguen pasando de largo frente a la llave de esa felicidad.

El autocontrol y la autocorrección son simplemente la llave de la dicha perfecta así como el poder inherente que la mantiene invariable. Sin embargo, una vez que se aprende la verdad de que uno mismo es la Presencia Yo Soy y la inteligencia que controla y ordena todas las cosas lograr esto es muy sencillo.

Rodeando a cada persona existe todo un mundo de pensamientos creados por él mismo. La Presencia Divina, la semilla del Yo Soy —que es la única Presencia que actúa en el universo y la cual dirige toda energía—, se encuentra dentro de este mundo mental. Por medio de la actividad consciente del individuo esta energía se puede incrementar más allá de todos los límites.

La Presencia Divina Interior puede ser comparada con la semilla de un durazno. El mundo mental o de pensamientos que la rodea se asemeja a la pulpa. La pulpa no sólo simboliza el mundo mental creado por el individuo, sino la sustancia electrónica universal esperando ser impulsada por la determinación consciente del individuo, para ser precipitada a su uso perceptible en la forma que a él le convenga o desee.

Por medio del autocontrol se nos presenta el camino seguro hacia la comprensión y uso de este poder consciente. ¿Qué quiero indicar con la palabra «autocontrol»?:

1) Aceptar que la inteligencia Yo Soy es la única Presencia activa,

2) entendiendo esto, también sabemos que no hay límites ni restricciones para el uso de este poder, y

3) que los seres humanos al haber recibido libre albedrío, libre selección y libre actuación, lo que crean en su mundo mental es todo aquello en lo que fijan su atención.

Por fin ha llegado el momento cuando todos deben saber que el pensamiento y el sentimiento constituyen el poder creador más grandioso en la vida y el universo. Sólo hay una manera de usar el poder pleno del pensamiento-sentimiento, que llamamos Dios en acción, y es manejando el autocontrol y la auto-corrección, con ellos se puede adquirir rápidamente el entendimiento para emplear y dirigir este poder del pensamiento sin limitación alguna. Cualquier persona puede mantener su pensamiento firme en cualquier deseo, del mismo modo que una llama de acetileno se mantiene quieta sobre una soldadura, una vez que ha alcanzado el suficiente auto-control. Asimismo sabiendo que la Presencia Yo Soy es la que está pensando, o sea que es Dios en acción, en el momento en que se deja fija la conciencia en cualquier deseo se advertirá que se puede traer a la visibilidad, o precipitar, lo que se necesite, quiera o desee. No se trata de no poder pensar en alguna otra cosa; si ese fuera el caso, ¿cómo se podrían llevar a cabo las innumerables obligaciones que llenan nuestros días? Por eso es siempre que se tenga que recordar el punto en cuestión se sabe que es Dios, o la Presencia Yo Soy, invariablemente quien, con todo su poder, está actuando para precipitarnos el deseo.

Escucha atentamente, se ha probado de innumerables formas que la felicidad no es producto del efecto que produce una cosa. El individuo se hace maestro, o dueño de su mundo, gracias, únicamente, a la comprensión de la causa que origina las cosas.

El autocontrol se practica pensando y declarando de inmediato ante cualquier discordia que se presente: «No señor. Mi Yo Soy es perfecto y esto no puede ser cierto. Anulo, pues, aquello que esté hecho por mi conciencia exterior y sólo reconozco la perfección manifestada». ¿Entonces qué sucede? Puesto que has abierto la puerta a Dios, Yo Soy, él corrige todo lo externo.

Saint Germain dice: «Querido estudiante si consiguieras vislumbrar el magnificente brillo que se presenta en ti en el momento que sostienes de este modo tu autocontrol frente la actividad exterior, aumentarías todos tus esfuerzos para alcanzar el autocontrol y maestría sobre toda manifestación externa. De este modo se le permite a la magna Presencia Yo Soy liberar su enorme poder en nuestra conciencia y uso exterior».

En este momento vamos a eliminar de la mente de los estimados discípulos la noción de espacio, tiempo y distancia. En la naturalidad y seguridad del autocontrol se encuentra la llave que abre la puerta a todas las esferas superiores o planos superiores. La gran verdad que dice: «Donde está tu conciencia estás tú», y que el Yo Soy está en todas partes es lo que todo estudiante debe recordar.

La idea de que hay espacio, tiempo y distancia únicamente es una invención del hombre. Cruzar a través del finísimo manto que separa a la conciencia de su pleno poder y actividad interior, es solamente una cuestión de estado de conciencia, es decir, de pensamiento-sentimiento. Las personas que están luchando por alcanzar la Luz habitan continuamente en las esferas superiores. La perfección de estas esferas excede toda imaginación. En el momento que entres en ellas, consciente y libremente, descubrirás que todas las cosas que ahí existen son tangibles como cualquier edificio de aquí.

Alcanzar esta maestría les será más fácil con la afirmación «Yo Soy el poder de mi autocontrol total, sostenido para siempre». Los estudiantes deben estar conscientes de que en el momento en que reconozcan la intervención de la Presencia Yo Soy, no es posible que sea obstruida o interrumpida de alguna forma. El conocimiento de la eternidad se alcanza cuando se sabe que no hay ni tiempo ni espacio.

Para tener acceso, completamente consciente, a una esfera que esté más arriba que el mundo físico únicamente hay que adaptar o transformar la conciencia. ¿De qué manera lograrlo? Entendiendo que ya estás allí conscientemente.

Di frecuentemente: «Ya no puedo ser afectado por dudas y temores gracias a la energía del círculo electrónico que yo he creado a mi alrededor. Yo agarro dichoso el cetro de mi Yo Soy y paso con decisión a cualquiera de las esferas superiores en que yo quisiera entrar, asimismo guardo viva y perfecta memoria de mis actividades allí».

Con este ejercicio estarás, en corto tiempo, disfrutando de la libertad ilimitada y la felicidad perfecta de desenvolverte en cualquier esfera que tú elijas.

Tan accesible y sencillo como ir a tus estanterías a tomar el libro que necesites es estar consciente de las cosas que están mil años adelante. La enorme creencia en el tiempo y espacio, aceptada por la gran mayoría, ha sido el gran obstáculo para la libertad humana.

Aquellas personas que se han desilusionado al darse cuenta que la riqueza y los efectos exteriores de las cosas no pueden traer la felicidad, entienden la maravillosa bendición que dentro de su propio pensamiento creativo —energía e inteligencia— tienen: toda la dicha, perfecta libertad y autoridad.

En el momento que el estudiante entienda que aquello en lo que él fija su atención se le adhiere, es decir que se convierte en parte de él o se transforma en aquello de acuerdo con la atención que le ponga, verá la importancia de mantener su pensamiento lejos de todo lo destructivo en la esfera humana. Por eso el estudiante tiene que aprender a solicitar, antes de poner su atención en las cosas destructivas, a la amada Presencia Yo Soy.

Cuando comentamos y discutimos los defectos de nuestros familiares, amigos y asociados, esos defectos se registran en nuestras conciencias y parecen que aumentan en el otro. Esto se debe a que ponemos nuestra atención en lo destructivo y nos transforma en ello.

El hecho de que existan en el mundo ciertos hijos de Dios que dirigen incorrectamente y contaminan la energía electrónica que les viene de su Presencia Yo Soy —magos negros o brujos—, no es razón suficiente, simplemente porque sabemos de sus acciones, para que permitamos que nuestra atención se fije en eso. Lo que nos concierne es mantener nuestra atención libre para que se concentre en nuestro propio autocontrol manejándolo para que se cloque en lo que nos es útil.

Cuando se vuelven a repasar o a analizar cosas negativas y destructivas, o cuando alguien les ha hecho algún mal y se permiten volver a recordar el incidente, pocos se dan cuenta de que esos hechos se están grabando y reconstruyendo en sus conciencias puras, ensuciándolas y atrayendo el resultado, de esa manera vuelven a ocurrir una y otra vez.

Es tonto permitir que nos afecten y perturben actividades, reales o imaginarias, de la conciencia exterior, esto es algo yo quiero grabar en las mentes de los estudiantes, ya que una vez que sepan «Yo Soy la única Presencia todopoderosa actuando en mi mente, mi cuerpo y mi mundo», ya no los afectará ni perturbará ninguna entidad del mundo exterior. Deben saber que no importa lo que otros traten de hacerles son completamente inmunes a las molestias y perturbaciones de esas mentes.

El individuo se sentirá libre de la ambición de las riquezas y de todo lo que el mundo exterior pueda ofrecerle, cuando se de cuenta de que su propio pensamiento-sentimiento le puede producir todo lo que necesite.

No existe nada como un mundo «sobrenatural» se los aseguro. En el momento que entramos a una esfera superior se hace tan real y verdadera como ésta. Se trata, simplemente, de otro estado de conciencia. Te diré que de aquí a cien años, para contento de tus familiares, existirán cientos de personas que serán capaces de usar los rayos cósmicos para limpiar y conservar sus casas, y cuando ya no sientan la necesidad de seguir las modas implantadas por las ideas mercantiles, tejerán sus propias prendas «de un solo hilo y sin costuras» confeccionadas con los rayos cósmicos.

Varios estudiantes me preguntan a qué se debe que los maestros, con todos sus poderes creadores, optan por vivir en habitaciones modestas. La razón es muy simple. La mayoría de sus actividades las realizan en esferas superiores, mandando magnos rayos de Luz, para bendecir a los seres humanos, desde sus moradas de Luz y sabiduría tan hermosos y trascendentes, como para volverse etéreos frente a aquellos que aún habitan cuerpos físicos. Si los estudiantes consiguieran entender esto se evitarían mucha confusión y tendrían más tiempo para utilizar en la actividad de la gran Presencia Yo Soy.

Esto los conduciría a un estado trascendente, el cual consume el deseo por las riquezas del mundo exterior que no son sino porquerías en comparación al poder creador inherente en toda persona. Este estado puede manifestar el poder trascendente por medio del autocontrol y la maestría. Amado estudiante, hijo del Dios Único, yo te digo: ¿No vale acaso la pena aplicar tu más sincero esfuerzo cuando sabes que no puedes fracasar? Libérate para siempre de todas esas cadenas y restricciones que han torturado a la humanidad a lo largo de las edades, empuña el cetro de tu Magno Poder Creador. Yo te garantizo que todo aquel que se esfuerza en alcanzar el cetro y la maestría obtendrá toda la ayuda que requiera.

Aquel que comprenda totalmente el poder de su habilidad creadora debe saber que es capaz de crear todo lo que desee, no importa cuál sea el rango vibratorio, en la Luz, o en cualquier otra condensación que quiera mantener.

Tú sabes que, de mismo modo en que tienes la habilidad de transportar tu pensamiento de Caracas a Nueva York al mismo tiempo, eres capaz de transformar tu pensamiento desde un estado de Luz a una condensación tan espesa como el hierro. Con esto te darás cuenta que lo que tú haces, a cada instante consciente y voluntariamente, puedes hacerlo con mucho más poder si concentras tu atención conscientemente fijándola en aquello que deseas manifestar.

Lo que origina esa duda que te inquieta es el hecho de que tú aún no hayas precipitado de lo invisible a lo visible. Tu valor y determinación surgirán hasta el día en que logres manifestar una simple precipitación, así, en el futuro, no tendrás problemas en precipitar lo que se te antoje. “La atención” es el conducto por medio del cual la Magna Energía es atraída y fluye a su realización.

A lo largo de las centurias la humanidad ha construido los muros que la limitan. Es el momento de derribarlos y consumirlos a como dé lugar. Al inicio es necesario tener determinación para conseguirlo, sin embargo cuando uno entiende que es el Poder de Yo Soy el que está trabajando se sabe que no se puede fallar. En el exterior únicamente es necesario mantener nuestra atención fija en el objeto que deseamos hacer visible, nos concentramos, y de pronto encontramos el objeto materializado; y quedamos maravillados al comprobar que hemos vivido todo este tiempo sin hacer uso de este poder.

De la sustancia precipitada, o condensación de Luz, se desprende un largo rayo que es controlado por la mente del que lo utiliza. Este resplandor es muy grande si esa conciencia se eleva muy alto.

La «Joya de Luz» todavía está en su trascendente estado de perfección. Esta joya es una sustancia condensada —como el diamante, esmeralda o rubí—, pero, evidentemente, adquirirá la condición de aquel que la lleva. La joya o piedra perderá su brillo si el rango vibratorio de esta persona es bajo, en tanto que si su pensamiento es elevado, esta piedra se volverá muy luminosa.

El estudiante sincero, que está descubriendo la Luz, tiene que calificar todo lo que hay a su alrededor con la calidad de su Presencia Yo Soy, sin importar qué apariencia tenga.

Si por causa del miedo crees que hay una Presencia perturbadora, sólo tú eres el causante, porque si existiera alguna Presencia perturbadora y tú la calificaras con la Presencia Yo Soy, verías que es improbable que ella te pueda trastornar. Dado que no hay sino una sola energía actuando, en el mismo momento en que tú sabes que ella es la Presencia Yo Soy, has modificado aquella actividad con perfección.

La esperanza es una vigorosa conciencia calificadora. La viva esperanza es algo maravilloso, pues siempre precipita o manifiesta. A lo largo de los siglos el hombre ha tejido un manto que le oculta las esferas superiores. Ahora bien, el sentido común y la razón dicen que si él ha creado este manto entonces él puede destruirlo.

Una poderosa emanación ha surgido hacia los estudiantes; esta emanación se mantendrá hasta que ellos reciban el trabajo que hoy se ha pronunciado. Pero algo que se debe profundizar es transmitirles, por medio del pensamiento-sentimiento creativo, la sencillez, facilidad y certeza con que puede ser materializada la idea. Esta acción detendrá la pregunta: «¿lo conseguiré?», y en su lugar se formulará un «yo puedo» y Yo Soy. Ante cualquier afirmación y resolución añadan su deseo de guardar el recuerdo de cada experiencia así como los resultados.

De tiempo en tiempo, si los estudiantes se esfuerzan recibirán una la iluminación que les otorgará toda la confianza necesaria. Manténganse aferrados a una idea y estén seguros de que cualquier conocimiento que necesiten se presentará instantáneamente.

No puede existir una cualidad o apariencia en tu mundo sin que tú mismo se lo permitas, en otras palabras, cuando tú dejas que tu atención se fije en algo externo, en ese momento le estás dando el poder de actuar en tu mundo.

Metafísica 4 en 1

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