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Capítulo II
ОглавлениеCuando Jesús dijo: «Yo Soy la Resurrección y la Vida», emitió una de las más grandes expresiones que se puedan hacer.
Cuando Él dijo Yo Soy, no se refería a la expresión exterior, sino a la Magna, Maestra Presencia del Dios Interior, porque dijo repetidamente: «Yo de mi ser propio no puedo hacer nada. Es el Padre nuestro, el Yo Soy, el que hace las obras».
También dijo Jesús: «Yo Soy el Sendero, la Vida y la Verdad», reconociendo así el único poder: Dios en acción dentro de Él.
También dijo: «Yo Soy la Luz que ilumina a cada hombre que viene al mundo», anunciando cada dicho de importancia vital con las palabras Yo Soy. Una de las formas más poderosas de liberar el poder de Dios: amor, sabiduría, verdad y ponerlo en acción en la experiencia exterior, es esa declaración Yo Soy en todo y en cualquier cosa que se desee.
Ahora vamos a referimos al dicho más poderoso de todos, tal vez uno de los más grandes que haya sido lanzado a la experiencia exterior por medio de la palabra: «Yo Soy la puerta abierta que ningún hombre puede cerrar».
¿Tú no ves cuán vital es esto? Cuando llegues a comprender plenamente esas afirmaciones magnas, te darás cuenta de la grandeza de su alcance.
Cuando tú reconoces y aceptas plenamente el Yo Soy como la magna presencia de Dios en ti, en acción, habrás tomado uno de los mayores pasos hacia la liberación.
Ahora bien, fíjate bien en la afirmación: «Yo Soy la puerta abierta que ningún hombre puede cerrar». Si tú pudieras realizarlo, tienes la llave que te permite atravesar el velo de la carne, llevando contigo toda la conciencia imperfecta que hayas acumulado, la puedes transmutar, o elevarla a esa perfección a la cual has entrado.
No podré jamás ponderar demasiado la importancia de meditar en el Yo Soy todo lo más posible, como siendo la Magna, Activa Presencia de Dios en ti, en tu hogar, en tu mundo y en tus asuntos. Cada respiración es Dios en acción en ti. El poder de expresar tu pensamiento y tu sentimiento es Dios Activo en ti. Como tú tienes libre albedrío, es asunto tuyo calificar la energía que proyectas en pensamiento y sentimiento, determinando cómo quieres que actúen para ti.
Nadie puede preguntar: ¿Y cómo es que yo hago para calificar la energía? Todo el mundo conoce la diferencia entre lo destructivo y lo constructivo en pensamiento, sentimiento y acción.
El estudiante, al recibir esta instrucción, debe constantemente analizar el motivo que lo impele para detectar si hay algún sentimiento de orgullo intelectual, de arrogancia o de testarudez en la mente y cuerpo exterior. Si hay algún deseo solapado de discutir o de probar que la instrucción está errada, en lugar de recibir la Bendición y la Verdad, el individuo ha cerrado inconscientemente la puerta, y por el momento ha anulado su habilidad de recibir el bien ofrecido.
También quiero recordarles a los discípulos, que no obstante sus opiniones personales respecto a lo que debe ser o no la Verdad, yo he comprobado a través de muchas centurias estas instrucciones condensadas que ahora les estamos dando. Si se quiere recibir mayor beneficio posible y obtener la comprensión que da la absoluta liberación, hay que oír con una mente enteramente abierta; con la conciencia de que el Yo Soy, la activa Presencia de Dios en ti, es tu habilidad certera de recibir, aceptar y aplicar sus limitaciones, la instrucción que se te está dando, acompañada por la radiación. Esto permitirá a todos los estudiantes comprender estas sencillas, aunque magnas, aseveraciones de la Verdad, que los bendecirán y los liberarán grandemente.
Hace muchos siglos que se le repite a la humanidad: «No se puede servir a dos amos». ¿Por qué? Porque no existe sino una Inteligencia, una Presencia, un Poder que pueda actuar, y esa Presencia es Dios en ti. Cuando tú te vuelves a la manifestación exterior y crees en el poder de las apariencias, estás sirviendo a un dueño falso y usurpador que sólo encuentra una apariencia porque contiene energía de Dios, la cual está usando mal.
Tu habilidad para levantar la mano y la vida que fluye a través del sistema nervioso de tu cuerpo es Dios en Acción. Amados estudiantes, traten de utilizar esta forma sencilla de recordar a Dios en Acción dentro de ustedes.
Cuando camines por la calle piensa por un momento: Esta es la Inteligencia Divina y el Poder que me hace caminar, y ésta es la Inteligencia que me dice a dónde voy. Verás que ya no es posible que continúes sin comprender que cada movimiento que hagas es Dios en acción. Cada pensamiento en tu mente es Energía Divina que te permite pensar. Ya que sabes que éste es un hecho indiscutible (ya que no tiene discusión posible) ¿por qué no adorar y dar plena confianza, fe y aceptación a esta Magna Presencia de Dios en cada uno, en lugar de mirar la expresión externa que está calificada y coloreada por el concepto humano de las cosas?
Cada forma exterior no es sino una parte de la vida por medio de la cual cada individuo puede lograr saber el origen verdadero de su ser (esto lo aprende a través de su propia experiencia); luego vuelve a la plenitud de perfección de origen apoyado en la autoconciencia que ha adquirido.
La expresión exterior de vida no es sino un constante y cambiante cuadro que la mente exterior ha creado, presumiendo ser el actor verdadero. De modo que la atención está constantemente fija en la apariencia externa que sólo contiene imperfecciones, y lo cual ha hecho que los hijos de Dios hayan olvidado su propia Divinidad, teniendo de nuevo que regresar a ella.
Dios es el Dador, el Recibidor y el Don, y es el único Dueño de toda la Inteligencia, Sustancia, Energía y Opulencia que existen en el Universo. Si los hijos de Dios aprendieran a dar, únicamente por el gozo de dar, sea amor, dinero, servicio o lo que fuera, la expresión externa no podría carecer de una sola cosa. Sería imposible.
Lo desafortunado en la humanidad, que ha causado tanto egoísmo y condenación sin precedentes entre una y otra persona, es la insistencia en la posesión personal de las maravillosas bendiciones de Dios. No hay sino un Amor actuando, una Inteligencia, Poder y Sustancia en cada individuo, y eso es Dios. La alerta que se le puede dar a cada estudiante es contra el deseo de reclamar y apropiarse del poder para sí únicamente.
Si en cada acto de la personalidad se le diera pleno crédito y poder a Dios únicamente, ocurrirían transformaciones increíbles en aquel que así le entrega todo el crédito a quien le pertenece.
Raramente se ha logrado comprender la oferta y la demanda. Positivamente hay abundante y omnipresente oferta, pero la demanda tiene que ser estipulada antes de que la Ley del Universo le permita surgir a la expresión y uso del individuo.
El individuo, ya que tiene libre albedrío, debe hacer la petición o la demanda conscientemente y con plena determinación, y ya verá cómo no puede dejar de expresarse no importa lo que sea, siempre que el individuo mantenga una conciencia resuelta y sin debilidades. La siguiente afirmación sencilla, usada con sincera determinación, le traerá al individuo todo lo que él pueda posiblemente desear: Yo Soy la gran opulencia de Dios hecha visible en mi uso ahora y continuamente.
Elemento limitador que tantos estudiantes sienten es, por ejemplo, que ellos comienzan declarando la Verdad cuando usan la afirmación antes dicha, pero antes que hayan pasado muchas horas, si se analizan ellos conscientemente encontrarán que en sus sentimientos hay trazas de duda o temor. Estos dos sentimientos, naturalmente, neutralizan en gran parte la fuerza constructiva que traería rápidamente el deseo o la demanda.
Una vez que el estudiante puede darse cuenta de que todo buen deseo es Dios en acción impulsando su energía hacia el pleno cumplimiento, y que es autosostenida, comprenderá el amor sin límites, el poder y la inteligencia que posee y con los que podrá lograr cualquier propósito.
Con esta sencilla comprensión, la palabra fracaso sería completamente borrada de su mundo y, en poco tiempo de su conciencia, porque vería que está manejando una inteligencia y un poder que no pueden fracasar. Así, estudiantes e individuos entrarían en su pleno dominio de acuerdo con la intención de Dios.
Jamás ha sido el propósito de nuestro gran Padre, todo amor y sabiduría, que a ninguno de ellos (sus hijos) les faltara nada. Es porque ellos permiten que se les fije la atención en la apariencia exterior, la cual es como la cambiante arena del desierto. De manera que ellos consciente o inconscientemente se separan de la Gran Inteligencia y Opulencia.
Esta gran opulencia es la herencia de la cual todo el mundo puede disponer, siempre que se vuelvan de nuevo hacia el Yo Soy, el Principio Activo de Dios, eternamente dentro de nosotros mismos, como hacia la única fuente de vida activa, inteligencia y opulencia.
A través de todas las edades han existido ciertas normas de conducta, necesarias para todo estudiante que desee alcanzar ciertos logros. Se trata de la conservación y gobierno de la fuerza vital a través del sexo.
Para el individuo que ha estado usando esta energía sin pensar en gobernarla, el hecho de decir «Yo voy a dejar esto», sin la comprensión de la actitud correcta de conciencia, no sería sino simplemente suprimir un flujo de energía que él ha provocado que fluya en dirección diferente.
Para el estudiante que desea gobernarse va esta afirmación, que es lo más eficaz de todo lo que se le pudiera dar, si la usa con comprensión. Es la Magna afirmación de Jesús: «Yo Soy la Resurrección y la Vida». Esta afirmación no solamente purifica el pensamiento, sino que es la fuerza elevadora y ajustadora más poderosa que se puede usar para la corrección de lo que es la más grande de las barreras a la altura del logro espiritual. Todo el que empiece a sentir el impulso interior de corregir esta condición, y que use la afirmación continua y firmemente, elevará esta maravillosa corriente de energía hacia el punto más alto del cerebro, como fue originalmente proyectado. El individuo sentirá su mente inundada con las más maravillosas ideas, con abundante poder sostenedor y con habilidad, que sale a la expresión y uso, para bendecir a toda la humanidad.
Yo le pido a cualquier estudiante que observe y ensaye los resultados en su mente y cuerpo. Sientan profundamente el dicho de Jesús: «Yo Soy la Resurrección y la Vida», repitiendo tres veces en silencio o audiblemente, y observen el ascenso de conciencia que van a experimentar. Hay algunos que necesitarán varias repeticiones para sentir la elevación sorprendente que otros sienten a la primera vez. Esto les demostrará en una forma pequeña lo que se puede lograr con su uso continuo.
No hay sino una sola manera de liberarse de algo negativo, y es que después que tú sepas el error que tienes que superar, quitarle tu atención exterior completamente, fijándola firmemente en la mencionada afirmación.
Cualquier condición de la experiencia externa que uno desee superar, lo puede lograr con el uso de esta afirmación, así como también para cambiar el flujo de la energía mal dirigida. Yo tuve un estudiante que sintió el impulso de redirigir esta gran energía, y con el uso de esta única energía logró ascender su cuerpo. En un año, una transformación maravillosa se operó en toda su apariencia externa. Es increíble que de todas las afirmaciones que nos vienen de Jesús, y que no es sino una parte de lo que Él enseñó, tan pocos humanos reciban el tremendo impacto de esas maravillosas palabras de sabiduría.
En toda la historia del mundo no han sido dadas tantas grandes afirmaciones como las que Él enseñó, cada una de las cuales, usada conscientemente, contiene la radiación acompañante que Él logró. De manera que no solamente tienen ustedes este poder del Yo Soy, sino también su asistencia individual cuando usan sus afirmaciones. Siempre se debe contemplar el verdadero significado de estas grandes afirmaciones del Maestro Jesús.
Cuando tú logras comprender que el pensamiento, sentimiento y expresión tuya del Yo Soy ponen en acción el Poder de Dios sin límite alguno, entonces recibes lo que tú deseas. No debe ser ningún problema para el estudiante el ver y comprender que la apariencia externa no es sino la distorsionada creación del hombre, el cual está creyendo que en el exterior hay una fuente de poder aparte, cuando un momento de reflexión le hará realizar que no existe sino un solo amor, una sola inteligencia y un solo poder que puedan actuar, y que eso es Dios.
Los defectos humanos o las discrepancias externas no tienen nada que ver con la Perfección Omnipresente de Dios, ya que todo lo imperfecto es sólo creación del concepto exterior humano. Si el hombre se volviera hacia su Yo Superior sabiendo que Este es Dios, sabiendo que Él es toda Perfección y que la apariencia externa no es sino creación humana, por el mal uso de su poder Divino; si él medita sinceramente y acepta la Perfección de Dios, verá en seguida que en su vida y experiencia se manifiesta esta misma perfección.
No hay otra forma posible de traer esta perfección a tu mente, cuerpo y experiencia, sino por medio de la aceptación de la Gran Presencia de Dios en ti. Este reconocimiento pleno hará que el poder interior proyecte dicha perfección de Dios a tu experiencia visible.
Dile a los estudiantes que yo te estoy enseñando como mensajero de la Verdad afirmaciones de la Verdad que te producirán resultados positivos si las usas y las mantienes sin titubeos. Los Metafísicos saben que la Verdad no les funciona porque hoy hacen las afirmaciones y las olvidan durante toda la próxima semana.
El deseo de Luz y Verdad es la Presencia de Dios en el deseo, proyectándose hacia la acción. Para lograr iluminación usa esta frase: «Yo Soy la plena comprensión e iluminación de esta cosa que quiero saber y comprender».
El día que se abran tus ojos y veas algunos de estos maravillosos seres ascendidos, el gozo te durará para toda la eternidad. Si tú no aceptas la verdad de que tú tienes la habilidad para lograr esto, jamás lo lograrás.
En el mismo momento en que tú expresas «Yo Soy la Resurrección y la Vida», inmediatamente surge toda la energía de tu ser hacia el centro de tu cerebro, que es la fuente del ser individualizado. Yo no podré jamás ponderar demasiado el poder de esta afirmación. No hay límites para lo que puedes hacer con ella. Fue la que usó Jesús en sus más grandes pruebas.
Debes saber que cuando tú decretas algo constructivo, es Dios el que te está impulsando a actuar. Es lo más tonto del mundo preguntar: «¿Y tú has comprobado esto en tu propia experiencia?» porque cada individuo tiene que comprobarlo por él mismo, o no le significará nada hasta que él mismo haga la prueba.
El sentimiento lleva consigo cierta visión coexistente. Uno, a menudo siente la cosa con tal claridad que verdaderamente la ve desde la posición interna.
A medida que entras en el estado ascendido, se manifiestan simultáneamente el pensamiento, el sentimiento, la visión y el color.
El sonido armonioso es tranquilo. Es por esto que la música más deleitosa es aquietante en sus efectos, mientras que la música ruidosa es enteramente opuesta.