Читать книгу Elige solo el amor: El camino de ser - Sebastián Blaksley - Страница 18

I. El tesoro de crear amor

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Hijo mío,

Escucha la voz del amado de tu alma.

Quédate en la dulzura de su canto.

Sumérgete en los abismos de su hermosura.

Piensa, alma enamorada.

¿Qué será lo que oyen las flores, para que se abran en acción de gratitud y embellezcan la vida?

¿Qué cosa escuchan las aguas, para que comiencen a danzar de alegría?

¿Qué es lo que el amor le susurra al corazón humano, para que este pueda amar, inclusive a Dios?

Cada mañana renace la vida.

A cada instante, el susurro del amor es escuchado en las criaturas.

Todos tienen un corazón.

Se despiertan las melodías de la creación.

Todo canta alegremente. Se levantan los seres creados para dar testimonio del amor.

A cada día le corresponde su melodía. Una melodía de amor y verdad.

Escucha la música de tu corazón. Observa cómo todo alaba al amor.

Los colores embellecen los jardines. Los retoños de la santidad expresan su júbilo y dan gracias por haber sido llamados a la vida.

El banquete está servido. El amado llama a todos a sentarse en su mesa, para gozar de las delicias de crear lo santo, lo bello, lo perfecto.

Regocíjate en tu gloria. Es la gloria del Padre.

Con estas palabras llenas de amor y dulzura te entrego tu tesoro. En él reside el regalo bendito de la vida eterna. Recíbelo. Te lo doy con todo mi amor. Te lo entrego en mis inmaculadas manos, llenas de pureza y santidad. Es el tesoro que permanecía escondido en las profundidades del corazón de Dios, para que te sea dado el día que estaba escrito. La custodia divina lo ha guardado para ti.

Hijo de la verdad. Belleza de Dios. Te doy mi amor. Te doy mi ser. Te lo entrego para que sea tuyo por siempre.

Ahora tu consciencia aceptará, en un grado mayor y jubilosamente, la realidad de nuestra unión, la verdad de tu ser santo. Recuerda que mi ser te pertenece, tal como tú me perteneces a mí.

Recibe el presente de tu herencia, recibe el don de tu ser. Es el presente de Dios para ti.

¡Amado mío! ¡Hijo de mis entrañas! ¡Alegría de la Madre de los vivientes!

Un amor que no es del mundo te es dado. Una verdad que viene del cielo te es revelada. Una nueva vida renace en ti. Eres nuevo. Por siempre renovado en el espíritu de Dios.

Cantemos juntos nuevos cantos a la vida. Dancemos como lo ha hecho el rey David, pero con la belleza de nuestra unicidad.

Levántate, amada de Dios. Tenemos que movernos al compás de la danza de la vida. Mira que muchos vienen llegando. Son nuestros amados hermanos y hermanas que, unidos, se congregan para oír las melodías que fluyen desde nuestra unión. El amado y la amada son refugio de amor santo. Son la morada donde otros vendrán a beber las aguas de la vida. Son la unidad expresada en la tierra.

En la tierra se escucha una verdad. Los espíritus puros se mueven al oír la voz de nuestra unión. Cantan las almas iluminadas, y las que buscan la luz. Vibran los corazones enamorados.

Nacen nuevas flores cada día. Siempre brilla el sol. Los árboles se mecen al ritmo del viento, alegres bailan el canto del amor hermoso.

El amado susurra a su creación, la siempre amada del creador. Ella expresa su amor, alegrando así la vida, en una explosión de diversidad sin fin. Es la respuesta del creado al creador. Es un movimiento ondulante de dar y recibir, que se vive en un éxtasis de amor.

Alma bendita. ¡Tu ser ha sido resguardado por tanto tiempo! Dios mismo lo conservó inviolable en sus entrañas divinas. Desde toda la eternidad permaneció en él, a la espera del momento perfecto en que tu aceptación consciente hiciera que pudiera ser dado y recibido jubilosamente.

Ya conoces el susurro del amor, el cual llama dulcemente a tu oído cada noche y cada mañana. Conoces lo que dice su voz. Sabes que te llama a su lecho de amor y verdad.

Elige solo el amor: El camino de ser

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