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~[20] ANÁLISIS DE LOS SUEÑOS~

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LOS sueños exhiben todos los grados de transición hacia la vigilia y de combinación con los procesos y normales; no obstante, es fácil discernir lo que constituye su carácter onírico propiamente dicho.

1. Los sueños carecen de descarga motriz y, por lo general, también de elementos motores. En el sueño se está paralizado.

La explicación más fácil de esta característica es la falta de precatexis espinal por cese de la descarga j. Dado que las neuronas no están catectizadas, la excitación motriz no puede superar las barreras. En otros estados oniroideos, el movimiento no está necesariamente excluido: no es ésta la característica esencial del sueño.

2. En los sueños, las conexiones son, en parte, contradictorias y, en parte, idióticas o aun absurdas, o extrañamente demenciales.

Este último atributo se explica por el hecho de que en el sueño impera la compulsión asociativa que, sin duda, rige también primariamente en la vida psíquica en general. Parecería que dos catexis coexistentes necesariamente deben ponerse en mutua conexión. He podido reunir algunos ejemplos cómicos del predominio de esta compulsión en la vida vigil. (Por ejemplo, unos espectadores provincianos que se encontraban en el Parlamento francés durante un atentado llegaron a la conclusión de que cada vez que un diputado pronunciaba un buen discurso se le aplaudía…a tiros) .

Los otros dos atributos, que en realidad son idénticos, demuestran que una parte de las experiencias psíquicas del soñante han sido olvidadas. En efecto, todas aquellas experiencias biológicas que normalmente inhiben el proceso primario están olvidadas, y ello se debe a la insuficiente catexis del yo. El carácter insensato e ilógico de los sueños probablemente obedezca a este mismo hecho. Parecería que las catexis y que no han sido retiradas se nivelaran, en parte, de acuerdo con las facilitaciones más próximas y, en parte, según las catexis vecinas. Si la descarga del yo fuese completa, el dormir tendría que estar necesariamente libre de sueños.

3. Las ideas oníricas son de carácter alucinatorio, despiertan consciencia y hallan crédito.

Esta es la característica más importante del dormir, una característica que se manifiesta al punto en las alternativas del duermevela: cerrados los ojos, se alucina, y apenas abiertos, se piensa en palabras. Existen varias explicaciones del carácter alucinatorio de las catexis oníricas. En primer lugar, podríase admitir que la corriente de j a la motilidad [en la vida vigil] habría impedido toda catectización retroactiva de las neuronas j desde y, y que al cesar dicha corriente j sería retroactivamente catectizada, dándose con ello las condiciones para la producción de cualidad . El único argumento contrario es el de que las neuronas j deberían encontrarse protegidas contra la catectización desde y por el hecho de estar descatectizadas, igual que ocurre con la motilidad. Es característico del dormir el que toda la situación se encuentre invertida: el dormir suspende la descarga motriz desde y y facilita la descarga retroactiva hacia j. Sería tentador atribuir aquí el papel determinante a la gran corriente de descarga que en la vigilia va de j a la motilidad. En segundo lugar, podríamos invocar la naturaleza del proceso primario, señalando que el recuerdo primario de una percepción es siempre una alucinación [véase abajo] y que sólo la inhibición por parte del yo nos ha enseñado a no catectizar nunca W de manera tal que pueda transferir [catexis] retroactivamente a j. Para hacer más admisible esta hipótesis podríase aducir que la conducción de j a y, es, en todo caso, más fácil que la de y a j, de modo que una catexis y de una neurona, aun cuando sea mucho más intensa que la catexis perceptiva de la misma neurona, no debe entrañar necesariamente una conducción retroactiva. Esta explicación es apoyada aun por el hecho de que, en el sueño, la vivacidad de la alucinación es directamente proporcional a la importancia (es decir, a la catexis cuantitativa) de la idea respectiva. Esto indicaría que es la cantidad (Q) la que condiciona la alucinación. Si en la vigilia llega una percepción desde j, la catexis de y (el interés) la torna más nítida, pero no más vivida, o sea, que no altera su carácter cuantitativo.

4. La finalidad y el sentido de los sueños (por lo menos de los normales) pueden ser establecidos con certeza. Los sueños son realizaciones de deseos , es decir, procesos primarios que siguen a experiencias de satisfacción; no son reconocidos como tales, simplemente por que la liberación de placer (la reproducción de las descargas placenteras) es escasa en ellos, pues en general se desarrollan casi sin afecto alguno (o sea, sin desencadenamiento motor). Es muy fácil demostrar, empero, que ésta es su verdadera índole. Justamente por esta razón me inclino a deducir que las catexis desiderativas primarias también deben haber sido de carácter alucinatorio.

5. Es notable cuán mala es la memoria de los sueños y cuán poco daño hacen los sueños, en comparación con otros procesos primarios. Sin embargo, esto se explica fácilmente por el hecho de que los sueños siguen en su mayor parte las viejas facilitaciones y no motivan por ello cambio alguno. Además, porque las vivencias y se mantienen apartadas de los sueños y porque, debido a la parálisis de la motilidad, no dejan tras de sí rastro alguno de descarga.

6. Por fin, también es interesante que, en el sueño, la consciencia suministre cualidad con la misma facilidad que en la vigilia. Esto demuestra que la consciencia no está retringida al yo, sino que puede agregarse a cualquier proceso y. Esto nos advierte contra una posible identificación de los procesos primarios con los procesos inconscientes. ¡He aquí dos consejos inapreciables para lo que ha de seguir!

Si al recordar un sueño interrogamos a la consciencia en cuanto a su contenido, comprobaremos que el significado de los sueños como realizaciones de deseos se halla encubierto por una serie de procesos y, todos los cuales volveremos a encontrar en las neurosis, siendo allí característico de la índole patológica de dichos trastornos.

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