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PRÓLOGO

La autobiografía de Simone Liebster (Arnold de soltera) es un absorbente relato de una búsqueda personal de fe e identidad que la obliga a tomar difíciles decisiones de carácter social, político y religioso durante su niñez. Nacida en 1930 en Mulhouse (Alsacia), por entonces parte de Francia, Simone Arnold Liebster creció en el seno de una familia católica, grande y unida, durante los años treinta, una década de malestar social e incertidumbre política. El conformismo religioso era la norma en aquella región de mayoría católica. En 1938, pese a la oposición familiar, la madre de Simone, Emma Arnold, se convirtió a las creencias de los testigos de Jehová. Con el tiempo, el padre de Simone, Adolphe Arnold, también se bautizó como Testigo, y Simone aceptó esas creencias mientras todavía era una niña en 1941.

Las regiones de Alsacia y Lorena pertenecieron a Alemania desde 1871 hasta 1918, cuando volvieron a formar parte de la jurisdicción francesa hasta mediados de junio de 1940, fecha en la que fueron incorporadas al Reich alemán. Casi de inmediato, los alemanes impusieron sus criterios sociales y políticos, que rápidamente excluyeron a un gran número de “indeseables”, entre ellos los testigos de Jehová, para los cuales no había un lugar en el “nuevo orden” germánico. El alemán se convirtió de nuevo en la lengua oficial de la zona. Los inconformistas pronto tuvieron que temer las denuncias de los vecinos, a medida que se iban deshaciendo los vínculos de la sociedad civil.

El padre de Simone, Adolphe, fue detenido el 4 de septiembre de 1941, menos de un mes después de que Simone se hubiera bautizado como Testigo. Tras este arresto, Simone y su madre se enfrentaron a crecientes dificultades económicas dado que confiscaron el salario del padre durante su arresto, se incautaron de su cuenta bancaria, y denegaron el permiso de trabajo a la madre. Durante los siguientes dos años, Simone y su madre tuvieron que conseguir el alimento a cambio de pequeños trabajos.

Tras su arresto, el padre de Simone fue encarcelado en el campo de internamiento de Schirmeck-Vorbruck, ubicado en Labroque. Este campo de prisioneros se había abierto a mediados de julio de 1940 “para aquellos cuyo comportamiento pudiese poner en peligro la autoridad alemana en la zona” y “para enseñar a los elementos desobedientes de Alsacia las actitudes debidas en el trabajo y el orden político del Reich alemán”.* La lista de “indeseables” y “elementos desobedientes” seguía el patrón de las categorías habituales que los alemanes distinguían en todos los territorios ocupados, entre las cuales estaban los testigos de Jehová. Dado que sus creencias no les permitían obedecer de forma incondicional al Estado, los Testigos de Alsacia y Lorena fueron objeto de la misma persecución a la que se estaban enfrentando los demás Testigos desde 1933 en la Alemania nazi. Tiempo después, el padre de Simone, Adolphe Arnold, fue trasladado de Schirmeck a los campos de Dachau y Mauthausen-Gusen, y más tarde fue puesto en libertad en mayo de 1945 en Ebensee, uno de los campos subsidiarios de Mauthausen.

A partir de 1941, Simone se vio sometida en la escuela a crecientes amenazas físicas y sicológicas con el propósito de que se amoldase al comportamiento de sus condiscípulos, ya que se había negado a realizar el saludo “Heil Hitler” y unirse a la Liga de Chicas Alemanas (Bund deutscher Mädel). Los niños testigos de Jehová de edad escolar tuvieron que soportar amenazas y represalias tanto en la Alemania Nazi como en las regiones anexionadas de Alsacia y Lorena. Cuando los hijos de Testigos se negaban a inscribirse ya fuera en las Juventudes Hitlerianas o en la Liga de Chicas Alemanas, o a acatar las normas de conducta social y política nazis, los directores de las escuelas les quitaban a los padres su custodia y los enviaban a hogares nazis o a correccionales juveniles.

En la Alemania Nazi se separó a la fuerza de sus padres mediante procesos judiciales formales a más de quinientos hijos menores de testigos de Jehová. La autobiografía de Simone nos aporta detalles específicos acerca de la vida de estos niños en reformatorios nazis durante el transcurso de la guerra. Se suspendía la custodia paterna y el contacto con los padres si se juzgaba a un niño culpable de conducta inmoral o deshonrosa, como por ejemplo, no pertenecer a las organizaciones nazis. Los responsables escolares, la policía y los juzgados de menores y de distrito dictaminaban que los padres Testigos ponían en peligro el bienestar de sus hijos al no ajustarse a las normas del sistema educativo y la sociedad nazis. Pocas veces se ha narrado con detalle la suerte que corrieron esos niños separados de sus familias. Las memorias de Simone Arnold Liebster nos permiten ahondar en sus vivencias más intimas.

Simone Arnold fue expulsada de la escuela después de haber sido objeto de un trato brutal físico y psicológico, y de que se la presionara para que se amoldara a los demás. A la edad de doce años le quitaron su tutela a la madre y la transfirieron a Wessenberg Erziehungsanstalt, un reformatorio de Constanza. Sumida en un mundo de persecución y aislada de sus padres, Simone Arnold tuvo que renunciar a su adolescencia a fin de sobrevivir. El mundo de la infancia y de la adolescencia es por lo general una época de crecimiento y desarrollo. Para estos niños atrapados bajo el control nazi, la vida se convirtió en un mundo invertido de sombríos horizontes y terror.

La autobiografía de Simone Arnold Liebster devuelve su individualidad e identidad a los que de otro modo serían víctimas anónimas del terror nazi, y pone de manifiesto la fuerza de voluntad que le permitió mantener un mínimo de normalidad en su lucha por la supervivencia física y psicológica. Su historia infunde esperanza, fuerza y valor. La narración de Simone Liebster revela el coraje que le permitió mantener sus valores sociales y religiosos durante la cruel y trágica época nazi. Es una historia que vale la pena leer y que nos permite comprender la suerte que corrieron los hijos de los testigos de Jehová durante el Holocausto.

—Sybil Milton, ex historiadora adjunta,

U.S. Holocaust Memorial Museum

Primavera de 2000

Sola ante el León

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