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Respirando
ОглавлениеCuando tomamos conciencia de que estamos haciéndonos daño a nosotros mismos con pensamientos negativos, que no nos llevan a ningún lugar bonito, ya hemos realizado un paso gigante para expandir justamente nuestra conciencia hacia un camino de abundancia.
Pero, ¿cómo continuar? Porque pasados unos días seguramente olvidaremos esto y volveremos a proceder como toda nuestra vida lo hemos hecho.
Debemos salir de ese sistema de creencias, implantado en nuestro cerebro, esas ideas de sufrimiento, de esfuerzo, de culpas y remordimientos, de juzgar todo el tiempo, de creer, que solo hay una realidad.
Comencemos respirando, sí, respirando, ya sé que si no respiro muero, pero cuántas veces ante una situación de estrés, respiramos profundo y luego expiramos, para controlar nuestra ira, nuestro enojo o nuestra angustia.
Debemos aprender a hacerlo siempre, unos minutos, como un ejercicio que se transforme en hábito, respirar y solo pensar en ello, tomar una bocanada de aire profunda, por la nariz o por la boca, contener el aire, 1, 2, 3, 4, 5, y soltarlo lentamente, así 5 veces.
Notaremos cómo nos hemos relajado, y también si nos concentramos en el ruido de nuestra propia respiración, huimos 5 minutos de nuestro parloteo de pensamientos. Y oxigenamos nuestro cuerpo, templo de nuestra alma, de nuestra energía, de nuestro espíritu o de nuestra conexión con el universo, como quieras llamarlo.
Otro ejercicio de respiración más avanzado, consiste en inspirar por una fosa nasal, tapando la otra con el dedo, y largar el aire, tapando la primera, así 10 veces. Hay diferentes ejercicios respiratorios, que cada uno adapta a su propio bienestar físico.
Más adelante cuando ya estemos familiarizados con estos ejercicios y habiendo comenzado a sentir sus cualidades, aprenderemos a respirar, controlando nuestro oxígeno y llevándolo a nuestros centros de energía o chakras, y de esa manera recuperaremos vitalidad, así lo dicen los grandes maestros del yoga, extendiendo la vitalidad del practicante.
Respirando, nos oxigenamos, nos protegemos de un ambiente tóxico, protegemos a nuestro entorno, pero respirando con conciencia.
Cuántas veces ante una situación estresante, o intolerante, para poder contener un grito o no reaccionar mal, respiramos profundo y luego exhalamos. Es innato, pues bien realizado, como un ejercicio aprendido, nos ayuda a realizar una homeostasis, capaz de limpiar nuestro cuerpo y energía.
Puedes practicar yoga, puedes hacer reiki, puedes meditar.