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El yogī y la muerte
ОглавлениеArjuna pregunta a Sri Krishna qué le ocurre a aquella persona que se esfuerza en esta vida siguiendo el camino del yoga, pero que no consigue obtener un firme control de la mente y deja su cuerpo sin llegar al final del camino: «¿Qué le ocurre a este yogī? ¿Todo su esfuerzo es en vano? ¿Todo se pierde?». Sri Krishna le responde que en el camino del yoga ningún esfuerzo puede perderse nunca y que, en el caso de que un yogī dejara su cuerpo sin haber alcanzado su meta, renacería en una familia de personas puras en la que predominaría la abundancia, o incluso podría nacer en una familia de sabios yogīs. Krishna enfatiza: «Este tipo de nacimiento es verdaderamente difícil de lograr en este mundo». En este nuevo nacimiento, el yogī entraría en contacto con el conocimiento adquirido en su anterior nacimiento y seguiría esforzándose hasta lograr el estado de plenitud.
(…) El yogī que persevera en su esfuerzo, purificado de faltas y perfeccionado a lo largo de muchos nacimientos, alcanza la meta más elevada.82
Arjuna sigue indagando acerca del momento de la muerte. Sri Krishna le responde que si en el momento de la muerte en la mente del yogī predomina la pureza (sattva-guṇa), este accede a los planos más elevados; si su mente está bajo la influencia del deseo o la pasión (rajoguṇa), renace entre personas apegadas a la acción; y si en su mente predominara la inercia, la confusión y la opacidad (tamoguṇa), nacería en matrices de seres desprovistos de sensibilidad.
En el caso del yogī avanzado, Sri Krishna afirma que este puede utilizar el sagrado momento de la muerte para alcanzar el estado final:
Aquel que en el momento de la muerte abandona el cuerpo pensando únicamente en Mí llega a mi ser.
Con una mente disciplinada por la práctica del yoga, que no se mueve hacia ningún objeto, el que medita en el supremo, el puruṣa resplandeciente, lo alcanza, oh Arjuna.
Aquel que medita en el omnisciente, el antiguo, el que rige el cosmos, más pequeño que un átomo, el soporte de todo, cuya forma es inconcebible, brillante como el sol y más allá de la ignorancia, (aquel que medita) en el momento de su muerte en este supremo puruṣa resplandeciente con una mente inamovible y con devoción, por el poder del yoga, dirigiendo toda la energía vital (prāṇa) hacia el centro de las cejas, llega a Él.83
Sri Krishna describe así al yogī avanzado en el camino y con la mente controlada, en el momento de dejar su cuerpo:
Controlando todas las puertas (los sentidos) con la mente confinada en el corazón, estableciendo la energía vital (prāṇa) en la cabeza, firme en el yoga de la concentración, recitando la sílaba oṃ, brahman, y meditando en Mí, el que parte así y abandona su cuerpo alcanza la meta suprema.
Llegando a Mí, estos grandes seres (mahātmās) ya no nacen de nuevo en este plano impermanente y de dolor, pues han llegado a la perfección suprema (la liberación).84
Sri Krishna concluye la enseñanza del rāja-yoga en la Bhagavad Gītā exaltando la condición del yogī e instando a Arjuna a que se establezca en este camino:
El yogī es superior a los ascetas, se considera incluso superior a los hombres de conocimiento (eruditos) e incluso superior a aquellos que ejecutan los rituales. Así pues, ¡sé un yogī, oh Arjuna!85