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5 de enero - Ciencia

La evolución – parte 2

“Cuando Dios hace tronar su voz, se producen maravillas; suceden grandes cosas que nadie puede comprender” (Job 37:5).

Continuemos hablando del tema de ayer: el debate creación-evolución. Retomémoslo en el punto número 3.

3. Las especies cambian (esta es una realidad que a los creacionistas les costó reconocer), pero jamás cambian de la manera en que afirma la evolución. Por ejemplo, las diversas especies de felinos (leones, tigres, leopardos o gatos) tal vez descienden del mismo ancestro que viajó en el arca, pero los experimentos no han podido demostrar evidencia alguna de que sea posible que los animales desarrollen nuevos órganos o estructuras corporales.

4. Los argumentos principales de la evolución a menudo se reducen a presuposiciones. Por ejemplo, los llamados “órganos vestigiales” (supuestos restos de especies anteriores) se consideran evidencia de la evolución; sin embargo, se ha descubierto que casi todas las partes del cuerpo humano que alguna vez fueron consideradas “vestigiales” son en realidad bastante útiles.

5. Darwin y evolucionistas posteriores han argumentado contra la idea de un Creador divino, sugiriendo que los patrones que vemos en la naturaleza son ilógicos. Stephen Jay Gould escribió: “Las disposiciones extrañas y las soluciones singulares constituyen la verdadera prueba de la evolución, caminos que un dios sensato jamás habría adoptado, pero que un proceso natural, constreñido por la historia, se ve obligado a seguir” (El pulgar del panda, cap. 1). Pero esto ignora la realidad de un mundo deformado por el pecado.

6. El registro fósil presenta desafíos tanto para la evolución como para el creacionismo. La ciencia ha descubierto que el registro fósil coincide con la secuencia de desarrollo que propone la evolución, pero con grandes espacios en los que no vemos a las especies intermedias que serían necesarias para un cambio masivo. Stephen Gould y Niles Eldredge propusieron la teoría del equilibrio interrumpido para explicar esto, sugiriendo que en ciertos momentos, la evolución simplemente actúa muy, muy rápido. Es decir, si parpadeas, te lo pierdes.

Continuará…

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