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Angie Von Pritt

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Angie nació en Castellón, en diciembre de 1953. Saltó a las páginas de la prensa en el año 1977 debido a su parecido con la actriz Bárbara Rey, que por entonces se encontraba en su máximo apogeo como sex symbol de la Transición. Revistas como Lecturas, Garbo o Diez Minutos jugaban al impacto de presentar a una mujer trans como doble de una de las mujeres más deseadas del momento. Y Angie, astuta, sacaba tajada de ello.

Comenzó su andadura en el teatro a principios de los años setenta, con la obra Charly, no te vayas a Sodoma, de la que formaba parte del elenco secundario. Es poco después, y tras trabajar como camarero en algunos locales de ambiente, cuando empieza su transición y se erige como Angie, teniendo claro que su destino es el espectáculo. En una de sus entrevistas de la época, relata que pasó por un traumático servicio militar, en el que solo duró quince días y tuvieron que cortarle el pelo. A raíz de tal suceso, comenzó a teñírselo de rubio y a dejarlo crecer, sin imaginar que así se asemejaría a la vedete de moda. En un reportaje realizado para Diez Minutos en abril de 1977, Angie aclaraba la cuestión del parecido:

Yo no la elegí. Ya hace tres años que ando con esto de los travestis. Por aquel entonces, Bárbara estaba todavía en Murcia y no era lo que es hoy. Un día me teñí de rubia y al cabo del tiempo, cuando Bárbara era ya conocida, la gente me empezó a confundir; porque, aparte del pelo, tenemos un tipo muy parecido. Bueno, yo me aproveché un poco de todo esto. La gente no me cree cuando digo en según qué lugar que no soy Bárbara.

Desde sus inicios, revistas de corte erótico como Lib, Party y Papillón también reclamaron su presencia. Ese mismo 1977, Angie se enrola en la compañía Incógnito, con la que estrena el espectáculo New Crazy Horse Gay, en el que sobresale como cabeza de cartel junto a Pierrot, que lleva a cabo su habitual labor de maestro de ceremonias. La compañía recorre lugares como la sala Rialto de Barcelona o el Morocco de Madrid. Tras un año de gira, y anunciándose ella como «la doble de Bárbara Rey», Incógnito se disuelve y Angie pasa a trabajar en cabarets varios. En 1980, es contratada por la compañía de revistas de la mítica vedete Addy Ventura para actuar en su espectáculo del Teatro Apolo de Barcelona con la obra de revistas Una rubia de escándalo, donde comparte cartel como estrella invitada con Moncho Ferrer y Javier de Campos.

En 1983, al no tener trabajo en la capital catalana, Angie se instala en Sevilla para actuar en la sala Music Hall Vista Alegre, con el espectáculo Voilà Sevilla. En esta ciudad continuaría su periplo por otros cabarets como Prisma o Sevilla en la Noche. Entonces participa en un reportaje documental del programa El dominical de Televisión Española, emitido el 5 de febrero de 1984, que llevaba por título Noche de travestis (posteriormente se llamaría Violeta, ni rosa ni azul). En la capital andaluza seguirá trabajando en locales de café-teatro como Tercer tiempo, presentando el show Varietes 86 y compaginando el cabaret con la prostitución; mientras, su salud se agravaría paulatinamente debido a su adicción a la heroína. Falleció poco después, víctima del sida, aunque el año registrado varía entre 1987 y 1992. Lo cierto es que su trágico final fue reflejo del de otras muchas compañeras que tuvieron que afrontar sin recursos la llegada de un tiempo donde los trabajos en salas de fiestas comenzaban a escasear y la cuantía económica de sus contratos, a descender.

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