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5. EL DINERO ES LA MEDIACIÓN FUNDAMENTAL PARA QUE LO PRIVADO SE CONVIERTA EN SOCIAL

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En efecto, en los Elementos Marx había escrito:

Querer transformar el trabajo del individuo en general (o sea también su producto) inmediatamente en dinero, en valor de cambio realizado, significa determinarlo inmediatamente como trabajo general […]. El trabajo, sobre la base de los valores de cambio, supone precisamente que ni el trabajo del individuo ni su producto sean inmediatamente universales y que este último obtenga su forma universal solo a través de una mediación objetiva, a través de un dinero distinto a él. (Marx, 1971, vol. 1, p. 100).

Ahora se tiene claramente que el dinero representa la magnitud social donde se insertan los distintos trabajos privados componentes de la división social de los productores. Al insertarse en el espacio del dinero, el mercado es la red de pagos monetarios y no de la circulación de trabajos abstractos.

En resumen: la visión que Marx permite en este segundo enfoque es que, en un mundo descentralizado, los trabajos privados que producen objetos mercantiles no son de inmediato cuotas de trabajo social, porque su actividad es precisamente privada y descentralizada; esta actividad solo deviene social por medio del intercambio, al cambiarse por una mercancía especial que encarna el valor mercantil en general, la mercancía monetaria. Las actividades privadas están entonces mediadas por la presencia de un objeto social, válido y reconocido por todos, las unidades monetarias; es decir, frente a lo privado el aspecto social del bien es el dinero, idea contenida en la noción de precio ideal. Ahora bien, la complicación viene de que para poder entrar en el proceso de intercambio las mercancías privadas deben recibir un precio ideal, una expresión monetaria de lo privado antes que este se vuelva social y, al mismo tiempo, cuando la mercancía privada se convierte en dinero, en el intercambio, el trabajo privado se vuelve efectivamente social. En estos términos, el intercambio socializa lo que en una primera instancia es privado, pero este privado debe recibir una expresión inicial en dinero, y en tal sentido la mercancía es en un principio una encarnación de dinero (no de trabajo social) y, en seguida, tras el intercambio efectivo, lo privado se ha socializado cuando se entrega a su productor unidades monetarias, por definición representantes sociales del valor. Así llegamos a la idea de que la mercancía es inicialmente una encarnación de dinero, pero es la transacción mercantil la que da el valor económico socialmente aceptado y no un presunto contenido previo inmanente, una cuota de trabajo abstracto.

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