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I. LOS TEMAS O PROBLEMAS ECONÓMICOS ESTUDIADOS POR LA TEORÍA BÁSICA DE MARX A. LAS RELACIONES COMERCIALES ENTRE PRODUCTORES DE BIENES
ОглавлениеEl punto de partida de Marx parece simple: todas las sociedades han transformado la naturaleza para obtener bienes que satisfacen necesidades, y en todas ellas el trabajo es en primera instancia la actividad humana para realizar esa producción. Desde el punto de vista material, la pluralidad de bienes expresa una pluralidad de trabajos, una diversidad de oficios y de capacidades, es decir, una división del trabajo. Sin embargo, no hay producción humana en una forma natural semejante a cómo los animales viven y se reproducen cazando otros seres vivos para mantenerse. Por el contrario, parece claro que toda sociedad funciona a partir de reglas colectivas en las cuales se sitúan los individuos en una división de actividades y ponen en acción un sistema de relaciones para armonizar esas actividades, y en este sentido los hombres siempre están revestidos de rasgos dados por la colectividad:
El hombre es, en el sentido más literal, un animal político, no solamente un animal social, sino un animal que solo puede individualizarse en la sociedad. La producción por parte de un individuo aislado, fuera de la sociedad [...] no es menos absurda que la idea de un desarrollo del lenguaje sin individuos que vivan juntos y que hablen entre sí. (Marx, 1971, p. 4).
Por tanto, toda división del trabajo incorpora una forma social de relaciones entre los individuos productores que allí participan, y sus actividades constituyen de una manera u otra el trabajo social. Ahora bien, el objeto analítico inicial de Marx en economía es la representación de las relaciones propias de una división del trabajo en la cual los productores actúan en forma descentralizada y privada, y por ende, aquella donde el intercambio mercantil genera el carácter social de los trabajos:
Si los objetos para el uso se convierten en mercancías, ello se debe únicamente a que son productos de trabajos privados ejercidos independientemente los unos de los otros. El complejo de estos trabajos privados es lo que constituye el trabajo social global. Como los productores no entran en contacto social hasta que intercambian los productos de su trabajo, los atributos específicamente sociales de esos trabajos privados no se manifiestan sino en el marco de dicho intercambio. O, en otras palabras: de hecho, los trabajos privados no alcanzan realidad como partes del trabajo social en su conjunto, sino por medio de relaciones que el intercambio establece entre los productos del trabajo y, a través de los mismos, entre los productores. (Marx, 1975, p. 89)[1].
Además, el estatus igual de los agentes es una premisa de esta economía de intercambios:
En la medida en que la mercancía o el trabajo están determinados meramente como valor de cambio, y la relación por la cual las diferentes mercancías se vinculan entre sí se presenta solo como intercambio de estos valores de cambio, como su equiparación, los individuos o sujetos entre los cuales transcurre ese proceso se determinan sencillamente como intercambiantes. No existe absolutamente ninguna diferencia entre ellos, en cuanto a la determinación formal [...]. Cada sujeto es un intercambiante, esto es, tiene con el otro la misma relación social que este tiene con aquel. Considerado como sujeto del intercambio, su relación es pues la de igualdad. (Marx, 1971, pp. 13-26 y 152-153).
De aquí rescatamos: 1) la división del trabajo comercial es diferente de cualquier otra división por el hecho de que la actividad privada solo se vuelve social gracias a relaciones mercantiles entre los productores; 2) el estatus igualitario de los agentes es una premisa de las relaciones entre ellos.