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III. ADAM SMITH Y LA METÁFORA DE LA GRAVITACIÓN
ОглавлениеEn Fundamentos de la economía de mercado se parte de la siguiente afirmación: “La ley de gravedad de los mercados se expresa en el equilibrio” (Cuevas, 2001c, pp. 49-50). El equilibrio es un punto de referencia: “En realidad, ningún mercado permanece en equilibrio. Pero la importancia del concepto no depende de eso, sino de su actuación como centro de gravedad y, por lo tanto, de su capacidad predictiva sobre las tendencias de los precios y la asignación de recursos” (Cuevas, 2001c, p. 49). Y de manera más explícita:
Con su sistema de precios naturales, a los cuales también denominó centros de gravedad, Smith inauguró una ciencia sobre las leyes objetivas que rigen los mercados. Quizá, su modestia le impidió expresarlo de manera frontal. Pero ello sugiere que si Newton descubrió la ley de la gravedad para la naturaleza, Smith la descubrió para los mercados. Entonces, el precio natural es la descripción de la ley espontánea que regula el precio en el mercado. (Cuevas, 2007a, p. 65).
El equilibrio como parámetro de referencia parece inevitable, tanto en el mundo de la física como en el de la economía. El principio de correspondencia de Samuelson (1947) se convirtió en un postulado central de la discusión sobre la estática y la dinámica. Hay correspondencia cuando una situación dinámica, en la que las fuerzas se contrarrestan, se asemeja a las condiciones propias de la estática. El estado estacionario, que es intrínsecamente dinámico, se asemeja a la estática. Cuando el análisis se realiza en condiciones de estado estacionario es posible aplicar los teoremas propios de la estática. Y, concluye Samuelson, los principios económicos que son validados para la estática también lo son para la dinámica en una situación de estado estacionario.
En el pensamiento clásico se supone la existencia de un precio natural que actúa como referente final del precio de mercado (Smith, 1776). Sin una fuerza gravitacional los procesos económicos pierden el ancla, y los valores nominales terminan distanciándose de las cantidades reales. Según Smith (1776), recuerda Chaparro, “el precio natural es, por así decirlo, el precio central, alrededor del cual gravitan continuamente los precios de todas las mercancías”. Se preocupa por explicar las razones que impiden que el precio del mercado se aleje de su precio natural.
Chaparro explica a los estudiantes el proceso de convergencia del precio de mercado alrededor del precio natural mediante ejercicios realizados en el aula de clase. El punto de partida fue propuesto por Holt (1996)[9]. Según Chaparro, el objetivo del ejercicio es que los estudiantes “descubran el modelo de oferta y demanda por sí mismos” y, además, que comprueben que “incluso en mercados con pocos compradores y vendedores, un mercado competitivo es capaz de producir resultados eficientes”.
Chaparro, como Cuevas y Smith, también se pregunta por la forma como converge el precio de mercado en el precio natural. El precio natural (p) estaría compuesto de renta (r), salarios (s) y beneficios (b), así que p = r + s + b. El precio natural depende de los costos de producción de largo plazo, de manera que debe permitir la remuneración razonable de los diferentes agentes, dadas las condiciones de riqueza y desarrollo de la sociedad.
Independientemente de estos resultados prácticos, que son interesantes en sí mismos, queda la pregunta sobre la existencia de un precio natural y sobre el significado de la convergencia. Estas reflexiones llevan, de nuevo, desde la perspectiva de Marx, al análisis sobre la teoría del valor y la transformación de los valores a precios. Y desde la mirada de Sraffa (1960), que apasionaba a Cuevas, habría que indagar si existe un ancla —la “mercancía patrón”— que sirva de referencia para todas las transacciones10.