Читать книгу Los rostros del otro - Varios autores - Страница 17
UNA NUEVA IDENTIDAD ÁRABE
ОглавлениеEn las regiones de mayoría árabe el proceso de desvinculación con el Imperio otomano fue diferente al que aconteció en Turquía. Esto se debe a que cuando su disolución era inminente, la mayor parte de los árabes del imperio, incluidos los grupos de élite, se asumían como otomanos y eran leales al sultán. El sultán era para ellos el líder de toda la comunidad religiosa musulmana, sin distinción étnica o lingüística alguna. Esto quiere decir que no buscaban el desmembramiento del imperio, sino que más bien exigían reformarlo y descentralizarlo, para así hacer contrapeso a las políticas “turquificadoras” del CUP que relegaban a los árabes de los altos cargos del imperio. Como resultado emergió una especie de proto-conciencia nacional con el movimiento cultural arabista (por ejemplo, reivindicaba el uso del árabe, la lengua del profeta), que a lo más lejos que llegaría en esta etapa sería a exigir mayor autonomía regional (Cleveland y Bunton, 2009, pp. 140-143). En ese sentido, podemos constatar un fuerte paralelismo con los kurdos, pues estos, a diferencia de los turcos, aún no desarrollaban una conciencia identitaria basada en elementos de corte etnolingüísticos, sino que prevalecía el sentimiento comunitario musulmán del periodo otomano. No obstante, los árabes no fueron los únicos actores implicados, sino que, como sucedió en los Balcanes, las potencias europeas intervinieron en la política de la región.
Las medidas turquificadoras y secularistas de los Jön Türkler, sumadas a las pérdidas territoriales del imperio (particularmente en África) aumentaron el resentimiento y la desconfianza árabe en torno a la administración otomana del momento. Esto fue aprovechado por franceses y británicos quienes comenzaron a sembrar entre los árabes mayor desconfianza hacia los turcos y manifestaron las primeras intensiones de “liberar a los árabes del yugo otomano” mediante “zonas de influencia” y protectorados bajo su tutela (Acuerdo de Skyes-Picot). Francia, por ejemplo, mantuvo acercamientos con autonomistas del Levante (sirios y libaneses), mientras que los británicos con el sharīf Hussein de La Meca (Laurens, 1993, pp. 124-127, 133-135 y 150-155). Este fenómeno potencializó en poco tiempo el nacionalismo árabe en el Kurdistán y terminó definitivamente con el sentimiento otomanista.