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Prólogo I

Desde finales del siglo XIX hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial, se desarrolló en Europa lo que se conoce como la «Belle Époque». Este período se caracterizó por el optimismo y por los nuevos descubrimientos médicos y tecnológicos. En retrospectiva, esta época, que concluiría con los horrores de la «Gran Guerra», fue denominada la «Belle Époque» o la «Edad de Oro». En este período, en Europa, y sobre todo en Alemania, algunos grupos formados por gentes ciertamente excepcionales, generaron una profunda revolución cultural en el campo de la sanidad y el bienestar. Influenciados por Friedrich Jahn (filósofo, historiador y teólogo alemán) y por Per Henrik Ling, en Suecia se creó una nueva versión de la antigua gimnasia griega, la llamada gimnasia sueca. Complementado y equilibrado por este nuevo enfoque, personas como Leo Kofter, Else Grindler, Rudolf Laban, Hede Kallmeyer, Bess Mensendieck y Joe Pilates trabajaron en una nueva ética y unas nuevas directrices del movimiento del cuerpo. Se centraron especialmente en los ámbitos de la autopercepción a través del movimiento corporal.

Joe Pilates fue uno de tantos europeos que combinaron el entrenamiento corporal con la disciplina mental. Entrenadores y bailarines comenzaron a explorar la relación entre la mente, el cuerpo y el cerebro. Al igual que Alexander, Cohen, Bartenieff y más tarde Feldenkrais, comprendió la urgente necesidad de enseñar a sus «pacientes» la sensibilidad y la consciencia interior. Ello se combinó con una concentración consciente del movimiento para lograr un mayor control del cuerpo.

La noción de movimiento corporal surgida durante la «Belle Époque» puede considerarse una nueva versión de nuestra idea de la individualidad humana, que deja clara la responsabilidad y el potencial que posee cada persona de forma individual. El fomento de la idea de la percepción individual adquirió finalmente carta de naturaleza en lo que respecta a la apreciación de la consciencia del propio cuerpo y la aceptación de la responsabilidad de las acciones propias y de los actos proyectados hacia otras personas (T. Hanna).

El inspirador movimiento del ejercicio corporal consciente no debía influir solamente en Alemania y en Europa. Las «olas del cambio» se difundieron por todo el mundo, y sobre todo en Norteamérica. La revolución del cambio cultural de las personas y de la toma de responsabilidad del propio cuerpo fue considerada en los años sesenta del pasado siglo un típico fenómeno exclusivamente americano. Las raíces de este desarrollo están en Europa, sobre todo en Alemania.

Joe Pilates y Clara, su pareja, se centraron en su trabajo de la enseñanza de la concienciación, la correcta respiración y la alineación de la columna vertebral, así como en el reforzamiento de la musculatura del torso. Después de que la pareja se trasladara a Nueva York, los seguidores surgieron casi de inmediato en las comunidades locales de danza y artes escénicas que se unieron a esta nueva ola del cambio. George Balanchine y Martha Graham fueron algunos de sus primeros seguidores, y más tarde les siguieron otros muchos representantes destacados de otras disciplinas. Pilates y su pareja transmitieron su conocimiento sobre la capacidad de las personas para trabajar sobre ellos mismos y desarrollar un concepto corporal del «yo». Joe Pilates leyó textos filosóficos con gran interés y citó el lema de Friedrich v. Schiller: «La propia mente es la que forma el cuerpo». Como mejor se ilustra el proceso de combinar el movimiento con la percepción y la consciencia es, quizás, mediante las palabras que pronunció el psicólogo Roger Sperry cuando recibió el premio Nobel en el año 1981:

«Los procesos de la experiencia interior, como las características reveladas del proceso cerebral, serán, por su parte, construcciones causales, independientes y aclaratorias con interacciones recíprocas y una dinámica y unas leyes propias. Conocer los patrones propioceptivos internos es como conocer los contornos de un mapa. El mundo de las experiencias internas, rechazado mucho antes del materialismo científico del siglo XX, es reconocido y usado en el campo científico.»

(citado por T. Hanna)

Finalmente la ciencia retomó el tema a finales del siglo XX y desarrolló ideas sobre el control motor, los mecanismos de conducción y la retroalimentación y sobre el significado que todo ello tiene para el movimiento y el entrenamiento de la persona.

No es fácil combinar en un libro los conocimientos anteriores, y sobre todo el método pilates, con los nuevos puntos de vista nacidos de investigaciones más actuales. Las nuevas investigaciones se centran en el comportamiento motor de los seres humanos y por lo tanto, en conocer las diferencias entre el comportamiento de una persona sana y el de paciente crónico. Esta investigación está centrada en averiguar si las tareas motoras desiguales provocan diferentes patrones en el comportamiento motor. Las tareas de carga alta, combinadas con un alto grado de imprevisibilidad, parece que provocan una reacción reforzada del sistema motor para garantizar la suficiente resistencia y estabilidad. Las tareas de baja carga con alta previsibilidad responden con una respuesta controlada. Esta respuesta se caracteriza por la división de la carga, el control y el dominio del movimiento unilateral en la medida de lo posible, tanto desde el mismo lado, como desde el interior hacia el exterior.

Por el contrario, una respuesta rígida a menudo provoca el endurecimiento y la tensión del sistema musculotendinoso, lo que da lugar a actividades musculares bilaterales. Estos mecanismos de patrones motores duales no deben interpretarse forzosamente como distinciones netas «entre el blanco y el negro». De hecho existe una amplia «escala de grises». En circunstancias normales, el patrón dual es una reacción perfecta para llevar a cabo diferentes tareas con éxito. Sin embargo la bibliografía muestra que los pacientes crónicos a menudo tienden a exhibir una respuesta rígida constante, incluso cuando realizan tareas de baja carga altamente predecibles. Muchos pacientes cambian el patrón motor normal de tal manera que el sistema neuronal en la corteza sensorial y motora del cerebro se modifica en consecuencia: el sistema nervioso utiliza su capacidad plástica para producir un mal patrón compensatorio personalizado. Ello hace que se acostumbre al nuevo patrón y, como sabemos por nuevas investigaciones, incluso las estructuras de ligamentos y tendones se adaptan rápidamente a las nuevas situaciones. Estos cambios estructurales de los tendones musculares pueden ralentizar la recuperación.

Por supuesto, también hay muchas personas con dolor moderado que muestran patrones motores modificados, sobre todo como resultado del estilo de vida actual. Ahí también juegan un papel importante los procesos emocionales. El miedo al movimiento revela en el cerebro patrones motores preprogramados, sobre todo en la sustancia gris que rodea el acueducto cerebral. El miedo puede estar causado por datos confusos sobre nuestro cuerpo que a veces proceden de terapeutas, entrenadores y médicos: «Sí, claramente tiene usted artrosis de la columna vertebral y las pruebas muestran que su pelvis es poco estable; tiene usted una rotura de ligamentos y la radiografía muestra... etc.» Un mensaje como este puede generar un profundo temor y, en consecuencia, puede alterar el patrón motor. Las palabras tienen mucho poder. Por ello es necesario ser precavidos a la hora de comunicar a los pacientes y clientes los datos acerca de su estado.

Parece que está claro lo que Joe Pilates quería conseguir: un método de entrenamiento con fundamento con el que los usuarios y pacientes recuperaran su fuerza interior y exterior y su autoconfianza. Durante muchos siglos existió una fuerte división entre la mente y el cuerpo. El método pilates favorece la consciencia del movimiento desde una perspectiva interna «de dentro hacia fuera». Este enfoque ha sido confirmado por nuevos datos. Al igual que Pilates, Thomas Hanna también definió muchos años después la autopercepción como la clave principal para el análisis del propio cuerpo. Hanna señala que disponemos de dos perspectivas para la observación de nuestros pacientes y clientes: en primer lugar está la contemplación externa, que examina el «cuerpo» desde fuera, desde la perspectiva de un «tercero». En contraposición está la perspectiva del yo, desde el interior, la percepción y la idea que la persona tiene de sí misma. Al utilizar este conocimiento debemos trabajar simultáneamente en el entrenamiento del uso de la fuerza y de la percepción, pero también fomentar la percepción interna, de modo que consigamos lo que Hanna denominó la «regulación del yo» de nuestro cuerpo.

Pilates promovía la ejecución de los patrones motores desde el interior hacia el exterior. Este planteamiento es también esencial en los debates actuales sobre el control del torso. ¿Cómo podemos utilizar de forma efectiva las piernas y la columna como palanca de la pelvis, si en ese momento la pelvis por fuera no está lo suficientemente estabilizada sobre la cadera y por dentro está encajada en el íleon a causa de un bloqueo del sacro? Es este contexto se sitúan las llamadas reacciones de prealimentación (feed-forward) (v. P. Hodges y J. van Dieen).

El autosoporte y el arrastre de fuerza, por los que la pelvis y la parte baja de la columna se estabilizan, son requisitos previos para utilizar las piernas y la columna de forma efectiva. Cuando las fuerzas aumentan bajo condiciones más exigentes, debemos ajustar el grado de autosoporte a los distintos componentes de la cadena cinemática. ¿Cómo podemos utilizar de palanca los brazos y las piernas para andar y lanzar algo? Empezando bajo condiciones óptimas para que el sistema se cierre desde el centro interno hacia el centro externo con arrastre de fuerza. Si se da el caso, ¿no sería obvio pensar entonces que los brazos y la columna, así como la musculatura y los tendones de las piernas, no funcionan por separado, sino que, por el contrario, actúan de forma coordinada?

En estos términos se determina que la anatomía topográfica ha de interpretarse como una entidad «cooperativa» y es una herramienta imprescindible para la percepción del cuerpo. Por desgracia, en general no se suele hacer hincapié en la concepción del cuerpo como unidad funcional. Afortunadamente el enfoque del entrenamiento creado por Joe Pilates dispone de un enfoque funcional.

Este libro nos ayuda a resolver el rompecabezas partiendo de los principios creados por Pilates. La obra transmite el conocimiento de muchos terapeutas, entrenadores, bailarines, etc. y ofrece al lector una ingente variedad de modelos inteligentes. En ella se explica con detalle cómo desarrolló Joe Pilates su método, especificando los movimientos corporales, la concentración durante la respiración, el establecimiento del centro corporal, la precisión y el desarrollo musculotendinoso equilibrado.

El investigador de la mente y el cuerpo Herbert Benson, de la Universidad de Harvard, fundamentó estos conocimientos en el hecho de que la respiración diafragmática lenta y profunda es la base de la mayoría de las técnicas dedicadas a aunar la mente y el cuerpo. Una respiración correcta es un remedio efectivo contra el estrés y contribuye a que las respuestas rígidas vuelvan a ser respuestas controladas. Alice Domar, colega de Benson, demostró que las técnicas dedicadas a la mente y al cuerpo, combinadas con una correcta respiración, podían reducir los síntomas del síndrome premenstrual grave y sentimientos como el temor.

Me satisface enormemente poder recomendars este libro a terapeutas, profesores de pilates y terapeutas de la danza. Los autores de este libro han invertido todo su saber y han hecho un gran trabajo de investigación para recopilar información en beneficio de sus lectores. Han incluido en los textos, además, numerosos nuevos conocimientos que aportan una interpretación actualizada del método pilates. En la obra pueden hallarse grandes ideas, que rebosan inteligencia, basadas fundamentalmente el el extraordinario trabajo de Joe Pilates.

(Fuentes: Thomas Hanna (Ed.): A scenario of the future, en: Somatic education)

Prof. Dr. Andry Vleeming

Facultad de Medicina

Departamento de Rehabilitación y Quinesiología

Universidad de Gante, Bélgica

Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva Inglaterra

Dep. de Anatomía

Maine, EE. UU.

Manual de pilates

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