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SUS ORÍGENES Y FAMILIA
ОглавлениеCuando nació en noviembre de 1835, la que luego sería emperatriz autócrata en China recibió el nombre de Orquídea, el cual cambiaría por Yehenara (apellido familiar) al llegar a la Ciudad Prohibida.. La familia de esta niña era de nobles orígenes, descendía en línea recta del príncipe Yang-ku-un, jefe de uno de los más antiguos clanes manchúes. En el seno de esta familia de rancios orígenes nació la que habría de mandar sobre millones de seres humanos, ser tres veces regente de China, ejercer un poder sin límites y poner en jaque al Imperio británico.
Su padre, Huizheng, a pesar de su reconocida nobleza, solo ostentaba el rango de capitán del cuerpo de las Ocho Banderas, que eran las divisiones administrativas en que se colocaban todas las familias manchúes. Ellos proporcionaban el marco básico para la organización militar manchú.
Murió el padre de familia cuando ella tenía trece años y el sostén de la casa recayó sobre un pariente de nombre Muyangga, que estuvo en situación de apoyar a los suyos una vez que una de sus hijas ingresó en la corte del emperador Daoguang, y suponemos que con estas relaciones sus medios económicos serían superiores a los de la viuda de Huizheng.
Yehenara
La madre de Yehenara, del clan Manchu Fuca, sobrevivió muchos años al esposo. Vivía en la calle del Estaño, cerca del barrio de las Embajadas. Lo que de ella se dice es que su inteligencia y energía eran notables, incluso en esta familia donde las mujeres destacaron más que los hombres. Cuando falleció fue enterrada junto a su esposo en el cementerio de la familia. Señalemos de paso que cuando su hija llegó a emperatriz hizo nombrar a su madre duquesa imperial. Cerca del cementerio en donde fue enterrada su madre, la emperatriz hizo elevar un arco de honor y poner las tradicionales lápidas de mármol. La costumbre de piedad filial exigía que cuando los hijos pasasen cerca del cementerio de sus padres se detuviesen y arrodillasen, esto le ayudaba a cumplir dicha costumbre cuando la emperatriz pasaba cerca del dicho cementerio. Como no le era posible cuando pasaba en tren, muchas veces hizo que el tren imperial diese un gran rodeo para no pasar cerca del enterramiento de su madre, pues no era viable detener el tren para rendir tributo a sus antepasados. Este detalle gustaba mucho a los habitantes de la ciudad, que se hacían lenguas de la piedad de la emperatriz.
Pocas cosas se saben de la niñez de Yehenara, solo detalles sueltos, por ejemplo que uno de sus camaradas de juegos infantiles era un niño pariente suyo, de nombre Jung-Lu, al cual encontraremos más adelante en la historia de la emperatriz. Algunos autores dice que este Jung-Lu era el hombre que sus padres habían escogido como esposo de Yehenara cuando ella tuviese edad para contraer matrimonio, otros dicen que ella mantuvo relaciones íntimas con él antes de ser emperatriz, pero nada de esto puede ser probado.
La joven recibió la educación tradicional de su clase, aprendió a pintar y a componer versos, a los dieciséis años terminó sus estudios chinos y manchúes y era versada en la historia de las veinticuatro dinastías. Fue por su excepcional inteligencia que la joven se pudo elevar por encima de esta cultura tan superficial; por su inteligencia, sí, y por la gran ambición que mostró a lo largo de toda su vida.
Cuando en 1850 le llegó la hora de morir al emperador Daoguang, tenía la joven Yehenara quince años. El hijo mayor de Daoguang, Xianfeng que tenía diecinueve años, heredó el trono.