Читать книгу Contribuciones a la criminología - Viviana Berger - Страница 16
Las voces detrás de las paredes Viviana Berger Introducción
Оглавление¿Qué será hoy? Es la pregunta que sistemáticamente se nos ha repetido cada vez mientras vamos pasando los controles de registro para el ingreso al penal –la incertidumbre de la antesala del encuentro que nos sumerge en un universo donde el sujeto aun resiste, donde lo real sin ley retorna con una crudeza inusitada.
Lacan decía que hablaba a las paredes, “Siempre les hablé a los muros”. (1) Sin embargo, sabemos que la voz que se dirige a los muros tiene la propiedad de repercutir –en ese sentido, se deja de estar completamente solo. En Tepepan se trata de las voces que provienen de entre los muros del reclusorio, no se habla a los muros, se habla desde su interior. Evidentemente, no se trata de las paredes de la capilla de Sainte-Anne; en este caso, son las de una estructura que aloja a los sujetos que por actos delictivos se vieron llevados a habitar detrás de murallas que los aíslan de la sociedad. La voz, esas voces son perfectamente reales, y no solo para el sujeto –ya en 1933 Lacan escribía “Hay allí algo que hace a la estructura misma de lo social”. (2) Será nuestro el desafío de saber leer el real de la civilización que cobra voz a través de estas historias.
Esas voces que encarnan eso que habita el lenguaje, fuera de sentido, de la estructura. “Ella asedia y basta decir para que emerja, para que surja la amenaza en lo que se puede decir. Si hablamos tanto, si hacemos nuestros coloquios, nuestras charlatanerías, si cantamos y si escuchamos a los cantantes, si hacemos música y si la escuchamos, la tesis de Lacan, según mi punto de vista, comporta que todo eso se hace para hacer callar a aquello que merece llamarse la voz como objeto a”. (3) Evidentemente, el sujeto portador de esa voz estará destinado al silenciamiento del encierro y la segregación, salvo que ese malestar pueda ser escuchado; es allí donde está convidado el psicoanálisis, partenaire del Otro social.
¿De qué manera el discurso del psicoanálisis puede servir en este contexto? Aún lejos del dispositivo analítico, el deseo del analista siempre se dirige al sujeto; entonces, más allá de la lógica víctima / victimario, el psicoanálisis lo extraerá de la masa del conjunto anónimo de “¡los criminales!”, para acercarse al sujeto en singular. Se indagará en relación a la pregunta por la causa del delito –seguramente opaca, fuera de todo sentido común, pero no a los fines de esclarecer una investigación judicial, sino más bien, para situar las circunstancias y la lógica del desencadenamiento que permitirán echar luz sobre el caso clínico. El interés versará respecto de la posición subjetiva frente al acto, la comprensión de la significación del crimen en el uno por uno, lo real en juego en cada caso.
Se trata de una clínica muy particular: en intersección con el derecho, lo jurídico, la psiquiatría, e incluso, lo policial. La seguridad pública está implicada: hay expedientes, jueces, testigos, forenses, peritos, y en muchos casos, ¡hasta la prensa!, además de los trabajadores sociales, psicólogos, criminólogos y el personal técnico penitenciario.
El presente texto aspira a formalizar el recorrido de la experiencia durante el primer año de trabajo en el Centro Femenil de Reinserción Social de Tepepan, al que llegamos a través de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México, con el afán de transmitir, más allá del saber acumulado y la acción lacaniana llevada adelante, los efectos de formación y transferencia de trabajo que se generaron a partir de la misma, en un retorno hacia la Escuela, para que repercutan, también, entre otros, psicoanalistas y no psicoanalistas.
No tenemos, entonces, construcciones acabadas, sino más bien el esfuerzo de elucidar el acto del analista y escribir sobre el movimiento de una investigación novedosa, donde el psicoanálisis se encuentra con la criminología, y a la vez se imbrican múltiples aristas: la acción lacaniana, la clínica carcelaria, las presentaciones de enfermos de Lacan, el pasaje al acto en la psicosis, y los alcances de la presencia de los analistas en las instituciones.