Читать книгу La COVID-19 y los cambios en la integración latinoamericana y europea - Viviana García Pinzón - Страница 13

Consecuencias políticas de la covid-19 y de la aprobación de los planes económicos y sociales de la ue

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En este apartado se analizarán, en primer lugar, las consecuencias políticas de la pandemia para la ue y, posteriormente, las consecuencias políticas de la aprobación de los planes económicos y sociales de la ue. En abril del 2020, cuando la pandemia alcanzaba su techo en países como España e Italia (Flores, 2020), el Parlamento Europeo publicó un estudio de opinión pública en el que se plasmaba el resultado de una serie de encuestas a ciudadanos de la eu.

Una de las preguntas formuladas más relevantes fue la de qué tan satisfechos se sentían los ciudadanos europeos con el actuar de la ue en medio de la pandemia. Cerca de un 57 % de los ciudadanos europeos se sentía insatisfecho con la acción de la ue en la crisis, mientras que tan solo un 34 % se sentía satisfecho. En los países más afectados por la pandemia —España e Italia—, la insatisfacción era más alta; en Estados donde la pandemia no se mostró tan severa —al menos en ese momento, como Irlanda, Dinamarca o Países Bajos—, el respaldo al accionar de la ue fue más fuerte (Parlamento Europeo, 2020).

A pesar de que una sólida mayoría de los ciudadanos entrevistados se encontraba insatisfecha con la acción de la ue, un 69 % estaba de acuerdo con una mayor incidencia de esta organización en el manejo de la crisis de la pandemia. En casi todos los países del bloque europeo, salvo Suecia y República Checa, la mayoría de los ciudadanos apoyó esta postura (Parlamento Europeo, 2020).

Ante este panorama en el que la mayoría de los ciudadanos de la ue estaba insatisfecha con las acciones de la ue en medio de la crisis, ante un consenso en pro de una mayor participación de la organización en el combate a la pandemia y ante una crisis sanitaria, económica y social, los jefes de Gobierno de los países miembros solicitaron a la Comisión Europea presentar un ambicioso plan para Europa: el Plan de Recuperación para Europa.

Para abril del 2020, los principales líderes de la ue tenían claro que debían actuar para mitigar la crisis, escuchar a los ciudadanos y hacer cumplir los valores de la ue plasmados en el Tratado de Lisboa, como la promoción del progreso social y económico de sus pueblos o el combate a la exclusión social, en línea con lo establecido en la Conferencia de los Representantes de los Gobiernos de los Estados Miembros de la ue, del 2007. La inacción de la ue podría constituirse en un arma que podrían utilizar las fuerzas euroescépticas en contexto de pandemia (el “coronacionalismo”; Deen y Kruijver, 2020).

Si bien la mayor parte de los Gobiernos nacionales miembros de la ue promovía la creación de un Plan de Recuperación para Europa, algunos Gobiernos se opusieron a ciertos puntos acordados en dicho plan. Los cuatro frugales, como se denominó a los Gobiernos de Dinamarca, Suecia, Países Bajos y Austria, se oponían a que buena parte del paquete de ayudas de dicho plan fuese entregada por vía de subsidios y no por préstamos (Bergsen, 2020). Estos países tuvieron como principales rivales en ese tema a los Gobiernos de España, Italia y Grecia, que promovían un paquete de ayudas con más subsidios (Stein, 2020). El Gobierno Merkel se distanciaría de su postura clásica de guardián de la disciplina fiscal, y esta vez promovería, junto al Gobierno francés, la inclusión de subsidios y préstamos en el Plan de Rescate para Europa (Bergsen, 2020; Stein, 2020).

La reunión de los jefes de Gobierno de la ue no solo destapó una pugna entre “los cuatro frugales” frente al bloque España-Grecia-Italia, sino que también hizo visible un enfrentamiento entre varios países de Europa Occidental frente a Polonia y Hungría. En esta ocasión, el debate no tenía que ver con aspectos económicos, sino con el intento de varios Gobiernos de Europa Occidental por condicionar la transferencia de recursos del citado plan al respeto del Estado de derecho por parte de Hungría y Polonia. El Parlamento húngaro ha amenazado con vetar el plan si este condicionamiento es aprobado (Stein, 2020).

A pesar de todas las tensiones surgidas al debatir el Plan de Recuperación para Europa, en junio del 2020, este fue aprobado por los jefes de Gobierno de la ue (Comisión Europea, 2020f). Aún falta la discusión del plan por parte del Parlamento Europeo y los parlamentos nacionales (Bayer, 2020).

La COVID-19 y los cambios en la integración latinoamericana y europea

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