Читать книгу La COVID-19 y los cambios en la integración latinoamericana y europea - Viviana García Pinzón - Страница 14
Impactos de la pandemia en el marco de las debilidades estructurales de Latinoamérica
Оглавлениеalc se convirtió en el cuarto nuevo epicentro del avance de la pandemia desde finales de mayo de 2020, después de Estados Unidos, Europa y Asia. Suramérica fue particularmente la región más afectada por la propagación del virus, según la Organización Mundial de la Salud (oms) y el monitoreo estadístico de la Universidad Johns Hopkins2 (figura 1). Cuatro países suramericanos más México están en el ranking de los diez países del mundo con mayor número de casos confirmados (figura 2), contexto en el que se destaca Brasil, donde la propagación del virus ha mantenido un ritmo de crecimiento, hasta ser el segundo país del mundo con mayor número de personas fallecidas (152 000), y el tercero en número de contagios, con más de 5 millones.
Figura 1. Panorama de muertes por la pandemia en las regiones
Nota: tomado de bbc (2020).
En términos de impactos sanitarios, la expansión del virus en alc se ha visto favorecida por factores críticos en términos de capacidades de los sistemas de salud de los países: 1) la capacidad de acceso a los sistemas de salud, ya que hay fuertes barreras de acceso a servicios médicos, que tienden a concentrarse geográficamente3; 2) la rezagada capacidad de financiamiento, equipamiento y recursos en términos de insuficiente inversión de gasto público como proporción del producto interno bruto (pib) en el sector4; 3) la presión en la capacidad de atención de los sistemas de salud, ya que hay sobrecarga de la infraestructura sanitaria por la atención simultánea de otras enfermedades no transmisibles, y por epidemias en curso como el dengue, que para junio del 2020 ya había superado los 1,6 millones de casos en la región (Batista y Pajin, 2020).
Figura 2. Ranking de países con más casos de covid-19 a nivel mundial
Nota: elaboración propia con base en los reportes de la Universidad Johns Hopkins, con corte de 15 de octubre del 2020.
En términos de impactos y cálculos socioeconómicos, el panorama es muy preocupante: antes de la pandemia, alc mostraba muy bajo crecimiento económico (el crecimiento en el periodo 2014-2019 fue del 0,4 %), tenía un margen de maniobra limitado de política fiscal, evidenciaba deterioro de indicadores sociales y seguía siendo la región más desigual del mundo, con un índice de Gini de 04,6 para el 2019. En el contexto de la pandemia, se plantean estimaciones muy críticas, ya que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señala que “la tasa de pobreza aumentaría del 30,3 % al 34,7 %, lo que significa un incremento de 28,7 millones de personas bajo línea de pobreza; la pobreza extrema pasaría del 11,0 % al 13,5 %, lo que representa un incremento de 16 millones de personas” (2020, p. 16).
Además, según el informe de la Organización de las Naciones Unidas (onu, 2020) sobre el impacto de la covid-19 en alc, se prevé el incremento de población en situación de inseguridad alimentaria de 11,7 millones a 16 millones al finalizar el 2020. El mismo informe señala que, al ser clasificados como economías de renta media, muchos países de la región se enfrentan a restricciones de acceso a financiamiento preferencial y reestructuración de deuda, exenciones comerciales y asistencia de tipo humanitario, lo cual los pone en desventaja para la canalización de flujos de cooperación internacional.
En la dimensión política, la covid-19 ha alterado la agenda política de los países, ha afectado la realización de ejercicios electorales (casos de Bolivia y Chile) y, especialmente, ha ampliado la brecha entre expectativas y demandas ciudadanas frente a la capacidad de respuesta de los Gobiernos, como signo de las falencias de las democracias latinoamericanas. En el marco de la pandemia, se observan en la región fenómenos y tendencias que deterioran la gobernabilidad: 1) conflictos internos en términos de divergencias de acción entre gobiernos nacionales vs. gobiernos subnacionales5; 2) medidas de excepción y emergencia que han afectado libertades civiles; 3) problemas de transparencia y control ciudadano a medidas gubernamentales contra la covid-19; 4) la monopolización de la gestión de la pandemia y la agenda pública por parte del poder ejecutivo, acentuando la cultura política hiperpresidencialista en la región (Malamud y Núñez, 2020).