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Desafíos para alc a partir de la pospandemia

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alc se enfrenta a una serie de desafíos de distinta naturaleza, alcance y respuesta de cara al escenario de la pospandemia, los cuales evidencian necesidades, reevaluación de políticas y definición de acciones coordinadas para afrontar con mayor éxito y maximización de beneficios este escenario. La matriz dofa propuesta (tabla 2) plantea un diagnóstico sobre los atributos de la región, los rasgos dominantes de la acción regional/nacional frente a la covid-19 y las posibilidades que le ofrece este escenario para mejorar su proyección internacional; identifica algunas fortalezas representativas de alc, las confronta con sus debilidades y las conecta con el contexto externo a la región para definir sus oportunidades y perfilar sus amenazas más notorias.

Tabla 2. Análisis dofa de alc frente a la pandemia

FortalezasDebilidades
Gestión gubernamental en el desarrollo de programas económicos focalizados (transferencias monetarias) para ayudar a hogares y empresas afectados por la crisis.Persistencia de factores estructurales de vulnerabilidad socioeconómica, deterioro de indicadores sociales y debilidad institucional de las sociedades latinoamericanas.
Experiencia técnica regional en el manejo y control de pandemias previas como el H1N1 (2009) y el zika (2015).Carencia de financiamiento, equipamiento y recursos de los sistemas de salud de la región frente a la covid-19.
Avances y antecedentes regionales en la coordinación de políticas públicas y bases para la gestión de la agenda regional sanitaria.Colapso de la gobernanza regional sanitaria y auge del nacionalismo sanitario.
Papel de la ops y la cepal en la planeación y orientación de acciones y políticas regionales orientadas a facilitar el diálogo nacional-regional.Predominio del cortoplacismo gubernamental en la definición de políticas, y del enfoque nacional sobre agendas regionales.
Presencia de potencias regionales y potencias regionales secundarias para una gestión coordinada de recursos.Déficit de liderazgo regional frente a la pandemia y respuestas estatales descoordinadas (Brasil y México).
Existencia de marcos institucionales regionales para la armonización de políticas y la acción colectiva frente a amenazas comunes.Creciente desinstitucionalización/parálisis de relaciones regionales (Unasur6, can, alba) y débil acción (celac, Mercosur, Prosur).
Pluralismo político y resiliencia de las democracias de la región para afrontar y sobreponerse a crisis previas.Estrategias populistas, conflictos internos, hiperpresidencialismo en el manejo de la pandemia y pérdida de respaldo a la democracia.
OportunidadesAmenazas
Economía menos globalizada poscovid-19 favorecerá la integración económica regional y el énfasis en cadenas regionales de valor.Contexto económico global adverso: caída del precio de las materias primas, endeudamiento y endurecimiento de las condiciones financieras internacionales, proteccionismo comercial.
Pandemia y pospandemia como escenarios renovados de diálogo político y cooperación con China y la ue para temas como la deuda financiera e infraestructura.ue con menos fondos para cooperación internacional, y los países de alc no negocian en bloque con China, por ejemplo, temas como la suspensión de deuda.
Participación de los países de la región en la alianza covax liderada por la oms para acceder a las vacunas7.Cuestionamiento de la eficacia del multilateralismo global y regional, y peligro del “vacunacionalismo”.
Retorno de la agenda sanitaria como tema de política exterior con enfoque regional.Peligro de politizar e ideologizar la agenda sanitaria y la lucha contra la covid-19.
Reforzar escenarios de cooperación para los compromisos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.Fractura de la cooperación internacional (Estados Unidos vs. China) y nuevo contexto de alineamientos forzados.
Recuperar un regionalismo de tipo sanitario puede posibilitar un margen de poder negociador ante instancias multilaterales.Multiplicidad de intereses contrapuestos e ideologización de la interacción regional-global bloquean el poder negociador de la región.
Priorización de temas sanitarios en la agenda política y concepción de la salud como bien público regional.Incapacidad de coordinación de crisis simultáneas: crisis sanitaria vs. crisis migratoria y mayor demanda de atención humanitaria.

Nota: elaboración propia.

Un primer desafío es que los países latinoamericanos recuperen la confianza en la acción multilateral y las bondades del regionalismo a nivel político, económico y social: la covid-19 ha evidenciado la sensación de vacío de gobernanza en general (Barbe, 2020) y el abandono de la gobernanza regional sanitaria, sobre la cual se había logrado avanzar con las iniciativas de Unasur (Riggirozzi, 2020). Es prioritario tomar conciencia de la necesidad de definir y poner en marcha una acción regional integral, coordinada y ambiciosa, plasmada en una hoja de ruta estratégica (de la cual ha carecido la región en el marco de la pandemia) para saber navegar ante la incertidumbre del actual escenario, y poder coordinar necesidades y esfuerzos nacionales. Las posibilidades de acción exterior y el poder de negociación de los países de la región ante escenarios de fuerte asimetría —como el actual— solo se incrementan en clave regional, a raíz de cuestiones inmediatas como el acceso a vacunas y el financiamiento en condiciones más favorables.

Un segundo desafío es que la reactivación de la acción multilateral regional debe ser revitalizada en distintas áreas y agendas para superar miradas unidimensionales sobre la recuperación y la proyección internacional de la región: los impactos de la pandemia a nivel político, económico y social han permitido volver a discutir problemáticas que vienen de tiempo atrás, las cuales deben ser asumidas en forma integral. La acción multilateral regional debe apuntar al mejoramiento de la calidad de la democracia y a la reactivación del crecimiento económico, en sintonía con la recuperación de los avances sociales perdidos por la pandemia; discutir y coordinar los modelos de desarrollo de los países para una mejor inserción internacional, y asegurar el cumplimiento de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible. Con las debilidades estructurales que vive alc desde el siglo xx, la región no puede enfrentar en forma exitosa amenazas del siglo xxi como la pandemia.

Un tercer desafío es reforzar el abordaje conjunto de amenazas como la covid-19 en términos operativos entre los niveles estatal y regional: si bien el enfoque nacional ha sido la primera línea de acción para enfrentar el virus, ha quedado demostrada tanto la insuficiencia de la respuesta estatal como la carencia de políticas públicas regionales. Es prioritario recuperar espacios de articulación entre lógicas nacionales y regionales y canales de congruencia normativa (Acharya, 2011). La lectura realista de la realidad (el principio de autoayuda o self-help) ya no resulta eficaz para encarar amenazas globales; sin duda, el fortalecimiento del Estado y el fortalecimiento del regionalismo no son necesidades excluyentes sino convergentes para mitigar las debilidades estructurales de la región.

La COVID-19 y los cambios en la integración latinoamericana y europea

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