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5. EL TRASLADO AL TEMPLE, EL ABANDONO Y EL DERRIBO

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Es bien conocido que en 1748 un terremoto asoló el convento de Montesa; ese mismo año Fernando VI decretó que la comunidad se trasladase al palacio e iglesia del Temple de la ciudad de Valencia, pero no fue hasta 1761 cuando Carlos III decretó que se construyese en Valencia un nuevo edificio que había de servir de iglesia, convento y colegio de la Orden Militar.

La intención de la Corona debió de fraguarse años antes, así se explica que apenas cuatro años después del traslado de la comunidad de Montesa al Temple Vicente Ximeno –beneficiado de la Catedral, miembro de la Academia Valenciana, y que por entonces ya había publicado los dos volúmenes de su Escritores del Reyno de Valencia– planeara un nuevo destino para el edificio del colegio de San Jorge. Ximeno firma el 21 de junio de 1752 un informe al respecto de la propuesta de reunir los seis archivos que la Corona tenía en la ciudad de Valencia en una sola sede y los posibles emplazamientos para ella. Ximeno señala que «según tengo entendido» el rey había ordenado que la comunidad de Montesa se instalase en el Temple, «el sitio que ocupa es muy grande»,

ofrece terreno bastante para toda la comunidad de los freiles, y aún para agregar a ella el Colegio de San Jorge, que ahora queda mui distante, dando el retor y colegiales, que a lo más pueden ser ocho, habitación y capilla separada, y aún su govierno distinto como lo han tenido siempre. Esta obra puede hacerse de dinero de la orden, y en efecto el año pasado oí que se ideaba algo de esto mismo.

Ximeno recoge lo que al parecer en ese momento era solamente un rumor en la ciudad. Evidentemente el interés de Ximeno radicaba en el edificio del colegio de San Jorge que previsiblemente quedaría vacío, «Si esta agregación se executara y más ahora que está solo el retor y un lego, y no hai colegial alguno, pudiera mandarse desocupar el antiguo Colegio de San Jorge y sin dilación mandarse disponer en lo material el archivo». Si la afirmación de Ximeno es cierta, por entonces la Orden no contaba con colegiales y el colegio se encontraba prácticamente desocupado.

Realiza entonces Vicente Ximeno una descripción de gran precisión del colegio:

Este colegio se halla situado en un parage bellísimo y de mucha quietud para las oficinas. Está en una plaza despejada, la pared de enfrente tiene de largo 159 palmos, La de mano derecho, donde está lo largo de la capilla y quarto retoral, 138, y la de la mano hizquierda aún excede. Tiene a más de la capilla, que es mui vieja, varias piezas y oficinas espaciosas: al ángulo de mano hizquierda un descubierto; en el centro un claustro no mui grande; y en las espaldas un jardín, que tiene de largo 92 palmos, y de ancho 69. Sobre las referidas piezas y oficinas hai diez quartos, de los quales, sin más que derribar tabiques y abrir o cerrar puertas, se pueden formar divisiones para el archivo, como también tomar de lo de abajo lo que sea menester. Lo de encima de todo, menos de la capilla, son desvanes.63

El colegio de San Jorge nunca sería utilizado como archivo. En 1766 se produjo el traslado efectivo del colegio al nuevo edificio. En ese momento el rector del colegio, frey Vicente Capera, que lo era desde 1754, renunció al cargo limitándose al de prior de San Jorge para no trasladar su residencia al nuevo edificio, cuidar la iglesia del Santo y estar más cerca de la Universidad.64 Capera, catedrático de Matemáticas en la Universidad y académico de mérito en la Academia de Santa Bárbara, quedó como único custodio del edificio hasta su muerte en 1785; allí debió de utilizar el telescopio y el astrolabio que legó a la Universidad,65 y allí también debieron de colgar los ocho paisajes que Francisco Bonay poseía, según Orellana.66

La muerte de Capera supuso de alguna manera la muerte efectiva también del colegio. En ese año de 1785 frey Manuel Climent aconsejó reducirlo a habitaciones en alquiler para poder dotar mejor el priorato.67 El colegio nunca volvería a ser ocupado por la Orden y desde el principio se intentó buscarle un destino mientras seguía utilizándose la iglesia como lugar de culto y el prior –que ya no era rector del colegio– habitaba la casa prioral. En 1787 se ordenó que se tapiasen todas las puertas que comunicaban la casa del prior con el edificio del colegio, las llaves del colegio fueron entregadas a José Villarroya y la orden se reservó solamente las de la iglesia y casa prioral. En 1792 el prior de San Jorge, frey Miguel Molina, realizó un informe sobre el estado del edificio y el uso que se le podría dar planteando si «se podría vender, reedificar, hacer casas, o destinarlo en beneficio y utilidad de la Orden».68 Al parecer diferentes personas habían solicitado ver el colegio y se habían interesado, pero «hasta ahora no se ha hecho novedad en ello, se conserva cerrado y en la propia forma y estado que tenía quando de orden superior de 27 de septiembre de 1787 se entregaron las llaves a D. Joseph Villarroya». Veintiséis años después del traslado de los colegiales al Temple todavía se planteaba que «parece convendría que habiendo sido esta casa formada para la crianza y educación de los freyles de la orden, se destinase en beneficio de la misma, con utilidad de sus hijos o del mismo priorato, cuyo territorio se haya unido y tal vez confundido con el terreno que se destino para formar el colegio». «La venta de este edificio seria de cortísima utilidad por ser pequeño y muy deteriorado». La opción propuesta «se reduce a restablecer en dicho edificio el colegio de la orden, como estaba antes de la reedificación de aquella casa y unión a ella del colegio». Se resalta lo inconveniente de la unión y la distancia de la Universidad, pero sobre todo: «Además de lo insinuado se conseguiría y es lo principal, restablecer a su antiguo honor el priorato de San Jorge», uniéndolo una vez más a la plaza de rector del colegio. Por último, «el culto del Santo se conservará y aumentará con ventaja conocida si en lugar de un prior solo, se pusiesen individuos que formasen cuerpo y comunidad».69

Si en 1787 se hablaba de la presencia única de un prior, tras la Guerra de la Independencia, en 1816, el templo había quedado sin culto. En ese año la iglesia del Temple utilizó en los oficios de Viernes Santo la custodia o viril de la iglesia de San Jorge, «la qual se halla sin sacerdote de la Orden contra la práctica que siempre se ha observado, aún quando el prior de aquella iglesia lo ha sido de la nuestra, cuia inobservancia puede causar perjuicio a los derechos y privilegios de la misma».70 Tres años después, en 1819, la tradicional fiesta de San Jorge no se celebraba en la iglesia del Santo sino en la del Temple.71

Aunque se ha afirmado que fue desacralizada en 1836 y en ese año pasaron sus bienes a la parroquia de San Andrés,72 en 1850 la iglesia debió de seguir en pie, ya que los caballeros de Montesa se reunieron en ella el día de San Jorge, al no poderse utilizar la del Temple por haberse desamortizado.73

Madoz todavía describe la iglesia en pie y con el retablo, «la misma que se conserva hoy día, manifestando en sus ojivas, ventanas, arcos apuntados y retablo mayor la antigüedad de su fábrica». En cuanto al edificio del colegio, Madoz afirmaba: «Es un edificio muy sólido y espacioso, con su jardín y demás comodidades: se halla unido a la misma iglesia y lo circuye por dos de sus lados». Madoz añadía que «en la actualidad la parte que mira a la indicada plaza de San Jorge, habiendo pasado a manos particulares se ha renovado, y presenta una linda fachada; lo demás del edificio se encuentra en el mismo estado que cuando se construyó».74

La parte de la plaza de San Jorge no era sino la fachada principal del colegio desde la que se accedía al claustro, quedando en la parte trasera de la iglesia el edificio de la casa prioral. El edificio del colegio fue asumiendo diferentes funciones, y a partir de 1864 se encontraba allí instalada la imprenta de José Rius (figura 4).75

La iglesia y el arco que comunicaba con el palacio contiguo debieron de ser derribados en 1860. En enero de 1861 Vicente Alcayne recibía el permiso municipal para construir una casa de «arquitectura árabe» que todavía llegaría a ver Vicente Boix.76 El edificio del colegio, aunque transformado en su fachada, conservó su estructura hasta que en 1919 Demetrio Ribes construyó un almacén.77 Por entonces la antigua plaza de San Jorge ya había sustituido su nombre por la de Rodrigo Botet y ni siquiera la toponimia recordaba el histórico emplazamiento.

* Este trabajo se inserta en el proyecto de investigación HAR2017-83070-P, «Geografías de la movilidad artística. Valencia en Época Moderna».

1. El trabajo más reciente sobre el conjunto lo aborda Josep Cerdà i Ballester: «Les excavacions de postguerra al castell de Montesa (1946-1950)», Papers de la Costera, 16, 2017, pp. 111-120. La monografía hoy de referencia: Josep Cerdà i Ballester y Juan Carlos Navarro Fajardo: El Castillo y Sacro Convento de la Orden de Montesa. Historia y arquitectura, Valencia, Universitat Politècnica de València, 2017.

2. El trabajo más completo es el de Aurea Javierre Mur: «El colegio de San Jorge de la Orden de Montesa», Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 73, 1966, pp. 335-407, que además es una guía imprescindible para la localización de la documentación referida al colegio en el Archivo Histórico Nacional.

3. Al parecer, Pedro el Ceremonioso mandó esta reliquia a los jurados y prohombres de Valencia después de que estos presentasen una petición a través del prior de la «casa de San Jorge». Peregrin Llorens Raga: Relicario de la Catedral de Valencia, Valencia, 1964, pp. 172-173. Tras la llegada del Tesoro Real de la Corona de Aragón en la catedral de Valencia se conservaban hasta tres relicarios de San Jorge. La identificación de cada uno de ellos no es clara.

4. Sobre este periodo, véase Regina Sainz de la Maza Lasoli: La Orden de San Jorge de Alfama: aproximación a su historia, Barcelona, CSIC-Institució Milá y Fontanals, 1990.

5. Real Academia de la Historia (RAH), Colección Salazar y Castro, sig. I-49, f. 269; Hipólito de Samper: Montesa Ilustrada, Valencia, Gerónymo Vilagrasa, 1669, vol. II, p. 800. Debo esta referencia a Josep Cerdà.

6. Gaspar de la Figuera: Vida... i excelencias del insigne mártir... San Jorge, Valencia, Antonio Balle, 1738, p. 304.

7. Pascual Madoz: Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultra-mar, t. XV, Madrid, 1849, p. 385.

8. Sobre el retablo, véase Matilde Miquel: «El gótico internacional en la ciudad de Valencia: El retablo de san Jorge del Centenar de la Ploma», Goya, 336, 2011, pp. 191-213.

9. Jose Francisco Ballester-Olmos: El Centenar de la Ploma en los documentos, Valencia, Ajuntament de València, 2015, pp. 540-541.

10. Fueron los miembros del Centenar los que solicitaron la creación de la Cofradía de San Jorge haciendo constar «que los de la dita almoyna se puxen aplegar cascunany, lo dia de la festa de Sent Jordi, a la esglesia que a honor d’aquelll es edificada en la ciutat de Valencia», el día de San Jorge podían «fer pietança en les cases de la esgleya del dit Sent Jordi en la Ciutat de Valencia». Desde 1693 es obligatorio que todos los miembros del Centenar sean miembros de la cofradía, y se especifica que la cofradía puede tener «totes e qualsevol ymages, corones, pedres precioses, perles, correges, draps, senyals, ornaments [...] dins e fora ecclesies de la dita confraria [...] e campanes en la casa de l’església de Sent Jordi de València...». J. F. Ballester-Olmos: El Centenar de la Ploma..., pp. 545-552.

11. Jose Vicente Ortí y Mayor: Fiestas centenarias, con que la insigne, noble, leal, y coronada ciudad de Valencia celebró en el dia 9 de octubre de 1738 la quinta centuria de su christiana conquista, Valencia, Antonio Bordazar, 1740, p. 51.

12. En 1717 la capilla debió de ser modernizada: se pintó, se ensanchó el nicho y el altar, que se pintó de azul; ese mismo año se compró una diadema de plata para el Niño Jesús, y en 1727 se le colocaba a la Virgen «una cruz dorada con relumbrones grandes». Los pagos por las vestiduras de la Virgen son frecuentes en 1718 y 1731, pero más todavía las cabelleras, de las que al menos se compraron en 1717, 1718, 1725, 1728 y 1731. Al mismo tiempo, en 1719 se colocaba un «frontal colorado para el altar de la Virgen de indiana fina», y en 1749 se compraba una cruz con un crucifijo de bronce dorado «para el altar de la Virgen de la Victoria». Archivo Histórico Nacional (AHN) OOMM l. 1507-C Sacristía y Ropería de San Jorge, 1692-1711.

13. El año 2010 el IVACOR restauró la pieza eliminando el Niño Jesús del siglo XVIII y la corona. Véase Virgen de las Victorias, anónimo de la Corona de Aragón del siglo XIII: Parroquia de San Andrés, Valencia, Castellón, Institut Valencià de Conservació i Restauració de Bens Culturals, 2010.

14. RAH, Salazar y Castro, 74664. Visita del priorato de San Jorge de Valencia hecha por fr. Benito Roca, comendador de Burriana y por fr. Tomás Selva, prior de Cervera, Valencia, 1585, 25 de mayo, leg. 8, carpeta 15, s/p.

15. Sobre el resto de obras que promueve, véase el capítulo de la profesora Mercedes Gómez-Ferrer en este mismo volumen.

16. En 1696 se compraban dos candelabros para el altar y en 1709 se pintaba la capilla y se encarnaba de nuevo la imagen; en 1710 se le hacía un frontal y un dosel y en 1719 se hicieron para él dos frontales, uno morado y otro colorado y un tapete. AHN, OOMM, Libro 1507-C Sacristía y Ropería de San Jorge, 1692-1711.

17. RAH, Salazar y Castro, 74.664. Visita del priorato de San Jorge de Valencia hecha por fr. Benito Roca, comendador de Burriana y por fr. Tomás Selva, prior de Cervera, Valencia, 1585, 25 de mayo, leg. 8, carpeta 15, s/p.

18. Enrique García Hernán: «Francisco de Borja y su familia», Revista Borja. Revista de l’Institut Internacional d’Estudis Borgians, 4, 2012-13, pp. 61-81.

19. Vicente Boix: Valencia histórica y topográfica, t. I, Valencia, 1862, pp. 358-359.

20. Archivo Histórico de Protocolos de Zaragoza (AHPZ), Expedientes Casa Ducal de Híjar, P/1-199-8. Licencia otorgada por la Orden de Ntra. Sra de Montesa y San Jorge a Doña Margarita de Borja, viuda de Don Fadrique de Portugal y a su hija Ana, para construir una tribuna para oír misa, que comunique su casa, sita en Valencia, con la iglesia de San Jorge: «Fuerunt faciendi dictum aditum sive passadiso a dicta domo ad dictam ecclesiam dicti Georgii supra vicum medium inter dictam domum et dictam ecclesiam nec non faciendi et aperiendi fenestram sive portam in pariete dicte ecclesie et ibi intus dictam ecclesiam construendi faciendi habendi et ad usum tenendi tribunam in qua como de videri et audiri possint missarum solempnia». Agradezco al profesor Javier Ibáñez que consultase este documento.

21. En esos momentos Pedro Luis Garcerán de Borja tenía importantes dificultades: había participado en las bandosidades nobiliarias de los años cincuenta, tras los cuales fue alejado de la ciudad al virreinato de Orán y, a su vuelta, en 1572 fue procesado por sodomía y condenado a reclusión en el castillo de Montesa durante diez años. A pesar de todo mantuvo el título de maestre de Montesa hasta su muerte en 1592, incluso después de que en 1587 se hubiese firmado la bula de incorporación a la Corona. Fernando Andrés Robres: «Garcerán de Borja, Felipe II y la tardía incorporación del Maestrazgo de la Orden de Montesa a la corona. Los hechos (1492-1592)», en Enrique Martínez Simón y Vicente Suárez Grimón (eds.): Iglesia y sociedad en el Antiguo Régimen, vol. I, Universidad de las Palmas de Gran Canaria, 1994, pp. 409-420.

22. Margarita debió de ser mujer de fuerte personalidad. Casada en 1568 con Fadrique de Portugal, le dio los hijos que este no tuvo en sus dos matrimonios anteriores. En 1548 Don Fadrique había heredado de su hermana Guiomar de Castro, casada con Juan Maza de Lizana, sin descendencia, algunas villas y baronías. En 1572 el maestre Pedro Galcerán de Borja también donó a su hermana los derechos de la herencia de Nicolás Carroz. Cuando su esposo falleció en 1573 Margarita instituyó el mayorazgo de Orani, que iba a heredar su hija Ana de Portugal. Ana de Portugal y Borja debió de instalarse con su madre en Valencia tras su matrimonio con Rodrigo de Silva y Mendoza, II duque de Pastrana en 1584, y en 1585 dio a luz en Valencia a Rui Gómez de Silva de Mendoza de la Cerca, que iba a ser III duque de Pastrana. Es en ese contexto de consolidación de la casa y de estrecha relación con la Orden de Montesa como hay que entender la construcción del pasadizo.

23. Consulta que hizo al rey Don Juan Crespí y Brizuela, lugarteniente general de la Orden, el 4 de agosto de 1665 a propósito de la disputa del clero de la parroquia de San Andrés contra el Colegio de San Jorge: «No se pudo executar tan apriessa esta resolución porque aviendose caído un lienzo de pared de la Iglesia de San Jorge, en tres años no vino la Procession a ella, hasta el de 1641», reproducida en Buenaventura de Tristany: Escudo Montesiano, Barcelona, 1703, p. 558.

24. Virginia Tovar Martín: «El colegio de la Orden Militar de Santiago, en Salamanca», Archivo Español de Arte, 49, 196, 1976, pp. 417-434. En 1562 el capítulo de la Orden Militar de Santiago acuerda fundar en Salamanca un convento-colegio fundiendo en él el que tenían aquí las casas de Uclés y de San Marcos de León. Es conocido también como colegio del Rey o de Uclés.

25. Mercedes Vico Monteoliva: Los antiguos colegios de estudios valencianos, Zaragoza, Anubar, 1978; Los colegios de estudios valencianos postridentinos a través de sus constituciones, Valencia, Nau Llibres, 1981.

26. Josep Cerdà i Ballester: Los caballeros y religiosos de la Orden de Montesa en tiempo de los Austrias (1592-1700), Madrid, CSIC, 2014, pp. 339 y ss.

27. En el momento de incorporación del Maestrazgo a la Corona, la iglesia debía de tener anexa una pequeña casa para el prior. En la visita de 1585 se dice: «entraren en la casa del dit Rt prior y trobaren aquella sens cuyna y veren en una paret del ortet de la dita casa un peu nou y paymentat un terrat y la mitat del altre les quals obres dix lo dit Rt. Prior les havia fetes a ses despeses y que en elles havia gastat deu lliures reals de Valencia», RAH, Salazar y Castro, 74.664. Visita del priorato de San Jorge de Valencia hecha por fr. Benito Roca, comendador de Burriana y por fr. Tomás Selva, prior de Cervera, Valencia, 1585, 25 de mayo, leg. 8, carpeta 15.

28. H. de Samper: Montesa Ilustrada, Valencia, Geronymo Vilagrasa, 1669, p. 746.

29. Juan Ferrer de Calatayud estaba casado con Luisa de Próxita; siendo lugarteniente mandó asesinar a su esposa y su amante, Jerónimo Artés de Albanelll y Carroz, por lo que fue temporalmente condenado a destierro. Véase Ricardo Santarrufina: «Los Próxita. Un linaje de origen napolitano en el Reino de Valencia», Estudis. Revista de Historia Moderna, 40, 2014, pp. 237-254.

30. «Francisco Antón obrer de vila» cobraba el 15 de marzo de 1595, «per fer les traces per ales obres del collegi», ARV, Mestre Racional, 7105, p. XXV. En mayo se inician los pagos a «Joan Maria obrer de vila per la obra de dit collegi junt a la esglesia de St Jordi», ARV, Mestre Racional, 7105, p. LXVIIII, 7016, p. LXXV. La obra se había contratado el 8 de febrero con el notario Jaume Martí Vaziero. Los pagos en APPV, Jaume Martí Vaziero, prot. 16.783, 13 de mayo de 1596.

31. Mercedes Gómez-Ferrer Lozano: «La antigua iglesia parroquial de San Andrés de Valencia y la arquitectura valenciana en la transición al siglo XVII», Academia: Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1995, 80, pp. 235-258. Sobre estos maestros, véase Mercedes Gómez-Ferrer Lozano: Arquitectura en la Valencia del siglo XVI. El Hospital General y sus artífices, Valencia, Albatros, 1998, pp. 243-250 y 265-280.

32. H. de Samper: Montesa Ilustrada, t. II, pp. 726-727.

33. Constituciones de 11 de marzo de 1611 reproducidas en A. Javierre: «El Colegio de San Jorge...».

34. La fotografía de Martínez Aloy, recogida en Miguel Ángel Catalá Gorgues y Susana Vega Barbena: Valencia 1900: el legado fotográfico de J. Martínez Aloy, Valencia, Ajuntament de València, 2007. Antes fue publicada en la Geografía General del Reino de Valencia dirigida por F. Carreras i Candi.

35. En 1608 se decía que «el dicho collegio de San George se entiende que esta muy desacomodado servido, y que no tiene manteles, ni otras cosas necesarias para la limpieza y comodidad de los collegiales», acordando el rey que se enviase del convento de Montesa uno de sus donados, se tomase la cantidad necesaria para manteles y alhajas y se llevasen algunos libros del convento de Montesa. A. Javierre: «El Colegio de San Jorge...».

36. A. Javierre: «El Colegio de San Jorge...».

37. Archivo de la Corona de Aragón (ACA), Consejo de Aragón, leg. 0884, 059, 1641. Frey Pablo Climent, rector del colegio de San Jorge de Valencia, expone el poco espacio que tienen y pide que se compren unas casas para su ampliación.

38. A. Javierre: «El Colegio de San Jorge...», AHN, Órdenes Militares, Consejo, leg. 3.723, I, n.os 32-34 y 36.

39. A. Javierre: «El Colegio de San Jorge...».

40. H. de Samper: Montesa Ilustrada, p. 756.

41. RAH, Salazar y Castro, 37.905. Cédula del rey Felipe IV dirigida a Cristóbal Crespí de Valldaura, lugarteniente de la Orden de Montesa en la que trata del destino que se ha de dar a las 500 liras consignadas para la ampliación del colegio de San Jorge de Valencia, el 13 de noviembre de 1658.

42. Universidad de Valladolid (UV), U/Bc Ms 173. Fragmentos de 362 cartas sobre asuntos del Gobierno de Valencia, desde el 6 de enero de 1655 hasta el 10 de diciembre de 1663. Periodos de carta del 27 de febrero de 1662, pp. 125v-126r.

43. Informe de frey Hipólito de Samper al rey Felipe IV, sobre las obras que se habían realizado en el Colegio de la Orden de Montesa, y las que faltaban aún por realizar, RAH, Salazar y Castro, leg. 8, carpeta 9, I.

44. H. de Samper: Montesa Ilustrada, pp. 758-759.

45. AHN, OOMM, l. 1507-C, Sacristía y ropería de San Jorge, 1692-1711.

46. Descargo del dinero cobrado por el Dr. Frey Vicente Capera prior de San Jorge y rector de su Real Colegio por la administración de Ropería y Sacristía desde el día 15 de abril de 1754 hasta el último de diciembre de 1757, AHN, OOMM, Libro 1.507-C, Sacristía y ropería de San Jorge, p. 78r.

47. Josep Cerdà i Ballester: Els cavallers i religiosos de l’Orde de Montesa en temps dels Àustria (1592-1700), Valencia, Universitat de València, 2012, tesis doctoral dirigida por el Dr. Fernando Andrés Robres, vol. I, pp. 496-500. Disponible en: <http://roderic.uv.es//handle/10550/24971>.

48. AHN. OOMM, legajo 3.723/1, n.º 77. Carta del lugarteniente general de Montesa del 18 de mayo de 1692 dirigida a S. M. Seguidamente aparece la contestación de la Corona concediendo los arbitrios.

49. Joseph Vicente Ortí y Mayor: Fiestas centenarias con que la insigne, noble, leal y coronada ciudad de Valencia celebró en el dia 9 de octubre de 1738 la quinta centuria de su christiana conquista, Valencia, Antonio Bordazar, 1740, pp. 131-132.

50. Esta última noticia fue proporcionada por Josep Cerdà.

51. Gaspar de la Figuera: Vida... i excelencias del insigne mártir... San Jorge, Valencia, Antonio Balle, 1738.

52. Gaspar Escolano: Década primera de la Historia de la insigne y coronada ciudad y Reyno de Valencia, Valencia, Pedro Patricio Mey, 1611, p. 1055.

53. Rafael Narbona Vizcaíno: El nou d’Octubre. Ressenya històrica d’una festa valenciana (segles XIV-XX), Valencia, Generalitat Valenciana, 1997.

54. G. Escolano: Década primera..., p. 367.

55. Marco Antonio Ortí: Siglo quarto de la conquista de Valencia..., Valencia, Iuan Bautista Marçal, 1640, Disc. I, p. 2v.

56. Joseph Vicente Ortí y Mayor: Fiestas centenarias con que la insigne, noble, leal y coronada ciudad de Valencia celebró en el dia 9 de octubre de 1738 la quinta centuria de su christiana conquista, Valencia, Antonio Bordazar, 1740, p. 14.

57. Marco Antonio Ortí: Siglo quarto de la conquista de Valencia..., Valencia, Iuan Bautista Marçal, 1640, p. 124.

58. J. V. Ortí y Mayor: Fiestas centenarias..., p. 51.

59. Ibíd., pp. 131-132.

60. Ibíd., pp. 131-132.

61. Según Ortí, «El hacer estos oficios los Religiosos Observantes no fue novedad ahora, pues este era el estilo que se practicava en años pasados, quando se celebrava la procession de San Jorge en su dia veinte y tres de abil, que iva por la mañana a esta iglesia». J. V. Orti y Mayor: Fiestas centenarias..., pp. 399-400.

62. J. V. Ortí y Mayor: Fiestas centenarias..., pp. 400-401.

63. Francesc Torres Faus, Laura Ménsua Muñoz y Sergio Urzainqui Sánchez: «Los archivos de la ciudad de Valencia en 1751 según los informes secretos de Asensio Sales y Vicente Ximeno», en La catedral ilustrada: Iglesia, sociedad y cultura en la Valencia del siglo XVIII, vol. III, Valencia, 2015, pp. 211-249. Agradezco a Francesc Torres que me advirtiese de esta noticia.

64. Roberto Muñiz: Medula Histórica Cisterciense, t. VIII, Valladolid, 1791, pp. 180-181.

65. Josep Cerdà i Ballester: «Els clergues de l’Orde de Montesa durant el segle XVIII: catàleg i estudi (1700-1808)», en La catedral ilustrada. Iglesia, sociedad y cultura en la Valencia del siglo XVIII, vol. IV, Valencia, 2017, pp. 163-200.

66. Marcos Antonio de Orellana: Biografía pictórica valentina (ed. de Xavier de Salas), Madrid, 1930, p. 304.

67. «Para que los hijos beneméritos de la orden (en que apenas hay alicientes ni premio alguno) tuviesen este retiro. Y para que de esa forma se conservase en su iglesia el culto de su Patrón San Jorge, lo que fácilmente se lograría si S.M. mandase reparar el edificio que sirvió de colegio reduciendo su fabrica en forma de habitaciones para alquilar cuyos productos quedasen a favor del mencionado priorato». Carta de Manuel Climent de 15 de junio de 1785, AHN, OOMM, leg. 3735/3, n.º 7. Expediente sobre destino del antiguo colegio de San Jorge de la Orden de Montesa.

68. AHN, OOMM, leg. 3735/3, n.º 7. Colegio antiguo de San Jorge. Sobre dar destino al edificio en beneficio de la Orden y el Priorato de San Jorge de ella.

69. AHN, OOMM, leg. 3735/3, n.º 7. Expediente sobre destino del antiguo colegio de San Jorge de la Orden de Montesa.

70. AHN, OOMM, 3735/3. Doc. 10. Cuentas de la reposición del sacro convento en los años 1815 y 1816. Carta de Francisco Estruch del 20 de julio de 1816.

71. Francisco Hurtado: Sermón de San Jorge mártir, que en su día 23 de abril de 1819 predicó en la iglesia del... convento de Na. Sa. de Montesa..., Valencia, Benito Monfort, 1819.

72. «...la iglesia o ermita donde ha permanecido hasta el año de 1836, en el ámbito de la parroquia de San Andrés, y plazuela llamada de San Jorge dese entonces». Jose María Zacarés: «Sacro Real Convento e Iglesia de Nuestra Señora del Temple XXV», El Fénix, 139, domingo 28 de mayo de 1848 (Valencia artística y monumental).

73. «Según escriben de Valencia el 23 del pasado se celebró una gran función de iglesia de las que tanto agradan en aquella ciudad con motivo de reunirse el capítulo de caballeros de la Orden Militar de Montesa a tributar solemnes culto a su patrono San Jorge en cumplimiento de sus estatutos. La función fue brillante, contribuyendo [...] la función se celebró en la iglesia de San Jorge; lástima que no hubiera podido efectuarse en la suntuosa iglesia de la Orden llamada del Temple, que a sus bellezas artísticas reúne una gran capacidad. El mismo día el señor Felipe de Agramunt gobernador eclesiástico de la orden y prior de San Jorge de Valencia dio un espléndido y delicado convite a todos los caballeros que asistieron al capítulo». La Esperanza, Madrid, 7 de mayo de 1850.

74. P. Madoz: Diccionario geográfico-estadístico-histórico..., t. IX, Madrid, 1847.

75. El espacio se alquila a la viuda de D. Ramón Rodríguez y se detalla que linda con la «hermita de San Jorge, con casa y huerto de la misma procedencia». Ana María Reig Ferrer: «Fuentes para el estudio de la imprenta valenciana: El archivo familiar de los Monfort-Rius», en Pasiones bibliográficas, Valencia, Societat Bibliogràfica Valenciana Jerònima Galés.

76 Archivo Municipal de Valencia (AMV), Policía Urbana, 1861, caja 93 (116), exp. 110.

77. El propietario era entonces José Tomás Belda, AMV, Policía Urbana.

La Orden de Montesa y San Jorge de Alfama

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